Estuvo a un metro de atropellarlo en noviembre del 2017, cuando iba en su bus escolar amarillo camino al Lago Powell en el Gran Cañón (EEUU). Después de frenar bruscamente, Chase Reinford (piloto y adicto a la adrenalina) se bajó del vehículo e inmediatamente llegó corriendo a sus brazos este perrito, una posible mezcla de Chihuahua, Pitbull y Terrier.
Chase (24) lo subió a su bus esperando encontrar un refugio de animales, pero cuando paró para comprar comida, automáticamente le compró también a él, le puso Paco y decidió quedárselo.
Chase Reinford es piloto y ahora un youtuber. Principalmente se dedica a grabarse mientras hace salto BASE; paracaidismo saltando desde estructuras fijas. De hecho, se llama así por sus siglas en inglés: Building, Antenna, Span, Earth (edificio, antenas, viaductos, acantilados o formaciones de tierra).
No había querido tener un perro porque no creía que podría ajustarse a su estilo de vida, pero para Paco esto no fue un problema.
Lo primero que hicieron juntos fue andar en moto de enduro. Apenas Chase comenzó a manejar, Paco lo persiguió moviendo la cola. Entonces manejaron juntos en la moto, y como este enano no se asustaba con la velocidad, Chase se preguntó, ¿qué otras actividades le gustaría hacer?
En el lago arrendaron un bote y Chase vio que Paco lo estaba pasando como nunca, disfrutando de la velocidad, del paisaje y por supuesto, de la cercanía con su dueño. “Paco es una máquina de aventuras. ¡No le tiene miedo a nada! Lo salvé hace solo tres días, y lo hemos pasado increíble”, dijo.
“Después del lago terminamos aquí. Las últimas dos semanas he estado haciendo harto salto BASE. Los primeros días dejaba a Paco en el bus cuando iba a saltar. Solo me iba por una hora o máximo dos y él se volvía loco cuando me iba. Sabía que íbamos a hacer aventuras y estoy seguro de que estaba celoso porque él no podía ir”, señala.
Luego de esto, decidió que llevaría a Paco para que viera cómo él se tiraba y pudiera participar de alguna forma. Como cualquier perro disfruta de paseos y explorar en la naturaleza, a Paco le encantó subir hasta una de las cimas del Gran Cañón. Pero esta calma se terminó cuando uno de los amigos de Chase tomó en brazos a Paco mientras Chase se tiraba desde el acantilado.
“Se quedó viendo desde arriba con mi amigo y cuando salté se volvió loco, estaba tiritando, asustadísimo, probablemente pensando que yo había muerto”, dice. Y el miedo de Paco era justificado. El salto BASE es considerado por muchos uno de los deportes más peligrosos. Tiene una tasa de fatalidad y lesiones 43 veces más alta que el paracaidismo común (desde un avión, donde hay menos riesgo de morir porque la caída es más larga).
“Abrí mi paracaídas y grité ‘¡Hola Paco!”. Cuando grité su nombre, mi amigo me dijo que Paco inmediatamente dejó de temblar y se calmó. Entendió lo que estábamos haciendo”, agrega Chase.
Después de que Paco viera muchas veces cómo saltaban, Chase pensó que quizás podría hacerlo con él, ya que hasta ahora no se había asustado con nada de lo que habían hecho juntos, así que le hizo un arnés. Vio como se sentía Paco con esto, lo amarró a su propio arnés y saltó un poco para ver si era cómodo y seguro. Todo funcionó bien y Paco se veía relajado pegado al pecho de su dueño.
“Escalamos hasta la cima de un gran acantilado. Una vez que llegamos arriba, inmediatamente se acercó a la punta del acantilado, lo amarré a mi arnés y nos preparamos para saltar. Paco se veía calmado, observando lo que nos rodeaba. No estaba ni un poco asustado de los 120 metros de altura en que nos encontrábamos. Comencé a contar: ‘3, 2, 1 ¡PACO!’, y salté. Esperaba que Paco se asustara o tiritara, pero estuvo tranquilo toda la caída. Le gustó tanto que seguí saltando con él”, dice.
Hace diez años, Chase Reinford subió su primer video a YouTube y hoy lo siguen 544.831 personas. En ese entonces, se grababa practicando volteretas y saltos en una cama saltarina. Hoy hace esas mismas piruetas tirándose desde 200 metros de altura.
Y como su nombre en Instagram lo dice, adrenaline.addiction, Chase es un adicto a la adrenalina e incluso hace deportes que no le recomienda hacer a nadie más. Por ejemplo, hace cinco años se tiró desde un acantilado al agua en Quackertown, Pensilvania, mientras su ropa se incendiaba (¿quéee?).
Salta desde todo lugar en altura que pueda encontrar, como puentes, antenas, incluso en octubre del año pasado saltó desde la ventana de un hotel abandonado en Italia.
Traducción: “Cuando estaba en Italia, haciendo salto BASE, ¡encontré este hotel abandonado justo en el agua!”. Fuente: @adrenaline.addiction |
Y efectivamente, ¿cómo se incluye a un perro en la vida de una persona que vive en un bus y viaja constantemente haciendo deportes extremos? Ayudándolo a adaptarse a su vida.
Así, Chase ha logrado llevar a Paco a muchas de sus aventuras, por ejemplo, tirándose en snowboard mientras Paco va dentro de su polerón. En enero de este año también llevó a Paco a volar un avión por primera vez y hasta han hecho kayak juntos.
Pero Paco no solo se “adaptó” a la vida de Chase. Como le dice a El Definido la veterinaria Paula Léniz, Paco se ve muy feliz en su nueva vida. “Si te fijas en su lenguaje corporal, (cuando hacen salto BASE) está totalmente relajado: la expresión de sus ojos es de completo relajo y confianza con su partner humano, su cola no está entre sus piernas, no está tiritando, sus orejas están en posición de reposo e incluso en una de las últimas tomas, se ve cómo disfruta del paisaje”, nos dice Paula.
Incorporar a nuestros perros en las actividades que nosotros hacemos, es bueno para ellos (aunque claramente puede haber perros que, como algunos humanos, no disfruten de la adrenalina como Paco). Mostrarles lugares, situaciones, personas y eventos, generará emociones positivas, explica la veterinaria. Y como los perros son animales sociales, necesitan una interacción constante con su familia, ya sea humana o perruna.
“Siempre recomiendo que tratemos de incluir a nuestros perros en la mayor cantidad de actividades posibles, esto fortalecerá nuestro vínculo social y nuestra comunicación”, nos dice Paula.
Son historias como estas las que nos demuestran que no hay que tener un tipo de casa determinada para tener un perro, siempre que estemos dispuestos a pasear con ellos y sacarlos al aire libre todos los días, sagradamente. Como buen mejor amigo, lo único que necesitan es mucho cariño y cuidado, el que siempre es recíproco.