Imagen: César Mejías

El efecto dominó que condujo a Venezuela a una crisis económica y humanitaria

Un efecto dominó de sucesos económicos y políticos, condujeron a Venezuela durante los últimos años a una grave crisis humanitaria. ¿Cómo llegó el país caribeño a este escenario? ¿Qué papel juega el petróleo en esto? ¿Cómo lo hará para salir? Glenn Ojeda, consultor internacionalista y economista, nos explica.

Por Glenn Ojeda @GOjedaVega | 2018-07-26 | 17:00
Tags | venezuela, crisis económica, dólar, bolívar
A la baja en los precios internacionales del petróleo y al efecto dominó ya explicado, hay que añadir el hecho de que la fuga de profesionales y la politización de la administración de PDVSA, tienen a la compañía produciendo por debajo de su capacidad.

Una tarde del pasado mes de marzo, me subí a un congestionado bus de Transmilenio (el Transantiago colombiano) en la ciudad de Bogotá. Como de costumbre, a lo largo del trayecto se presentaron varios músicos y vendedores que animan el momento en busca de una moneda para ganarse el pan. Normalmente no les presto mayor atención, sin embargo, aquel día se subió un hombre joven y muy respetuosamente le preguntó a un policía ­—que también iba en el bus— si le permitía vender su producto. El policía asintió y yo le puse atención a tan atípico personaje.

El hombre de acento extranjero se presentó como un recién llegado a Bogotá, cuya intención era ganarse unos pesos para apoyar a su familia en Venezuela. Para lograr este cometido, el hombre vendía como artículos de colección paquetes con cinco billetes del devaluado bolívar venezolano, los cuales mercadeaba como "un pedacito de la historia".

Hace décadas una de las más fuertes monedas de Sudamérica, ahora 185 bolívares en billetes de 100, 50, 20, 10 y 5 eran intercambiados por el vendedor por tan solo $2,000 pesos colombianos (460 pesos chilenos). Movido por su dedicación y queriendo llevarme un pedacito de historia venezolana, le hice la compra al creativo comerciante.

Esta anécdota me llevó a preguntarme…

¿Cómo se llegó hasta aquí?

Analicemos la situación desde el punto de vista político y económico:

Nicolás Maduro, heredero de Hugo Chávez en la presidencia de Venezuela desde el 2013, no ha logrado mantener los niveles de dinamismo y popularidad de su antecesor. Esto se debe principalmente a que la caída de los precios internacionales del petróleo ha precipitado una crisis social y política en el país.

La crisis llegó a tal punto, que en diciembre de 2015 se llevó a cabo lo que podríamos considerar el último ejercicio verdaderamente libre y democrático celebrado en Venezuela: se le dio el control de la Asamblea Nacional a la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que se opone al Presidente Maduro (en esta nota te lo explicamos en ese momento). Es decir, la oposición obtuvo la mayoría parlamentaria. ¿Y cómo el presidente ha permanecido a la cabeza en este clima?

Maduro ha creado su propio “gobierno paralelo”, nombrando fieles magistrados a la Corte Constitucional, creando una Asamblea Nacional Constituyente donde todos los diputados son oficialistas y dando importantes puestos políticos a la jerarquía militar para asegurar así su brazo armado.

En el ámbito económico, Maduro ha nacionalizado a la fuerza una gran cantidad de industrias privadas. Una drástica medida económica como esta, más allá de su efecto sobre la compañía expropiada, también conlleva una fuga de emprendedores que dejan de sentirse seguros invirtiendo sus capitales y talentos en su propio país. Si hubiese un gobierno mundial o si todos los gobiernos del mundo asumieran este tipo de políticas, entonces los empresarios no tendrían la opción de irse a otro planeta. Sin embargo, hoy día las empresas venezolanas pueden transferir sus conocimientos y productos a muchos otros países de la región, uno de ellos, Chile, donde se ha recibido a una gran cantidad de venezolanos durante los últimos años.

¿Cómo han caído los dominós de la economía venezolana?

Entre los años 2009 y 2014, el precio internacional del petróleo se mantuvo por encima de los $80 dólares por barril (52.950 pesos chilenos). Durante estos años, el gobierno chavista gozó de un generoso presupuesto, ya que Petróleos de Venezuela (PDVSA) es una empresa estatal (así como CODELCO en Chile), y entonces Caracas tomó prestadas grandes cantidades de dinero para proyectos sociales e industriales.

Sin embargo, entre 2015 y 2017, ya en plena “Era Maduro”, la cosa cambió: el precio promedio del petróleo permaneció por debajo de los $60 dólares por barril (menos de 39.710 pesos chilenos). Esta baja en el precio redujo sustancialmente los ingresos del gobierno venezolano, de manera que ya no podían pagar la deuda internacional contraída con países como China y Rusia. ¿Cómo ha solucionado esto Maduro?

Ha tratado de pagar sus deudas imprimiendo más moneda, es decir más bolívares. El problema es que esto le ha causado mucho daño al bolsillo del venezolano promedio, cuyos ingresos y ahorros se ven diluidos ante la gran cantidad de bolívares que ahora circulan en el país.

Imaginemos que un helicóptero sobrevuela una ciudad y lanza millones de billetes que algunos de los habitantes recogen para ir inmediatamente de compras, ¿qué sucedería con los precios en los mercados de la ciudad? Naturalmente, los propietarios de las tiendas aumentarían los precios de sus productos para corresponder a las agrandadas cantidades de papel moneda en la ciudad. Cuando el gobierno imprime dinero de forma descontrolada, sucede precisamente esto y se le llama inflación.

