Nicolás Shea: "El emprendimiento es algo patológico"

Sus gallinas no daban huevos de oro, pero él sí. Con ellas aprendió a negociar y hoy suma cinco emprendimientos que buscan mejorar Chile.

Por Antonia Laborde @antonialaborde | 2013-03-17 | 13:27

Entre que Nicolás Shea tenía 10 años y compraba con la mesada alimento para sus gallinas, para luego vender los huevos y así juntar su platita hasta esta madrugada, cuando a las 05:30 tuvo que levantarse de la cama para registrar un dominio en internet, ha inventado varios negocios.

"El emprendimiento es medio patológico. Es una enfermedad. Yo veo un desequilibrio en el mercado y dejo de dormir", dice Shea, quien hace poco tuvo que parar el auto en la carretera para crear el dominio de otra de esas ideas que lo acechan 24/7. "No se trata de que me guste tomar riesgos... ¡Es que no veo el riesgo! ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¡Fracasar y empezar de nuevo!"

Nicolás trató de ser una persona "normal" y tener un "trabajo en serio", pero su enfermedad vocacional fue más grande. Tuvo que decirle a su abuelo que no sería abogado como él. Luego tuvo que renunciar a su trabajo en un banco de inversiones para irse a trabajar en la Fundación las Rosas, experiencia a partir de la cual creó el programa "Jóvenes al servicio de Chile" que lleva a jóvenes universitarios a hacer un año de servicio en municipalidades pobres. Dice que no sabe cuándo, pero en algún momento se hizo la convicción de que a los 30 años, estuviera donde estuviera, renunciaría a su trabajo y empezaría un negocio. Y así fue.

Le preocupaba la inequidad de la educación y creó el sistema de estudios semipresencial eClass. Quería un lugar para que la gente innovara y formó el programa de fomento al emprendimiento Star-Up Chile. No quería que las personas pagaran intereses usureros por un crédito y fundó la plataforma de financiamiento colectivo Cumplo.cl.

Ahora está inquieto por lo que está pasando en la política y de eso nació el concurso para elegir un candidato ciudadano Yo quiero ser Presidente. "La esencia del emprendimiento es la responsabilidad con la sociedad", cuenta Shea, que cada vez que le puso cara a un problema, no durmió bien hasta inventar algo que pudiera solucionarlo.

"Tienes que ser fiel a algo que implique una mejora, lo que te lleva a que cualquier mejora implica cambio y todo cambio es súper resistido. El emprendimiento tiene que ver con romper esas resistencias... la ineficiencia está apalancada sobre incentivos y a veces son incentivos muy fuertes", comenta.

Una de las mayores barreras que ve Shea para emprender, es que para quienes se verán perjudicados por el cambio, el daño es muy evidente, pero no es así para quienes se verán beneficiados. Así, es difícil obtener apoyo. Es por esto que lo compara con la teoría de juegos, donde el punto central es la "amenaza creíble", demostrar al rival que vas en serio. Porque cuando el resto ve convicción, entonces se unen al esfuerzo, en lugar de oponerse. "En el emprendimiento, realmente, creer es poder", resume.

Para motivar, para disolver esa resistencia, Shea utiliza como herramienta las historias: "Cuando sabes que alguien se arriesgó y le resultó, te motivas a arriesgarte también, porque en el fondo no te lanzas al vacío, existe el colchón de la experiencia exitosa anterior". Ese fue el concepto detrás de Start-Up Chile, traer emprendedores norteamericanos y demostrarle a los chilenos que eran iguales a ellos, que acá también se puede.

Hoy hay más gente emprendiendo ¿Se han ido derribando las barreras?

El mundo se globalizó, hay ejemplos increíbles de personas que con las mismas oportunidades que uno, lograron grandes cosas y eso incentiva. También grupos, organizaciones, etc. que han sido proactivos para acelerar este cambio cultural. Si hoy es más fácil emprender, es porque la sociedad lo valora más, es algo que de lo que se habla, donde los padres te dan apoyo.

¿En tus proyectos hay un factor común que se repita y que pueda significar la clave para que les vaya bien?

"Las cosas en las cuales estoy involucrado son cosas a las que estoy conectado entrañablemente", señala, convencido de que no hay ningún problema que no se pueda resolver a punta de trabajo e ingenio. Si hay algo que no calza con Nicolás Shea, es ser una víctima.

Yo quiero ser Presidente

Un día después de las elecciones municipales, Nicolás se vio sentado en una sala de reuniones junto a otros emprendedores discutiendo el 60% de abstención que hubo en la primera elección con voto voluntario. Una vez más revisaron las opciones que existían para solucionar el problema y escogieron una en que vieron posibilidad de intervenir y que para él es clave: El libre acceso.

De ahí nace "Yo quiero ser Presidente", una plataforma que da la oportunidad a cualquier ciudadano de concursar por ser, realmente, candidato presidencial.

A poco más de un mes de su lanzamiento hay 235 inscritos y más de mil propuestas para mejorar Chile. Sólo hay que subir un perfil a www.yoquieroserpresidente.cl, publicar las cinco propuestas que el aspirante considere más importantes y esperar que la gente vote por él o su idea.

"Paralelamente estamos haciendo un centro de estudios, una especie de CEP 2.0, donde vamos jerarquizar las propuestas de la gente, analizarlas y luego se las podemos presentar a los parlamentarios", cuenta Shea.

La idea es que a finales de abril, los doce precandidatos más votados lleguen a un espacio televisivo, una suerte de American Idol político, a defender sus propuestas, someterse al voto del público y esperar semana a semana ser apoyado por la gente. El que sobreviva a la eliminación del público durante 11 semanas será el ganador y recibirá una suma de dinero para financiar su campaña presidencial.

"Gracias a Yo quiero ser Presidente, alguien como Soledad Onetto o el profesor Corrales de Arica, puede plantearse la posibilidad en serio de ser Presidente de la República" , dice Shea.

Mejorar la democracia suena como un desafío espectacular, así como democratizar la educación, convertir al país en el polo de innovación latinoamericana o democratizar el crédito, son objetivos espectaculares, aparentemente imposibles de alcanzar para una persona común y corriente, pero con sus emprendimientos, Nicolás ha demostrado que un ciudadano común con buenas ideas y convicción, puede mover montañas. Aunque a la larga, lo que verdaderamente motiva a todo emprendedor, según le dijeron una vez, es otra cosa: "To make your mom proud".