El protector

Por Julio Pérez | 2016-11-11 | 07:00

Por las cortinas onduladas por el viento, lo vi correr en dirección a los cultivos de maíz cargando mi perrito. No sé cómo bajé las escaleras ni cómo levanté la pala: solo me encontré, de pronto, inmersa en una persecución entre el sembrado, donde, para su fortuna, la inmensidad del mismo le permitió al muy cobarde esconderse. Fue ahí entonces que juraría ver el espantapájaros girar su cabeza como indicándome dónde se ocultaba el ladrón. Ilusión o no, me fui a encerrar directamente a mi cuarto bajo llave.

Una hora después apareció el cachorro a la entrada de la casa.