La cruzada del cirujano plástico que opera gratis a mujeres víctimas de ataques con ácido

El cirujano colombiano, Alan González (46 años), destina el 8% de sus ganancias para realizar reconstrucciones faciales gratuitas a mujeres víctimas de ataques con ácido y a hombres víctimas del conflicto armado. El Congreso lo acaba de reconocer con la Condecoración Cruz Caballero.

Por Macarena Fernández | 2017-06-28 | 16:30
Tags | Cirugía, violencia de género, femicidios, Colombia, ataques con ácido

El año 2013, Colombia se situó como el país con más casos de mujeres víctimas de ataques con ácido en el mundo, por encima de Bangladesh, Camboya y Pakistán. Se estima que este crimen deja unas 100 víctimas al año, de las cuales el 75% corresponde a mujeres de escasos recursos, y los atacantes suelen ser sus ex parejas.

Una realidad terrible que obligó al gobierno colombiano a decretar la ley "Natalia Ponce", aprobada el año 2016, que convierte los ataques con químicos en un delito en sí mismo (no como una simple lesión) y que el atacante arriesga entre 12 y 30 años de cárcel por el delito.

En mayo pasado, el Congreso colombiano decidió condecorar con la Cruz Caballero a una persona que se ha transformado en un líder de esta causa, al devolverles la sonrisa a las mujeres víctimas, quienes lo llaman "el ángel".

Se trata del cirujano plástico Alan González, quien desde al año 2010 ha reconstruido el rosto de más de 15 mujeres víctimas de ataques con ácido, sumando casi 300 procedimientos quirúrgicos, que cuestan varios millones de pesos, de forma completamente gratuita.

El Dr. Alan González

¿Cómo lo hace? Destinando el 8% de sus ganancias por operaciones estéticas particulares, para costear los gastos clínicos, procedimientos (cerca de 30 operaciones por paciente), medicamentos, cremas y tratamientos postquirúrgicos de las mujeres víctimas de ataques con ácido en Colombia.

"El reto es devolverles sus sueños e ilusiones, y sobre todo sus sonrisas.No solo reconstruimos caras: reconstruimos vidas",señala el médico.

Además, el Dr. González ha operado gratuitamente a soldados y policías quemados o amputados por las minas antipersonales y el conflicto armado de Colombia; y ha creado la Fundación Hogar Sendero Nuevo, donde se les da educación, alimento y cuidado a más de 500 niños de escasos recursos, hasta que terminen el colegio.

El origen de su filantropía

Alan González se tituló de Médico Cirujano en la Universidad Nacional de Bogotá y luego decidió realizar su especialización en Cirugía Plástica en La Habana, para ganar experiencia, ya que en Cuba la cirugía estética está cubierta por el plan de Salud y son cientos de pacientes los que se someten a operaciones o reconstrucciones, mes a mes.

En Cuba, el joven cirujano realizó más de 2.500 cirugías. La mayoría de ellas relacionadas a quemaduras, ya que uno de los métodos de suicidio más comunes de los cubanos era la ignición, por lo que el Dr. González se fue formando como caumatólogo (experto en quemaduras).

Al volver a Colombia, Alan decidió alejarse un tiempo de las quemaduras y dedicarse a las operaciones estéticas. Pero un día lo llamaron de la Fundación Unidos por Colombia, donde se dedican a recaudar fondos para la rehabilitación de soldados colombianos gravemente heridos en el cumplimiento de su deber; y lo invitaron a reconstruir los rostros de los soldados víctimas del conflicto armado. Y, sin dudarlo, accedió pero con la condición de que no se le pagara.

Su primer paciente de la fundación fue un sargento llamado Wilson Calderón. "Estaba absolutamente desfigurado, no podía abrir la boca, separar los brazos, estaba pegado. Un drama que no te imaginas. Yo nunca me he impresionado con un caso, pero este hombre me impresionó. Además, estaba ciego. Lo abracé y le dije: tranquilo amigo, yo lo voy a ayudar. Así empezamos y ahora es un inspirador, se ve que es un hombre feliz. Él me marcó", cuenta González.

Tiempo después, siguiendo con su compromiso social, se unió a la Fundación Reconstruyendo Rostros, una organización que agrupa a mujeres que han sido atacadas con agentes químicos en la cara.

Su primera paciente fue una niña de 16 años: Erika, quien tras ser atacada a pedido, por su ex novio, dejó el colegio y se encerró en su habitación sin querer saber nada del mundo. Alan recuerda que el día que la conoció "llevaba puesto un pasamontañas, sólo se le veían los ojos, y tenía una mirada muy triste. Cuando la vi en la consulta le dije que la iba a ayudar y desde ese día decidí ponerme a disposición de ellas".

Las intervenciones y el tratamiento con Erika duraron alrededor de dos años y, de a poco, la niña se olvidó del pasamontañas y empezó a utilizar bufandas grandes, luego un tapaboca hasta finalmente descubrirse el rostro por completo. Hoy, Erika está casada y tiene dos hijos y asegura ser una mujer completamente feliz y segura de sí misma, gracias al doctor Alan González.

Al preguntarle al doctor, por qué decidió ayudar de forma gratuita a estas mujeres, él señala lo siguiente: "Mi mamá era muy creyente, yo heredé su fe en Dios, soy católico. Con ejemplo, ella me enseñó que debía colaborarle a los demás y que la ayuda no podía ser a medias. Si ayudas, es de principio a fin. Por eso, cuando ayudo a una mujer pago todo lo que implique la reconstrucción facial, la clínica, los postoperatorios, hasta el pasaje; porque no quiero que mi ayuda o mi solidaridad quede truncada por cosas como el hecho de que no tengan para el bus para venir a la consulta".

El Dr. González con cinco de sus pacientes

Testimonios de sus pacientes

Ángeles Borda es una de las 15 pacientes del Dr. González. Hace 10 años que convive con las cicatrices del terrible 7 de febrero de 2007, cuando al pasar frente a una construcción, unos obreros le tiraron ácido nítrico por no responder a los piropos.

Ángeles hoy está casada y es madre de tres hijos. Ya lleva ocho cirugías reconstructivas y se apronta a una novena. Se considera una sobreviviente y cuenta que "sé que en unos mesesitos me voy a ver mejor (…) Tenía dos opciones: quedarme llorando o salir al mundo a mostrarme como soy. Lo que me ocurrió es muy triste, pero se puede vivir con estas secuelas (…) Tengo sueños, tengo metas y tengo la fortaleza para seguir adelante".

Ángeles junto a su familia

Luz Mendoza también sufrió un ataque con ácido en Medellín el año 2011. Hoy tiene 37 años y es otra paciente del Dr. González. Lleva 25 cirugías y aún le faltan varias más para reconstruir sus mejillas, frente, boca, nariz y un trasplante de córnea para ver si puede recuperar algo la visión.

Señala que sólo gracias a sus hijos hoy está viva y que el trabajo del Dr. González ha sido fundamental para su recuperación, ya que "es un ángel para nosotras. Le debemos mucho. Nos da ánimo, nos da alegría".

Luz Mendoza antes de someterse a una nueva operación

Así como ellas, otras 13 mujeres han tenido el privilegio de reconstruir estéticamente sus rostros gracias al trabajo desinteresado del Alan González, quien se compromete hasta el límite con cada una de sus pacientes, realizando las cirugías necesarias a cada una para dejarlas lo mejor posible y así devolverles su autoestima y las ganas de seguir viviendo.