Hace dos meses Manuela Martelli deshizo sus maletas en Chile. Después de años yendo y viniendo asegura que está más inmune a lo que significa el aterrizaje, esta vez, sin pasajes de regreso al extranjero. Los dos últimos años los pasó en Filadelfia, desarrollando un máster en Dirección Cinematográfica para hacer algo así como lo que ha querido toda su vida.

Cuando vimos su rostro plasmado en la carátula de B-Happy, Manuela ya tenía en la cabeza la idea de estudiar cine. De todas formas la actuación había estado siempre presente, por lo que cuando la llamaron para actuar en la película, aceptó pensando que sería otra puerta para entrar al mundo cinematográfico. Estrenada la cinta y con la PAA rendida, la entonces recién graduada decidió ingresar a Arte, considerándolo un buen punto de partida, ya que sentía que estudiar cine era muy prematuro y que "no iba a tener nada que decir".

Desde ese llamado para actuar en B-Happy, el teléfono nunca más paró de sonar. En el listado de lo que vino después, aparecen Machuca, Como un avión estrellado, Radio Corazón, Malta con huevo, La buena vida, Navidad, The Bridge, Mi último round y la próxima cinta por estrenarse en nuestro país: Il Futuro. Entre 'corten' y 'acción', Manuela decidió estudiar teatro en la Universidad Católica paralelo a Arte y meterse de lleno con la actuación, donde su tema -según dice- va por su gran amor al cine.

La actriz está actualmente en pleno proceso de investigación para lo que se convertirá en el guión de su opera prima en la pantalla grande. Va por etapas, no quiere adelantar nada (ni a ella misma), en los procesos de su debut como directora. Lo que es un hecho es que Martelli está emprendiendo un nuevo rumbo dentro de su extensa carrera artística a su no extensa edad (30).

Finalmente estudiaste cine ¿Es porque ya sabes lo que quieres decir?

Sí, ha sido loco el proceso. Un poco intuía hacia dónde quería ir antes de irme a estudiar afuera, lo que estuvo bueno porque me fui con una búsqueda, a trabajar en eso y en realidad me dí cuenta que es una búsqueda constante en mi vida, un tema que tiene que ver con la recuperación de la historia familiar, a grandes rasgos. Me fui metiendo en eso, hice varios ejercicios y ahora ya estoy escribiendo un proyecto. Tiene que ver con recuperar la historia más íntima.

Hay pocas directoras de cine mujeres ¿Cómo ves la entrada?

Es un tema… porque es un mundo muy masculino el del cine, por las condiciones en que se trabaja yo creo. Es como incompatible con la maternidad. Las directoras mujeres que conozco, pocas tienen hijos, es muy sacrificado. Yo ahora estoy como los caballos de carrera que no miran para atrás, no lo puedo detener, porque si me detengo, digo: ¿qué estoy haciendo? Es lo mismo que el tema de los teatros en Chile... no sale muy a cuenta.

¿Qué piensas de este “boom del cine chileno”?

Cuando fuimos a estrenar "Il Futuro" en Sundance, se comentaba mucho el cine chileno que es un poco lo que pasó con el cine argentino en los 90'. Ahora uno ve las películas que se estrenan este año y están súper buenas, hay una especie de maduración de esta generación. Hace poco vi Gloria, que está buenísima, y se puede ver el proceso de Sebastián Lelio, que es muy bonito. Hay una constancia, está pasando eso en algunos directores. Pero por otro lado no nos leamos la suerte entre gitanos, también es una industria incipiente, ni siquiera es una industria, es un medio muy precario.

¿Qué consideras que le falta principalmente?

Por un lado falta que los mismos profesionales se organicen dentro de su propio gremio. Debe haber un equilibrio entre exigir derechos y dar un buen servicio. Yo siento que no es sólo un tema de plata, sino que es un tema de en qué número de prioridad está la cultura en Chile y se nota eso en que los programas de apoyo a la cultura no son persistentes en el tiempo. Nadie te asegura que si tú haces una película, esa película se distribuya. Qué sacas con hacer una película chilena si después no se ve, hay que promover que el cine chileno lo vean los chilenos.

