La Hermana María de Guadalupe Rodrigo es una religiosa argentina, que a los 18 años decidió unirse a la Congregación Misionera del Verbo Encantado. A los 23 le propusieron como misión mudarse a Medio Oriente, y eso hizo. Los primeros dos años vivió en Belén, aprendiendo árabe para poder comunicarse con la gente en su idioma. Una vez dominado, la trasladaron a Egipto, donde estuvo los siguientes 12 años.
12 años que ella considera una misión hermosa, pero muy intensa que terminó enfermándola. En enero del 2011, sus superiores le permiten escoger un destino temporal más tranquilo para recuperarse y recobrar fuerzas para continuar su misión. Ella escoge Siria: país ejemplar de Medio Oriente en el que cristianos y musulmanes conviven en perfecta armonía, con gobierno laico, excelente situación económica, sin deuda externa, bajo desempleo, nula delincuencia. “Un verdadero oasis de paz”.
El destino… Pocos meses después estalla la guerra civil en Siria, el conflicto mundial más terrible del siglo XXI, que ya lleva cinco años y que, según datos oficiales, ha dejado a más de 470.000 personas fallecidas, 11 millones de desplazados internos y más de 5 millones de refugiados en el extranjero. Y las cifras continúan aumentando todos los días.
La Hna. Guadalupe decidió quedarse en Alepo, ciudad del norte de Siria, por voluntad propia. No fue capaz de arrancarse y dejar a toda esa gente abandonada en la miseria. Entendió que su nueva misión era Siria, donde se quedó hasta el año pasado. Volvió a Argentina por urgencias familiares y hoy da su testimonio en distintos países, con el fin de transmitir la verdadera realidad que se vive en Siria, según ella, tan distinta a la que muestran los medios occidentales.
Conversamos con la hermana Guadalupe en la instancia que organizó la organización Ayuda a la Iglesia que Sufre en conjunto con la Pastoral de la Universidad Católica, sobre cómo fue el inicio de la revolución civil en contra del presidente Bashar Al Assad y sobre la postura que han mantenido los medios occidentales frente al conflicto durante estos cinco años de guerra. Nos contó que la realidad es completamente diferente.
Bombardeo en pleno centro de Alepo. |
- ¿Cómo se vivió el inicio de la guerra en Siria?
“La gente en Siria no estaba pidiendo cambios de gobierno, al contrario, la mayoría lo apoyaba y lo siguen apoyando. Había grupos opositores, pero eran la minoría. Por lo tanto, estas guerras no nacen en la calle como lo muestra la televisión. Esta guerra se planeó sobre un escritorio, se inventó, se programó y se provocó. ¿Cómo?Alimentando esos grupos opositores con grupos terroristas interesados desde afuera”.
- Se dice que todo comenzó con marchas pacíficas civiles en contra del régimen de Bashar Al Assad. ¿Lo desmiente entonces?
“Yo no lo cuento porque lo leí. Yo lo viví. Y eso es completamente falso. Mientras los medios mostraban que los sirios salían pacíficamente a las calles pidiendo democracia, la realidad era otra. Desde el minuto uno que entraron grupos armados a los pueblos, grupos que hablaban otros dialectos, que provocaron disturbios, descuartizaron cristianos, envolviéndolos luego en bolsas de basura con carteles que decían: no tocar, es cristiano. Es más, la gente de Siria, musulmanes y cristianos, salieron a las calles a protestar pacíficamente a favor de su gobierno, no en contra, ellos querían seguir como estaban, aunque cueste mucho entenderlo, pero claramente esto los medios no lo muestran”.
- ¿Y por qué motivo no mostrarían esta realidad los medios?
“El 2011 cuando esto empieza, la Unión Europea y la Comunidad Internacional se pronuncia a favor de la revolución, teóricamente apoyando al pueblo. ¿Entonces qué hacen? Embargan el petróleo, paralizan toda la actividad financiera en Siria y prohíben la exportación de ciertos productos. Imaginen lo que esto significó para el país, para el pueblo, para las familias sirias. El 2012 se levanta el embargo del petróleo. ¿Por qué? Porque muchos de los pozos petroleros estaban en manos de los rebeldes sirios y había que potenciarlos económicamente para que continuaran la revolución, para sacar a Al Assad del poder. Entonces, esto jamás ha sido una guerra civil. Es una guerra inventada desde el extranjero que potenció a los islamistas extremos en contra de todos a quienes consideran traidores”.
- ¿Los traidores vendrían siendo los cristianos?
“En esta guerra hay muchos intereses mezclados. Están los intereses religiosos de estos grupos fundamentalistas que buscan acabar con los infieles. Los cristianos en primer lugar, pero también con todos los otros grupos religiosos, incluidos los propios musulmanes moderados, porque también son considerados traidores. Por otra parte está el interés político de instalar el Califato, y eso significa tomar y arrasar ciudades y derribar el gobierno cueste lo que cueste. Y finalmente están los intereses económicos, los que menos se ven y que son los más potentes, porque se trata de un interés por el dominio económico en la zona y con el petróleo, y por esto es que la guerra la están financiando desde afuera y eso no aparece en los medios. Se está financiando un genocidio”.
