Clásica escena de teleserie venezolana: entra Rigoberto al baño, descubre la prueba de embarazo en el basurero marcando positivo y lo mira con cara horrorizada. No puede creer lo que sus ojos están viendo: llevan más de 15 años casados con Maricarmen y él es estéril, nunca han podido tener hijos. Lo que ve solo se puede significar una cosa: infidelidad.

Escenas como estas no son solo parte de la ficción, sino que de la realidad de muchas mujeres, que no solo pasan por situaciones dramáticas como esta, sino también otras llenas de amor y ternura. Porque el momento en que cada una de ellas decide hacerse una prueba para saber si está embarazada es muy importante y significativo, y un nuevo invento viene a mejorar esa experiencia.

Hoy eso se hace con una prueba de plástico que no ha cambiado en 30 años, que se tira al tarro de la basura y termina en un vertedero por cientos de años. Pero la empresa estadounidense Lia, empezará a comercializar a fines de este año uno nuevo y mejor, de papel, que se degrada en doce semanas, se puede tirar por el escusado y no daña el medioambiente. Nace así una herramienta discreta –nadie lo verá en el basurero ;)- y que es respetuosa con nuestro entorno.

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Y es que 907.000 kilos de pruebas de embarazo se acumulan anualmente en los vertederos a lo largo de todo el mundo, una realidad que podría cambiar con este invento. Una sola de estas pruebas se produce con el equivalente a seis cuadrados de papel higiénico triple capa.

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Y todo esto sin sacrificar la precisión que requiere un instrumento como este. Porque a pesar de venir en un envase diferente, todavía tiene una precisión del 99%.

¿Y cómo funciona?

De la misma manera que una prueba regular. La mujer debe hacer pipí sobre él y esperar unos minutos para el resultado. Una barra significa que no estás embarazada, dos que sí lo estás.

Lia empezaría a venderse a finales de este año, según comentó la empresa a El Definido, en tiendas estadounidenses y a través de Amazon (¡sí, podrás encargarlos para usarlos o comercializarlos!). Un paquete de dos pruebas valdría entre 13 y 15 dólares (entre $8.000 y $10.000).

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