Para mí, esto es como la investigación científica. Cuántas investigaciones hay en el anonimato que resultan fundamentales para que en algún momento de la cadena se descubra algo. Hay un montón de eslabones de los que nadie se entera pero que son fundamentales. Esta cuestión es igual, tú tienes que subsidiar ciertas investigaciones. No se puede pretender que todas las películas o todas las obras sean rentables, sino estaríamos todos haciendo "Sexo con Amor", que está bueno que exista, pero también hay que apoyar lo otro.

Il futuro de la Martelli

Para el 6 de junio tiene fijada la fecha de estreno la película “Il futuro”, de Alicia Scherson  (Play, Turistas), una coproducción chileno-italo-española, que está basada en el libro “Una novelita lumpen” de Roberto Bolaño.

La cinta se mostró por primera vez en el Festival de Cine de Sundance de este año, donde fue aplaudida por el público que vio a Manuela Martelli interpretando a Bianca, una joven que pierde a sus padres y junto a su hermano menor queda desamparada en una Roma en ruinas. Esta niña italiana nacida en Chile, es impulsada por un grupo de jóvenes a trabajar como prostituta para un viejo actor ciego, del que se sabe que tiene plata guardada, todo con el fin de robarle. Esto termina en una relación turbia entre ambos, que puede generar confusiones en Bianca.

¿Fue muy difícil el personaje?

Sí, fue difícil. Actuar en otro idioma es mucho más complicado (italiano), estar 10, 11 horas a veces hablando y apareciendo en todas las escenas fue muy cansador. Además, había un tema con el acento: No era hablar italiano como una chilena, era hablar italiano como una chilena que había llegado a los 10 años, con muchas sutilezas. Antes de empezar las grabaciones tuve un profesor, porque cuando estás filmando y tienes a alguien preocupado de tu acento en el rodaje, te vuelves loco, tienes que entregarte también y esa fue una decisión que tomamos con la Alicia. Preferimos que hubiera un error de acento que no estar tranquila durante la filmación."

Alicia fue tu primera directora mujer en un largometraje ¿Fue inspiradora?

"Sí, fue inspiradora sobre todo por una afinidad y una sensibilidad respecto a cómo entender el personaje. También había un cuento con Bolaño, que era como muy afín y con conversar mucho... Las mujeres tenemos más training en la conversación, se nos da, los hombres son más de acción. Yo me sentía en un lugar muy cómodo. Lo he comentado con ella: El cine tiene eso de que es captar un momento, en el teatro vas armando sobre la marcha, una capa sobre otra y la cosa va mutando, acá es un instante que queda para siempre. Yo me daba cuenta con la Alicia de qué manera uno puede promover un cierto estado de las cosas para que sea el estado que uno quiere captar, para que surja lo mágico del momento. Eso no tiene que ver con lo que está escrito, no se puede premeditar demasiado, tiene que ver con estar presente."

¿Cómo lograba eso?

"Va relacionado con el trabajo en equipo. El director es fundamental en eso: En generar un ambiente, porque tiene que ver con las relaciones humanas. Los actores están muy vulnerables por lo que el cómo te despertaste ese día, cómo te trataron, cómo te hablaron, influye mucho en la manera en cómo estás y lo que transmites.

También aprendí de ella cosas más puntuales del cine, de técnica o de experiencia o de humor. La Alicia tiene un humor delicado y negro, muy rico. Además de cosas más específicas, de cómo se relaciona con los actores, cómo trabajar las escenas, o la manera en cómo filma. Se aprende mirando."

Todas técnicas que la actriz podrá usar el día de mañana, cuando se ponga tras la cámara a contar esa historia que, de manera intuitiva, la ha llevado a buscar en lo familiar, en lo íntimo, en la nueva dirección de Manuela Martelli.