Guadalupe nos cuenta que al potenciar a los rebeldes y al debilitar el régimen de Al Assad, el Estado Islámico tomó más fuerza y decidió involucrarse de lleno en el conflicto. Según ella, esto provocó que comenzaran a bombardear las ciudades principales como Damasco y Alepo y que el terrorismo se apoderara de la región.
- ¿En qué consistía su trabajo en Alepo?
“Antes de la guerra, nuestro trabajo era en la Pastoral de la parroquia, en la Catedral de la ciudad. Ahí realizamos todo tipo de actividades parroquiales junto a los sacerdotes, y además tenemos una pensión para estudiantes universitarias. Ahora con el conflicto, se intensificó el apostolado y nos dedicamos también a visitar heridos en los hospitales, asistir a las familias, tanto cristianas como musulmanas. Pero hay que entender que los cristianos que son la minoría más perseguida y vulnerable, es también la fracción menos asistida. Hay muchas ONGs trabajando, muchas organizaciones que llevan ayuda directamente a campos de refugiados musulmanes y especialmente a refugiados rebeldes, porque el occidental piensa que para liberar al pueblo hay que ayudar a los rebeldes, cuando la realidad es que esto rebeldes están masacrando al pueblo, son los propios terroristas. Es terrible, pero es así”.
Hna. Guadalupe visitando a un enfermo en Alepo. |
- ¿Cómo vive una persona hoy en Siria en medio de los bombardeos?
“Hubo un año entero en que los rebeldes sitiaron Alepo. La gente quedó completamente desabastecida. Veías personas en la calle arrancando ramas de los árboles para cocinarse algo para comer. Tenemos una hora de luz al día. El agua es una vez por semana. La gente moría de hambre, porque con la ciudad bloqueada no dejaron ingresar camiones de alimento. El ataque terrorista es permanente. Las primeras semanas estuvimos encerrados con toque de queda, bombardeos, tiros, dormíamos en los subsuelos. Pero las semanas se volvieron meses y los meses en años en esta misma situación. Uno se habitúa a salir con los bombardeos, a dormir con las explosiones y a llevar adelante una vida cotidiana como se pueda. La gente sigue saliendo a la calle, pero se despide de su familia cuando se va a comprar el pan a la esquina, cuando se va al colegio. La gente aprende a evitar la mira de los francotiradores”.
“Es heroico lo que hace esta gente. El pueblo sigue su vida cotidiana de forma admirable, literalmente bajo el bombardeo y en medio de los tiroteos. Los niños siguen concurriendo al colegio, las estudiantes a la universidad, egresan, se reciben, buscan trabajo. Las mujeres salen a realizar sus compras. La vida continúa. La fe de las personas es simplemente impresionante y es lo que los mantiene de pie y los hace seguir sonriendo. Es impresionante verlo”.
- ¿Qué es lo más difícil que le tocó vivir allá?
“Uno pasa situaciones difíciles casi todos los días. Estar ahí es ver pasar la muerte de cerca. Una de las cosas más fuertes fue ver la caída de un misil a 50 metros del lugar donde vivimos. Un misil a la tierra, fue muy potente, dejó a más de 400 muertos, cientos de heridos. Asistir a estas personas. Una de nuestras estudiantes con un hierro clavado en la espalda y ver este sufrimiento atroz, porque no creo que exista algo peor que esto. Ver cómo entierran niños vivos supera todo lo que uno se puede imaginar. Y a la par de tanto sufrimiento, impresionan los signos de esperanza, de fe, y ver cómo Dios se las arregla para sacar bienes de los males. Desde ese mismo día del misil se duplicó la gente en la misa diaria. La fe de esta gente es imbatible. Son verdaderos mártires”.
- ¿Cómo podemos aportar desde Occidente?, ¿acoger a más refugiados es una solución?
“Yo creo que no. Cuando se habla de refugiados se desvía el tema, se desvirtúa, se manipula, porque ahí se mete a todos en una misma bolsa a lo que no es el problema sirio en definitiva, porque la gente siria no se quiere ir. La gente siria se queda en El Líbano, en Jordania, en Turquía. No es la solución. Lo que cada uno puede hacer es rezar, esa es la primera ayuda que ellos piden. En segundo lugar, difundir la verdad de lo que está ocurriendo, porque así los que están arriba, los poderosos que están tomando las decisiones, deberían dar un paso hacia atrás y terminar con esto. Y en tercer lugar, colaborar con lo que uno pueda. Aquí en Chile tienen la posibilidad de apoyar a las organizaciones como Ayuda a la Iglesia que Sufre que ayuda concretamente a la gente que está en Siria y que no quiere irse. Una ayuda que sea real y que llegue a la gente que lo está necesitando”.
La BBC publica hoy que desde julio Alepo se encuentra sitiada nuevamente. Un millón y medio de personas están atrapadas en la ciudad entre los bombardeos del gobierno sirio, Rusia y los rebeldes, éstos últimos con armas norteamericanas. La gente está muriendo, no hay alimentos ni suficientes medicamentos, ni insumos médicos, es por esto que Naciones Unidas está negociando una tregua con Rusia para detener los ataques durante 48 horas para poder ingresar ayuda humanitaria. Los médicos que están en la ciudad, enviaron una desesperada petición de ayuda a Barack Obama rogando por la apertura permanente de una vía de suministro.