Mañana Duilio de Lapeyra correrá los 50K en su categoría del Endurance Challenge de The North Face. Será la primera vez que corra esa cantidad de kilómetros, después del accidente que tuvo en 2012. Dice que su familia y amigos le tienen fe y están convencidos de que lo logrará.
“Lo más difícil yo creo que ha sido creer que soy capaz, el resto es el día a día y se va trabajando. La confianza en mí es lejos lo más difícil y es una constante. Mañana corro los 50 kilómetros y al igual que la primera carrera que hice, soy el que menos fe me tengo”, cuenta de Lapeyra a El Definido.
El 1 de diciembre de 2012 un conductor en estado de ebriedad atropelló a un grupo de corredores que iban de Santiago a Valparaíso para apoyar a la Teletón. Tres personas murieron y ocho quedaron heridos, entre ellos Lapeyra, uno de los organizadores y amante del deporte, quien ya había participado en otras corridas solidarias.
No era la primera vez que el hombre que los atropelló conducía ebrio, de hecho iba sin licencia, porque se la habían quitado por haber protagonizado otros tres incidentes manejando borracho.
En un principio Duilio de Lapeyra fue dado por muerto, sin embargo, su hermana y cuñado presionaron para que la ambulancia se lo llevara porque aún tenía signos vitales. Fue trasladado a la Posta Central y luego a la Clínica Alemana. Estuvo en coma por ocho días.
17 fracturas desde las caderas hasta las rodillas, un golpe en la cabeza le dañó el nervio femoral y le atrofió la pierna izquierda, fracturas en las costillas y la clavícula. No podría volver a correr nunca más.
De Lapeyra nos cuenta que cuando despertó vino lo peor, el dolor era insoportable.
“No iba a caminar, tenía 75% de discapacidad, me despidieron de mi trabajo, me llené de deudas, lo perdí todo, me embargaron, me fui a la cresta. Y con un escenario donde más encima no tenía herramientas para decir 'voy a salir de este estado'. En ese momento para mí el accidente era una situación que me cagó la vida a mí y a mi familia”.
Pasó las primeras tres noches analizando toda su vida y planificando el futuro, ¿qué camino iba a seguir? Finalmente, se propuso revalidar sus estudios, hacer un postgrado, emprender, volver a correr… y volver al Ultra-Trail de Mont Blanc. "Hoy día todo eso lo he hecho, solo me falta el último, que espero hacerlo el próximo año y para eso me estoy preparando”, nos dice.
Hoy está 100% dedicado a su emprendimiento. Dos años después del accidente, en 2014, fundó una consultora de habilidades estratégicas llamada Inspira 360°, a través de la que realiza charlas y talleres donde los pilares fundamentales son la motivación, seguridad e inclusión. En un principio tuvo que emprender a la fuerza porque nadie lo contrataba después del accidente, pero hoy asegura esto lo mueve. “Me para los pelos”, revela.
De Lapeyra nos cuenta cómo en estos casi cinco años ha sido capaz de cumplir las metas que se propuso mientras estaba internado en la clínica.
“El ego ayuda a levantarse, es necesario para dar el primer paso, pero el segundo, tercero y cuarto se logran con voluntad y perseverancia”.
Cuenta que todos estos sueños locos que uno tiene, él los aterrizó y vio cuáles realmente podía hacer realidad. Así que se preguntó qué es lo que podía hacer con sus herramientas para lograr lo que se había propuesto.
"Existen miles de externalidades que yo no puedo controlar por ningún motivo, pero me empecé a preocupar de lo poco que podía controlar y eso he trabajado. Esto me ha permitido cumplir mis objetivos”, asegura y agrega que esto lo podemos aplicar para cualquier ámbito de la vida, que debemos potenciar al máximo nuestras herramientas y dejar de concentrarnos en las cosas que nos impiden lograr lo que queremos.
Agrega que el apoyo de su familia fue un pilar fundamental para él. "Tener gente que espera lo mejor de mí, es suficiente para uno decir 'sabes qué no voy a bajar los brazos, voy a seguir adelante', porque mi familia se merece lo mejor", dice.
Se ha puesto muchas metas de corto plazo, pero con objetivos macro. Por ejemplo, al principio estuvo en silla de ruedas, después con un burrito, luego con dos muletas, después solo una y finalmente un bastón de madera.
Fueron objetivos que se fue poniendo para hoy poder estar corriendo. Ahora mira hacia atrás y se da cuenta de que esas pequeñas metas fueron claves para lo que ha logrado en este tiempo: "La sumatoria de estos objetivos cortos, me conducen a estos grandes, donde digo 'guau, yo puedo'. Es un paso a paso y un día a día", asegura.
De Lapeyra cuenta que aprendió que no tenemos límites y que no hay que focalizarse en los resultados. “No voy a decir 'voy a correr 42K para cruzar una meta'. Voy a correr 42K porque voy a ser capaz de hacer un entrenamiento que va a durar seis meses, me voy a sacar la cresta, voy a querer abandonar, voy a volver y voy a ser perseverante. Ahí está el maratón. El día que tu partes tu carrera, simplemente estás usando en beneficio de seis meses de trabajo. La felicidad está en el proceso, en el trabajo", cuenta.
Después del accidente su vida cambió en muchos ámbitos, sin embargo, de Lapeyra siguió siendo el mismo. "Potencié muchas cosas en mí, quizás reforcé cosas que estaban dormidas. Creo que he mejorado y he sacado lo mejor de mí", asegura.
Este sábado correrá 50K en el Endurance Challenge de The North Face, será la distancia más larga que corra en estos cinco años de recuperación. La semana pasada salió tercer lugar en su categoría en una corrida de 35K en Cochrane, la sumatoria de los puntos de la corrida del sábado pasado y la de mañana, le permitirán volver a Mont Blanc en agosto del próximo año, su meta pendiente.