Marcelo Montiel: "Hay tres caminos para un adicto: Clínicas, cárceles y cementerios"

Los seis años de exceso de alcohol y drogas en la vida del coach del programa La Jueza le dieron la experiencia suficiente para dedicarse hoy, limpio, a hablar sobre cómo prevenir el consumo de drogas y ayudar a adictos a retomar el control de sus vidas.

Por Antonia Laborde @antonialaborde | 2013-07-11 | 10:40
Tags | Marcelo, Montiel, rehabilitación, drogas, alcohol, ayuda
"Hay tres cosas que no se pueden ocultar: Adicciones, abusos sexuales y violencia"

El primer impacto que recibieron los padres conservadores de Marcelo Montiel cuando éste tenía 16 años, fue enterarse que sería padre fruto de una relación casual. El segundo impacto, fue que lo echaron de siete colegios en Santiago. El tercero, que estaba iniciándose en el consumo de droga y el alcohol, lo que lo llevaría a seis años de adicción. 

Ese joven, es hoy un hombre de 34 años, dedicado a hacer coaching a grupos de personas que sufren de alguna adicción, a escolares para prevenir que caigan en ellas o a empresas que quieran hablar del tema. Además se lo puede ver de panelista en el programa La Jueza tratando temas de adicción y está afinando los últimos detalles junto con su padre para instalar un centro de recuperación integral a las afueras de Santiago. ¿Qué aprendió Marcelo en el camino? A continuación nos lo cuenta.

"Mi padre tocó mil puertas, desde centros de rehabilitación carísimos a sicólogos o terapeutas personales, pero nada de eso dio resultado. Hasta los 22 años fueron constantes tocadas de fondo, cada embarrada era más grande que la otra: hubo detenciones, accidentes vehiculares importantes, con consecuencias y lesionados, que es una responsabilidad que tengo que asumir como parte de mi historia. Todo fue producto de un estado de no control de mi propia vida, de una autoestima mermada. Dentro de lo que recuerdo, es el esfuerzo de mi viejo en su campo sacándome a caminar durante 4 horas contándome de que habían oportunidades, de que había que trabajar por una vida mejor... una relación muy cercana. Ese modelo trato de replicarlo en mis sesiones, conversar en lo sencillo, en lo real, en lo concreto".

- ¿Cómo lograste dejar la adicción?

"Esas conversaciones con mi padre fueron mis primeros 'darme cuenta'. Me llevé yo mismo a una comunidad de Alcohólicos Anónimos (AA) asumiendo que no fui capaz de sanarme yo mismo de la enfermedad. Mucha gente cree que AA es para el borrachito de la calle y no, es un programa a nivel mundial, gratuito, donde compartes con todo tipo de personas. El 2003 pasé mi primer año limpio, comencé a alejarme de amistades, de sectores y calles, hay lugares de Santiago que no voy. Trabajar me mantiene muy centrado en lo que es la enfermedad y sus consecuencias, de lo que puedes perder versus lo que puedes ganar. En todas las personas que trato veo algo mío, hago mucho espejo". 

Marcelo estudió un tiempo hotelería y luego ingeniería comercial, carrera de la que egresó pero no se tituló. Por su trabajo en una minera vivió los paros de Codelco el 2006 y 2007, donde lo mandaron a formarse como coach para ayudar a generar diálogos con los sindicatos. Vio inmediatamente que la herramienta del coaching podría ser utilísima para tratar a adictos.

El 2009 se volvió trabajador independiente para fundar "Renovando", empresa dedicada a realizar intervenciones positivas en organizaciones sobre la adicción desde un punto de vista vivencial. 

- ¿Cuál es el factor común entre las personas que sufren esta enfermedad?

"La autoestima. No tener una autoestima positiva, no quererse, no aceptarse y no creerse el cuento de que son capaces alcanzar lo que quieren. Eso te lleva a tomar decisiones equivocadas porque crees que es el medio que te va a llevar a lo que quieres.

