Mi amigo Pipuplí

Por Anita Munizaga | 2017-09-08 | 07:00

Destacado Concurso de la Infancia

Matías nunca iba a la plaza porque los niños no jugaban con él, lo miraban de forma extraña. Un día en el patio de su casa aterrizó una nave espacial. De ella bajó un niño muy simpático. “¡Hola!, me llamo Pipuplí. ¿Quieres jugar conmigo?”. Matías, muy contento, le dijo “¡sí!”. Compartieron los juguetes, contaron historias, inventaron juegos y se rieron mucho. Esa tarde ninguno de los dos se sintió diferente al otro, ni la piel verde de Pipuplí ni la única pierna de Matías. Fueron amigos para siempre.