El aumento de los precios de productos básicos en Venezuela, ha llevado también a una crisis humanitaria, ya que los salarios no dan para la compra de alimentos y medicamentos básicos. Más aún, el aumento en la cantidad de bolívares en el mercado internacional, ha llevado a una devaluación de la moneda venezolana.

Supongamos que anteriormente en el mundo sólo había diez bolívares, pero ahora hay cien, ¿qué sucede con el valor de cada bolívar? En principio, cada bolívar valdrá menos de lo que valía antes, porque el aumento en el dinero disponible no corresponde con una real creación de riqueza en Venezuela. Precisamente esto ha sucedido, limitando grandemente la capacidad de Venezuela de importar productos extranjeros, cuyos precios son muy elevados para el debilitado bolívar.

A la baja en los precios internacionales del petróleo y al efecto dominó ya explicado, hay que añadir el hecho de que la fuga de profesionales y la politización de la administración de PDVSA, tienen a la compañía produciendo por debajo de su capacidad. Venezuela tiene aproximadamente el 20% de las reservas de petróleo en el mundo, pero actualmente sólo produce un 2% de los barriles extraídos a nivel global. Esto es nocivo para la economía venezolana por varias razones.

¿En qué afecta la baja en el precio del petróleo a la economía venezolana?

En primer lugar, la afecta porque el gobierno está falto de dinero y, aunque el petróleo no es la única respuesta a largo plazo, sí es una importante fuente de ingresos en el presente. El gobierno de Venezuela debería estar utilizando los ingresos del petróleo para diversificar urgentemente la economía nacional, ya que no podrá depender por siempre de los ingresos de PDVSA. Es decir, en lugar de utilizar los ingresos del petróleo para comprar armas o hacer política, los dirigentes en Caracas deberían asegurar educación y salud básica de calidad para todos sus ciudadanos, sin caer en la tentación pasada de proyectos sociales ineficaces y sumamente caros.

En segundo lugar, los precios del petróleo no van a regresar a los altos niveles de hace varios años, al contrario, van a continuar cayendo. La respuesta es una tendencia clara en el mercado del oro negro: mientras que hace una década el paradigma era la producción permanentemente alta (había que producir mucho antes de que el recurso comenzara a escasear), hoy día el paradigma en el mercado petrolero es la demanda siempre alta (lo necesario antes de que las energías renovables se vuelvan tan rentables, que el valor del oro negro caiga permanentemente). Tarde o temprano, las energías renovables se apoderarán del mercado y no habrá vuelta atrás.

El rostro humano de la crisis

Durante los últimos años, la creciente crisis humanitaria en Venezuela ha provocado un éxodo masivo que abarca todos los sectores sociales. Primero se marcharon miembros de las clases más acomodadas del país, particularmente hacia Europa y los Estados Unidos. Luego la clase media, compuesta por profesionales con carreras universitarias, quienes partieron hacia otros países de la región, como México, Argentina, Chile y Brasil, en busca de trabajos en sus mismos sectores, incluyendo la medicina y la ingeniería de petróleos. Por último, han tenido que salir de Venezuela hombres y mujeres de las clases trabajadoras y populares; muchos de ellos también han surcado Los Andes y llegado a Chile.

Sea en familia o solos, la mayoría de estos últimos emprenden largos trayectos hacia el principal cruce terrestre entre Venezuela y Colombia, hacia la ciudad de Cúcuta. Una vez allí, el estatus de estas personas es en principio regularizado por el gobierno colombiano. Hoy día, se estima que ya son casi un millón de venezolanos radicados en Colombia, de los cuales la mitad ha llegado al país durante los últimos dos años. Más aún, muchos de estos migrantes viven y trabajan en condiciones muy precarias, teniendo que caminar largas distancias hacia ciudades como Bucaramanga o Bogotá en busca de trabajo.

Por su parte, Chile se ha convertido en el tercer país con más emigrantes venezolanos, después de Colombia y Ecuador. Solo en 2017 ingresaron al país más de 164 mil, más del doble de lo registrado en 2016. La cifra total aún se desconoce.

Cuando Maduro parta

La crisis en Venezuela no puede durar por siempre, por ende, en un escenario post-Maduro (al que aún no sabemos cómo se llegará) creo que debiese suceder lo siguiente:

Primeramente, la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente—la que tiene poderes superiores por encima del resto de los poderes del Estado y que fue promovida por Maduro el año pasado— debe ser disuelta. Paralelamente, la Asamblea Nacional ­­­­­—que hoy cuenta con una mayoría de oposición y cuyo poder ha sido cuestionado por Maduro— debe asumir todas las potestades legislativas, incluyendo el nombramiento inmediato de un nuevo Estado Mayor del Ejército y un nuevo Tribunal Supremo de Justicia. En el plano humanitario, organismos internacionales y organizaciones no-gubernamentales deben entrar inmediatamente al país, con un robusto paquete de ayuda alimentaria y médica.

Posteriormente, el gobierno transicional debe diferir y, si es posible, renegociar las deudas internacionales contraídas por el régimen chavista, mientras se estabiliza la economía nacional. Para afianzar la economía venezolana, será necesario emitir o incorporar una nueva moneda para remplazar al bolívar. Simultáneamente, la incorporación de una nueva moneda conllevaría un término del fallido control de precios y control cambiario impuesto por el presidente Maduro.

Estas posibles medidas, posteriores al fin de la “Era Maduro”, podrían devolver algo de equilibrio a una nación que ya por varios años se ha visto envuelta en una dura crisis política, económica y humanitaria.

¿Qué agregarías a este análisis?