Dispensadoras Algramo: El ahorro de los clientes debe ser mayor a nuestra ganancia

José Manuel Moller inventó una máquina que permite al cliente ahorrar hasta un 40%, al almacenero doblar su margen de ganancias sobre el producto y además es sustentable. Este invento nacional ya despertó el interés de Alemania y México por llevárselo a sus tierras.

Por Antonia Laborde @antonialaborde | 2013-10-02 | 17:04
Tags | Algramo, José Manuel Moller, máquina dispensadora, ahorro, almacén, barrio

Cuando José Manuel Moller decidió irse a vivir por un año y medio a una población en La Granja junto a un amigo, él se encargó de las compras. Mientras estudiaba Ingeniería Comercial en la Universidad Católica también trabajaba, pero sus bajos ingresos lo obligaban a comprar lo justo para el día a día.  Esta necesidad fue la que le hizo notar el enorme castigo económico que había para las compras en porciones pequeñas y decidió hacer algo al respecto. Y no algo sencillo. 

Su idea fue crear una máquina dispensadora de productos a granel, donde los usuarios reutilizaran su recipiente y lograran ahorrar hasta el 40% del costo de su compra. El raciocinio de José Manuel fue el siguiente: En la población la gente sabe usar las máquinas de juego y tienen internalizado el uso de las botellas retornables, voy a unir estos dos hábitos y así no cambio tanto la lógica del consumidor. 

Con el concepto de una máquina de ahorro, postuló a un concurso de la FEUC donde ganó $200.000, que le permitieron testear la idea junto a ingenieros de Happyland, con quienes concluyó que era factible y crearon el primer prototipo de la en ese entonces incipiente empresa Algramo.  

Ese prototipo, bajo el modelo de negocio de vender a un precio justo en los almacenes de barrio, fue el que les permitió hacerse acreedores del Premio Desafío Clave, un fondo concursable del Instituto Nacional de Juventud, consistente en 25 millones de pesos. Salvador Achondo, un diseñador industrial que trabajaba en Socialab, empresa que desarrollaba el concurso, se motivó con el proyecto y se fue a trabajar junto a José Manuel.

- ¿Qué producto eligieron para partir vendiendo en las dispensadoras y por qué?

"El detergente en polvo. Porque toda las familias lo consumen y es uno de los productos más castigados en los almacenes. Una envase de 200 gramos (cantidad suficiente para cuatro cargas de ropa en una lavadora) te puede llegar a costar entre $500 y $690 en un almacén y nosotros lo vendemos a $400."

- ¿Qué gana el almacenero?

"Instalar nuestra máquina no tiene ni un costo para él y por cada compra pequeña él se lleva el 30% del valor total del producto, el mismo porcentaje que nos adjudicamos nosotros y el resto es costo del producto y mantención del equipo. Con esa distribución de los ingresos, nosotros ganamos $110 por carga y el ahorro para el cliente es de $150." 

Partieron trabajando en abril de este año luego del segundo empujón: Un premio de $20 millones otorgado por StartUp Chile. Las primeras máquinas fueron instaladas en La Pincoya y Huechuraba, donde los resultados fueron extremadamente positivos, ya que los almaceneros comenzaron a doblar su margen de ganancia sobre el detergente y los usuarios volvieron con su envase reutilizable. 

- ¿Por qué instalar las máquinas dentro de los almacenes?

"Estamos solamente en almacenes de barrio porque los queremos defender de los supermercados. El almacenero es un pequeño empresario que está surgiendo y Algramo es una alternativa competitiva para ellos y conveniente para los demás vecinos. Les hacemos capacitaciones y pensamos cómo hacer el almacén del futuro. Metemos tecnología y una propuesta que sea pensada para ellos." 

- ¿De dónde nace el interés por apoyarlos? 

"Pertenezco a una generación que se cansó de las grandes empresas y a la que le interesan las personas. Los almaceneros tratan de ganarse la vida en terreno y necesitan un apoyo frente un supermercado que dice tener los precios más bajos ¿A costa de qué? Sueldos mínimos, pago a 120 días a sus proveedores, etc. Los almacenes son clave en los barrios, ellos han visto crecer a sus vecinos, se fían, es un lugar de encuentro para muchos."

Triple impacto

Algramo postula que es posible que una empresa pueda generar un cambio positivo en términos medioambientales, a nivel social y ser un negocio rentable a la vez. ¿Cómo lo logra?

Medioambiental: No hay desechos al ocupar un envase reutilizable

Social: Reduce el costo de vida de las familias

Negocio: Es atractivo y rentable para los almaceneros tener la máquina

Por este último punto es que a la hora de decidir qué otros productos podían ofrecer, lo conversaron con ellos. Finalmente fueron el arroz y las lentejas las seleccionadas como los elementos que más demandan los vecinos en porciones pequeñas. Para comercializarlos, crearon una máquina dispensadora que entregará ambos productos. 

Así como la diversidad de oferta de las máquinas crece  (la idea es llegar a que una máquina ofrezca 5 productos), también ellas se multiplican. Para la próxima semana debiera haber 40 dispensadoras repartidas entre La Pincoya, Huechuraba y Recoleta. Además, están en una etapa de producción para una máquina dispensadora de productos líquidos como shampoo, jabón o aceite.

José Manuel asegura que el plan para el próximo año es tener toda la región Metropolitana cubierta y salir a un par de ciudades. Además, como han visto interés por parte de países extranjeros en su invento (México y Alemania le solicitaron las máquinas), mientras se expanden en nuestro país también quieren salir a probar suerte a Colombia.

- ¿Por qué salir antes de cubrir la necesidad en todas las regiones?

"En Chile ya sabemos que la problemática es la misma en todas partes y queremos testear paralelamente si otros países tienen el mismo problema. Esta situación afecta a los niveles socioeconómicos  C, D y E, aunque Algramo no está enfocado sólo en ellos. Esto es la compra inteligente: No es para el que no tiene plata, si no para el que quiere pagar un precio justo sin contaminar el planeta."

El objetivo de la empresa es seguir con el mismo modelo utilizado este año: "Queremos pensar la empresa desde la familia. A mí me enseñaron en la universidad que hay que buscar maximizar las utilidades del accionista y bueno, esto es todo lo contrario. Algramo demuestra que se puede ser rentable a través del ahorro familiar", concluye Moller.