Imagen: Gojko Franulic

La delegación de robótica chilena que con retazos y escombros compite con la NASA

No tienen auspicios, ni sede de reunión. Tampoco mentores profesionales, ni políticas públicas que los respalden. El equipo nacional “Corazón de Chileno", ha sabido transformar estas desventajas en oportunidades y así competir a la par con los mejores del mundo.

Por Macarena Fernández | 2014-06-19 | 17:30
La delegación nacional de robótica, Corazón de Chileno, compuesta por 33 integrantes, acaba de participar en el Mundial de robótica en Estados Unidos, que se llevó a cabo entre el 23 y 26 de abril en Missouri, obteniendo un excelente resultado. Es la primera vez que Chile logra pasar las eliminatorias para acceder a esta competencia internacional. 

La actividad, organizada por la fundación estadounidense FIRST Robotics Competitions en conjunto con la NASA, reúne anualmente a estudiantes de educación básica y media de todo el mundo con el fin de trabajar en un desafío de robótica, y así convertirse en líderes en tecnología.

Este año el desafío se llamó "Aerial Assit" y consistió en crear un juego estilo handball en el que los robots debían cooperar entre ellos para anotar puntos, insertando las pelotas de juego en las metas. Participaron 400 equipos de 38 países del mundo y Chile obtuvo la posición N°88.


¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrentó este equipo?


Gastón Calderón, estudiante de primer año de Diseño Industrial del DUOC, es uno de los mentores de Corazón de Chileno, y uno de los más jóvenes del Mundial. Respecto al escenario de Chile en robótica confiesa que "En Chile es una actividad bastante incipiente. No contamos con la tecnología necesaria para desarrollar proyectos de gran envergadura. Tampoco contamos con los materiales que se requieren. No tenemos competencia directa con quienes medirnos, porque somos el único equipo consolidado. No existen profesionales en el rubro, nuestro mayor mentor tiene apenas 30 años. Y lo más difícil es que aún no existe financiamiento ni interés real por parte de empresas ni políticas públicas que nos apoyen".

La realidad que vive nuestra delegación de robótica es muy distinta a la de los equipos de otras partes del mundo. Afuera existen numerosos equipos por región, quienes pueden ir midiéndose constantemente para llegar a las clasificatorias del mundial con mayor experiencia. Además, la mayoría de los equipos extranjeros cuenta con grandes auspicios y contrata como mentores a ingenieros de las empresas de mayor desarrollo tecnológico del mundo, como la NASA, Boeing, Raytheon, Microsoft y Lockheed Martin, entre otras. 

Respecto a este tema, Constanza Fredericksen, estudiante de Diseño Industrial del DUOC y mentora de Corazón de Chileno, comenta que "En el exterior los mentores son ingenieros de grandes empresas o profesores de colegios, acá en Chile somos los mismos alumnos que al cumplir 18 nos convertimos en mentores y tenemos que hacer malabares para financiarnos y no quedarnos fuera. Por ejemplo, nosotros no pasamos del millón de pesos para construir el robot, porque no tenemos de dónde sacar más financiamiento. En cambio en otros países invierten hasta 12 millones, y es porque los empresarios son los que se ponen con todo. Ellos ven el potencial de estos niños que después van a poder desarrollarse en sus propias empresas. Eso acá en Chile no pasa".

Si bien se han logrado reunir con el Ministerio de Educación, con el Ministerio de Economía y con distintas empresas, no es mucho lo que han podido lograr, y según ellos, la razón es que no existe consciencia de lo que la robótica puede aportar en educación al país. Mientras tanto se las baten con lo que tienen y con lo que pueden conseguir tocando puertas.

"La falta de recursos la tomamos como una oportunidad, porque alimenta mucho nuestra creatividad. Buscamos retazos de los basureros, desechos, madera y todos los materiales que nos puedan servir para fabricar nuestros robots. Nos repartimos millas para completar pasajes, tomamos vuelos de muchas escalas, juntamos peso por peso para las estadías. Hacemos todo tipo de trucos para completar los pasajes y así muchas veces no nos alcanza para todos", comenta Gastón respecto al concurso, que tiene un costo de 500 mil dólares sólo por concepto de inscripción y que, en el caso de los chilenos, también implica costos en importación de piezas, pasajes, estadías y otros. 

Con sus ganas e insistencia, han logrado que por ejemplo la Fundación norteamericana Caterpilar les pague la inscripción anual por el tiempo que quieran concursar. También que el DUOC les facilite sus espacios para reunirse y trabajar cuando quieran, y que la empresa Sabic les done materiales.


"Corazón de Chileno" en el Mundial de robótica

El aporte de la robótica a la educación


El equipo "Corazón de Chileno" está compuesto por jóvenes de 13 a 18 años de distintas regiones de Chile, liderados por mentores estudiantes de distintas carreras universitarias. Para estos últimos, la gracia de la robótica es que es una disciplina súper integral y multidisciplinaria, en la que se conectan áreas tan distintas como el diseño, la ingeniería, la mecánica, la electrónica, la programación, entre otras. 

El sistema de enseñanza que siguen en "Corazón de Chileno", se basa en la autonomía y la proactividad. Los niños deben aprender a investigar, a preguntarse, a ser creativos en las soluciones, trabajando constantemente el ensayo y error.  "Hay que darles la confianza de que pueden lograr lo que se proponen. De que pueden ser autónomos y de que en la perseverancia está  la clave. Y notas cómo avanzan y terminan creando sus propios robots. Entonces, si pueden programar algo tan complejo, ¿cómo no van a poder aprender matemáticas o química?", comenta Constanza.

En el caso de Estados Unidos, según cuentan los mentores, los mismos colegios tienen implementados lugares para trabajar, maquinarias, mecanismos y programas orientados a la robótica. Son conscientes de que a través de este tipo de actividades, los alumnos aprenden habilidades blandas como la colaboración, el trabajo en equipo, la proactividad, la tolerancia a la frustración, la creatividad, entre muchas otras cualidades que a futuro los harán ser grandes líderes.

Para Gastón, la experiencia como mentor ha sido enriquecedora. "Los niños aprenden a desarrollarse en áreas que jamás pensaron que serían capaces. Es acercarlos al mundo laboral, a que aprendan desde la práctica. Pero el sistema educativo actual los restringe al obligarlos a seguir un área específica. Lo mismo pasa en las universidades. Faltan mallas y reformas que velen por la enseñanza multidisciplinaria".

"Corazón de chileno" lleva 7 años participando en estos concursos, pero sólo habían llegado en oportunidades anteriores a las clasificatorias regionales, logrando importantes reconocimientos en gran parte de las competencias.

"La robótica crea niños autónomos, seguros, innovadores, comprometidos, que saben trabajar en equipo. Niños responsables, interesados por lo que aprenden. Vemos cómo con el tiempo suben las notas en el colegio, y estudian después donde quieren y lo que quieren" comenta orgullosa Constanza.

En Corazón de Chileno hay alumnos que han ganado Start Up Chile (fondo concursables para emprendimiento), alumnos trabajando en universidades, otros en Maker Space (taller abierto para emprendedores). Incluso hay alumnos que se han ganado becas para estudiar en universidades tan prestigiosas como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).  Está claro que es una escuela que forma líderes, y que lo que falta para masificarlo a nivel país, es el financiamiento, el aporte de becas, y una política pública ligada a la Educación que lo avale.

¿Crees que hace falta que disciplinas como ésta se integren en las mallas de los colegios?