Imagen: Lavidadeviaje.com

Premio Emprende 2014: La casa ecológica y la ropa deportiva que se llevaron el galardón

El Premio Emprende destacó en su sexta versión a dos emprendimientos que no solo tienen una potente historia detrás, sino también un rol social: vestuario deportivo y una casa ecológica. Conoce lo que tienen que decir los ganadores.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2014-12-29 | 17:00
Tags | emprendimiento, innovación, microempresarios, Premio Emprende, Caja Los Andes

Paradójicamente, hay veces en que un ataque al corazón te puede devolver a la vida en vez de quitártela. Es lo que le pasó a Claudia Lobos, que luego de un infarto al miocardio, sin trabajo y sola, decidió tomar un nuevo rumbo, que hoy la tiene convertida en una activa y premiada emprendedora a sus 52 años.

Para Matías Flores, la adversidad también se convirtió con el paso del tiempo en una oportunidad para salir adelante. Un accidente familiar irrumpió en su vida, por lo que tuvo que dejar sus estudios de ingeniería en diseño y productos. Como era amante de las montañas, decidió probar suerte, casi sin ninguna experiencia, en la manufactura ropa térmica outdoor con innovadores diseños. A sus 25 es dueño de la marca Selk'n.

Emprender puede ser apasionante, pero en ningún caso es algo fácil. Limitaciones de financiamiento, competencia, falta de experiencia en el rubro, entre otras cosas, son los obstáculos a sortear. Por esta razón el Premio Emprende de Caja Los Andes otorga apoyo económico y becas de estudio a los más destacados microempresarias para que pueden hacer crecer sus Pymes.

Claudia y Matías fueron los escogidos en esta sexta versión 2014, en las categorías Pensionados y Trabajadores Activos, respectivamente. Dos historias detrás de dos proyectos que se merecieron destacar entre los alrededor de 4.000 participantes de esta sexta versión, por su valentía y el impacto de sus ideas. ¿En qué consisten? Conoce aquí lo que hacen.

La casa "verde" de color amarillo

Premiada por ser innovadora y por educar a los niños en el cuidado del medioambiente, la Casa Ecológica que construyó Claudia en Coltauco (a 40 km. de Rancagua) luego de su infarto, está hecha con ecoladrillos de basura reciclada, funciona con energía solar, utiliza agua de vertiente, baños secos e integra un biodigestor. Es autosustentable.

Lo de usar la casa como ejemplo y educar a los niños se le ocurrió después de construirla. La casa la había pensado para ella, para relajarse en su estado de salud. Cuando postulaba a diferentes formas de financiamiento, la gente se interesaba por conocerla. Así fue como acabó convirtiéndose en visita obligada de colegios de la zona y Claudia entendió la importancia de transmitir sus conocimientos.

"Yo le muestra a la gente que se puede vivir en un lugar preocupado del medioambiente sin hacer daño", asegura.

- ¿Qué ha sido lo más fascinante de emprender?

"Me devolvió la vida, por así decirlo, el entregar todo lo que durante mis años de vida he ido aprendiendo, ponerlo en práctica, ha sido lo más emocionante. Uno no puede tener el conocimiento para guardarlo, tiene que ser para entregar".

- ¿Y lo más difícil?

"Aparte de los obstáculos económicos, que la gente creyera. Pensaban que con mi enfermedad me había vuelto loca, especialmente mi familia, pero poco a poco se fueron dando cuenta de la importancia del proyecto".

Agradecida por las oportunidades que les ofrece el Premio Emprende, además de otros premios que ha recibido en años anteriores, Claudia piensa en lo que ha aprendido en este proceso como emprendedora.

"Uno tiene mucho conocimiento. Los seres humanos a través de la vida vamos adquiriendo conocimiento y por lo general lo dejamos para nosotros, pero lo más importante y grande es esto de darlo a conocer, de servir. Los niños son esponjas, fascinados, les encanta, aprenden, preguntan de todo, los adultos también… pero más los niños".

Actualmente en esta casa ecológica, donde Claudia efectivamente vive, se imparten talleres de reciclaje, educación sobre cuidados del medio ambiente y visitas guiadas.

Inspirado en nuestro sur para climas extremos

Selk'n nació luego de que Matías debió interrumpir sus estudios. Su papá tuvo un accidente cardiovascular que lo dejó inmovilizado y los hermanos tuvieron que empezar a trabajar para mantener a la familia. Por el esfuerzo que esto implicó, y por ser un emprendimiento que valora la identidad y mano de obra chilena, esta marca de ropa outdoor mereció el Premio Emprende.

Matías junto a su hermano Alfredo trabajan creando ropa técnica con diseños innovadores, identidad y confección nacional de calidad. Productos que son probados por ellos y luego utilizados por deportistas que los representan en diversas disciplinas deportivas.

El nombre es propio de nuestro país, por los Selk'nam, una de las conocidas tribus de la Patagonia chilena, por mucho tiempo llamados onas. Su foco es crear vestuario para climas extremos como los que hay en Tierra del Fuego y sus alrededores.

"En cada producto siempre estamos representando un poco de historia, con la etiqueta, los diseños, mostramos cosas Selk'nam. Son creación totalmente nuestra", explica Matías.

A 3 años de haber comenzado la empresa, cuentan con varios productos y distribuyen en 7 tiendas del país, además de una en Nueva Zelanda y la venta online.

- ¿Qué ha sido lo más fascinante de emprender?

"Primero, que es un aprendizaje constante, una de las cosas más ricas en esto. En mi caso no soy un emprendedor que parte con estudios, ha sido todo un descubrimiento, lo puedo llevar desde mi forma de ver la vida: me gusta salir a subir cerros, andar en bicicleta, la escalada (…) Hay un espíritu aventurero y en este emprendimiento ha sido lo mismo, estoy aprendiendo cosas nuevas, a pesar de que intento mantener un control, siempre van apareciendo desafíos. Es algo bien dinámico y en mi caso particular, me estoy inventando el escenario perfecto para hacer de las cosas que más me gustan un trabajo, es como si no estuviera trabajando".

- ¿Y lo más difícil?

"Encontrar la mano de obra que nos pueda hacer los productos con la calidad que buscamos, el público nuestro es bastante exigente (…) Inicialmente no la teníamos, pero la empezamos a preparar, fue un trabajo lento, ensayo-error", nos cuenta.

Y agrega que el obstáculo permanente es principalmente el tiempo, ya que él y su hermano trabajan 45 horas semanales en un trabajo estable, por lo que tienen las tardes y las noches para dedicarse a Selk'n. A veces el cansancio les pasa la cuenta.

"Una de las cosas que más me he dado cuenta, por muy genio que se pueda ser, lo que más marca la diferencia en un emprendedor, y te puede llevar al éxito, es la constancia (…) He visto a gallos sequísimos, pero no tienen la constancia, no son arriesgados o apasionados, se quedan ahí y los proyectos mueren. Aunque sean fantásticos y estén bien hechos, le falta la cuota de pasión y constancia que los lleva al éxito y a eso es lo que nosotros estamos apuntando".

¿Has emprendido alguna vez? ¿Qué les recomendarías a Claudia y Matías?