Otro de los denominadores comunes que me toca observar en colegios de Puente Alto a La Dehesa, es que gran parte de los chicos que a los 14 años ha tenido contacto con el alcohol o marihuana, sus padres terminan ebrios en los almuerzos de los fines de semana. Ellos mal entienden el éxito, ven exitosos a sus padres y también los ven como consumidores." 

- ¿Cómo se construye una autoestima que ya está dañada?

"Una de las características del modelo que ocupo yo de superación es no volver al pasado, no mirar qué fue lo que te ocurrió o lo que te estancó. Es desde el estado actual al estado deseado, sobre eso construir objetivos, valoración, directamente aceptación. Hoy día vemos adolescentes con problemas de bullying, anorexia, porque no se aceptan y quieren cumplir un patrón exitista que no existe o fueron impuestos.

No podemos seguir con una relación paternalista de responsabilizar a terceros. Una de las razones por las cuales no cumplimos nuestros objetivos generalmente es porque culpamos a terceros, al gobierno de turno, al jefe, al padre o al pololo. Tenemos que hacernos cargo: Primero aceptarme, luego definir hacia dónde y qué quiero hacer y respetar la diversidad, soy parte de esto, no soy ajeno, tengo que tener un rol protagónico."

Para Marcelo, Chile está absolutamente al debe en políticas públicas para tratamientos de adicciones y asegura que SENDA (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol) no da abasto, la demanda crece y no hay oferta. Tenemos lista de espera para dos a tres meses, periodo en que se puede perder a alguien. Estamos haciendo planes de prevención para jóvenes de 17 y 18 años cuando hay que empezar a los 12. Recientemente se publicó el Informe Mundial sobre Droga 2013 realizado por la ONU, donde Chile figuraba como el tercer país con mayor consumo de marihuana de Sudamérica, detrás de Brasil y Uruguay. 

- ¿Cuál debiera ser el mensaje en los colegios a los niños de 12 años?

"Para prevenir deben conocer y para conocer debemos hablar claro y sin condicionantes ni tabú: qué son y qué producen, no desde la literatura si no desde lo concreto, lo práctico. Hay que decir que la droga te va a llevar por tres caminos en la vida: cárceles, clínicas y cementerios, básicamente porque está expuesto a esas tres cosas. Hay que hablarles de droga desde claridad experiencial, no desde un concepto literal, un flayer no lo van a entender. Los padres tienen que ser cercanos, cultivar la relación y recuperar las instancias para que los jóvenes se relacionen con personas, no con pantallas." 

- ¿Qué consejos de le puede dar a unos padres con un hijo adicto?

"Los padres tiene que reconocer que su hijo tiene problemas pero que no debe ser mirado como "niño problema". No hay que esconderlo y mandarlo a un centro a las afueras o echarlo de la casa. No. Hay que asumir que es un niño enfermo, como tenemos algún pariente enfermo de cáncer, epilepsia, este tiene una adicción y es una enfermedad que lo va a acompañar para el resto de su vida

Muchos años mi papá se avergonzó de tener un hijo adicto y no lo juzgo, pero no podemos ser así ahora. Hay tres cosas que no se pueden ocultar: Adicciones, abusos sexuales y violencia, se deben hablar transparentemente para que no sigan ocurriendo.

Muchos de los papás con que me junto dicen que lo primero que quieren es que sus hijos sean profesionales, pero creo que lo más importante debe ser querer hijos felices. Ellos deben entregar las herramientas y los hijos deben decidir por sí mismos, no pavimentarles el camino." 

Actualmente Marcelo está en busca de inversionistas para levantar un centro de desarrollo integral en una parcela a las afueras de Santiago. La idea es que los pacientes tengan posibilidad de residencia o de recibir un tratamiento ambulatorio, pero no bajo el esquema de una comunidad terapéutica. Habrá trabajo físico, trabajo emocional, se les entregarán herramientas concretas a los pacientes para que puedan tener una reinserción a la sociedad positiva. "No vamos a hablar solamente de drogas, porque las drogas no son el problema, sino todo lo que traen consigo; ese deterioro de la personalidad, la alta de motivaciones, la lentitud mental, todo eso es efecto de las sustancias".