Soldado

Por Luisa Hurtado | 2018-01-26 | 07:00

-¡Dispara!

Ante él había una familia más, una de tantas.

-¿A qué estás esperando?

Al jefe no le gustaban los que dudaban, solía acabar con ellos rápidamente.

-¿Quieres que te meta un tiro en las costillas, enano?

Le hablaba ahora en un susurro, a pocos centímetros de la cara, escupiéndole el desprecio. Sin embargo él, ahíto de sangre, seguía sin decidirse. Al cabo de unos segundos, sonó el primer disparo de otros muchos. Cuando el destacamento se alejó, dejó detrás de sí una familia y un niño que hacía mucho tiempo había dejado de serlo.