Jorge Nazer, el hombre que frena el delito a través de la información

El fundador de ALTO y varios otros emprendimientos explica cómo un problema "imposible" de resolver se transformó en un negocio y las lecciones aprendidas al llevarlo a cabo.

Por Antonia Laborde @antonialaborde | 2013-03-13 | 16:18
Tags | Jorge Nazer, ALTO, emprendimiento

Dos amigos, una idea y un montón de gente cerrándoles la puerta en la cara. Suena a un clásico en la historia de los emprendedores. Estos mismos dos amigos, la misma idea y saber aprovechar una oportunidad. Y ahí ya cambia la historia.

Jorge Nazer se las estaba barajando para vivir, entre su trabajo en Jóvenes al Servicio de Chile en un Puerto Varas más pobre del que se conoce hoy (2003) y su asesoramiento al supermercado Líder de Puerto Montt, en su calidad de abogado. Entre varios viajes y un par de piscolas con su amigo Ignacio Piña, también abogado, se les ocurrió emprender.

"Yo veía que le robaban todo el día al Líder y que nadie decía nada", cuenta Nazer, de este problema que sufría el supermercado visto con ojos de oportunidad por el lado del emprendedor.

Los amigos se complementaban. Nazer era creativo y Piña venía de estudiar sobre cómo la información podía cambiar la conducta de las personas. Así que se estuvieron cabeceando un buen rato y llegaron a una concepto que lo resumía todo: El triángulo.

- "Mire, son tres puntos" - explicarían tiempo después al Alcalde de la zona- "Nosotros identificamos y entendemos a los ladrones que cometen el robo hormiga, luego los perseguimos legalmente, cosa que nadie hace porque es muy caro y por último nos comunicamos con ellos, marcamos los productos que roban, les dejamos panfletos afuera de sus casas, todo con el sello "ALTO"-.

- "Cierren la puerta por fuera por favor"

No les fue bien. Ni con el alcalde, ni con tantos otros con quienes se tuvieron que juntar a tomar café, unos más amargos que otros. Pero ellos estaban seguros que si eran capaces de influir en las personas que cometían delitos pequeños, probablemente dejarían de ser delincuentes después. Y el supermercado Líder los escuchó.

Nazer y Piña pusieron en práctica por primera vez su teoría del triángulo. "Como yo trabajaba con ellos y veía que todo el día les robaban, un día les pedí que me dejaran ver quiénes eran los ladrones y me empecé a hacer una base de datos de ellos. Cuando nos hicimos una visión, probamos el modelo y nos funcionó".

La primera experiencia

El primer año redujeron en aproximadamente un 25% los robo hormiga. Y como funcionó, se vieron enfrentados a transformarlo en un negocio.

"Al principio nadie nos creía, contratamos a un asesor para que nos dijera porqué no era un negocio como decían todos. Tres horas después se dio cuenta que era un negocio gigante. Ahí pasamos meses con una carpeta bajo del brazo recolectando gente para que nos ayudara en esto", recuerda Nazer. (¿podemos averiguar cuándo ocurrió esto?)

En medio de los esfuerzos por derribar esa barrera, como la denomina el abogado-emprendedor, vino algo que para él simplemente se cataloga como suerte. "Al administrador del Líder de Puerto Montt le preguntaron qué estaba haciendo para combatir el robo en el supermercado y él, para lucirse, dice que está trabajando con la empresa ALTO y que les ha ido súper bien". Esa frase los llevó hasta Santiago, donde presentaron el proyecto, que terminó en un contrato con la casa matriz de Líder, firmado el año 2005, para combatir el robo hormiga en 50 supermercados de la cadena.

"Cuando teníamos el contrato firmado nos preguntamos ¿Y ahora qué hacemos?" -cuenta Nazer- "Ahí vino lo de contratar gente, motivarlos. Les hablaba de un sueño y pensaban que era una cámara escondida. Si la gente te compra y ven que hay pasión y ven que tú puedes generar un cambio, se van a sumar".

Y hubo gente que se la compró y se sumó. Mientras tanto, invertir, armar directorio, estudiar negocios. Nazer define a su empresa como una suma entre suerte, perseverancia, creerse el cuento, pasión y un fin bueno. Asegura que la plata daba lo mismo, era un tema de ser capaces de hacer algo bueno.

Con el negocio ya andando, se dieron cuenta que resultaba autodestructivo quedarse sólo en la senda del robo hormiga, porque una vez resuelto el problema, los echarían. Así que a buscar diferentes nichos de negocios donde ocurriera el mismo fenómeno: Grandes volúmenes de delitos que nadie los quiera recibir porque era muy caro y donde se pudiera disuadir para que la gente los deje de cometer. Se metieron en salud, agua potable, electricidad, autos, etc.

Pero tampoco se quedaron ahí. Mientras nacían las ideas y se iban concretando, siempre estuvieron pensando en qué lugares del mundo se podrían replicar. Y el 2009 partieron a Colombia.

Pero ahí la historia vuelve a parecerse a las que solemos oír. "Cuando llegamos a Colombia, estuvimos años probando y probando y nos fue pésimo. Todo era diferente: La gente, el modelo. Lo principal creo que fue darnos cuenta que no estábamos en Chile".

Ese problema que tantos dolores de cabeza le causó a los amigos, se solucionó de una forma sencilla: contratando colombianos. Y con eso, ya tenían la clave para cuando se abrieran en otros países, como en México, donde llegaron de la mano de Walmart: Contratar trabajadores locales que entiendan la cultura. "Uno va mejorando la puntería, nos hemos equivocado varias veces, pero hemos aprendido a acertar", dice Nazer, quien por estos días va a tomar un vuelo a España a ver qué tal le va con ALTO.

"El problema que tiene la innovación es que no tiene mercado, tú tienes que convencer a la gente y por eso mueren tantos emprendimientos: o nacen antes de tiempo o eres incapaz de venderla. Y nosotros dimos con la fórmula" -cuenta Nazer - "El triángulo"

Ahora, ya pronto a llegar a los 40 años y con varios hijos de ALTO dando vueltas, reflexiona que una de las lecciones de vida que le dio esa idea que salió entre un par de piscolas y un poco de frío al sur de Chile, es que la gente que te rodea tiene que ser buena. "La mayoría de la gente que está contigo es muchísimo mejor que tú". Pero es un arma de doble filo.

"Uno de los problemas es la retención de talento, una que otra vez se nos ha ido gente muy buena. La clave es que para ellos sea un desafío trabajar aquí" - señala.

Ahora ¿quiénes son los buenos? Para Jorge Nazer la persona ejemplar es la capaz de equilibrar el área personal, profesional, espiritual y física. "El desafío es lograr ese objetivo es conocer tus talentos y usarlos para bien".