Creo que no seré la única en esto. ¿Les pasó que, durante su época de estudiante (en mi caso tanto en la media como en la universidad), les tocaba buscar artículos científicos, los muy temidos paper? Yo era muy mala para buscarlos, creo que justo había faltado a la clase en que explicaron cómo utilizar el sistema o algo así, pero siempre caía en una página que se llamaba cielo, pero mal escrito, SciELO. Ustedes se preguntarán, ¡¿qué es eso?!
Bueno, SciELO (de Scientific Electronic Library Online) es un modelo para la publicación electrónica cooperativa de revistas científicas en internet, y la última semana de septiembre se celebraron los 20 años desde que comenzó a funcionar el año 1997, como un plan piloto que solo involucraba a diez revistas brasileñas de distintas áreas del conocimiento. Al poco tiempo, comenzó a operar una rama de SciELO acá en Chile y desde ese entonces, no han parado de incluir más y más revistas científicas a su biblioteca virtual.
El principal objetivo de SciELO, es disminuir las barreras de distribución y diseminación del conocimiento al que se enfrentan los países en desarrollo, ya que creen fehacientemente que el acceso adecuado y actualizado a la información científico-técnica, es esencial para el desarrollo económico y social, en especial para apoyar los procesos de toma de decisión en la planificación, formulación y aplicación de políticas públicas o para apoyar el desarrollo y la práctica profesional.
Y es por esta búsqueda de eliminar barreras que, durante su celebración de 20 años, SciELO destacó que uno de sus objetivos a trabajar los próximos años, es la “Ciencia Abierta”. ¿Ciencia Abierta? ¿Qué es eso? ¿Se come?
La Ciencia Abierta, o también conocida Open Science, es un movimiento para hacer la investigación científica, sus datos y diseminación, accesible a todos los niveles de la sociedad, incluyendo aspectos como acceso abierto, datos abiertos, búsqueda reproducible y software abierto.
El acceso abierto es uno de los principales puntos trabajados, pues busca que las personas tengan acceso directo, sin necesidad de registro, suscripción ni pago, al conocimiento, principalmente a artículos de investigación científica que han pasado por el proceso de revisión por pares. Para quienes no saben, en su gran mayoría las revistas científicas usan este proceso, en que personas expertas en el tema del artículo, lo revisan antes de que pueda ser publicado, para solicitar posibles modificaciones o incluso rechazar la publicación del mismo.
En Chile, este sistema está siendo aceptado y usado por muchas revistas científicas, y su uso es promovido por Conicyt (la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica), de quienes depende SciELO Chile.
Aunque el aumento de las publicaciones con acceso abierto es perceptible, la distribución de esas publicaciones entre los países no es homogénea. De un lado están los países con una importante tradición en la publicación comercial, como Estados Unidos y Reino Unido, y cuyo avance hacia el OA (open access, acceso abierto en inglés) está ligado a modelos de negocios que aseguren los retornos financieros de grandes editoriales. Y, por el otro lado, están las economías emergentes, cuyas revistas no son tan atractivas económicamente hablando, lo que les permite ser publicadas en acceso abierto sin ataduras comerciales.
En este escenario, América Latina es conocida por ser una de las regiones del mundo que más avanza en la utilización y promoción del modelo de acceso abierto, buscando aumentar la visibilidad de la producción científica de los países de la región.
Aunque me encantaría decirlo, no todo es miel sobre hojuelas. Muchos deben saber que los investigadores son evaluados en base a dónde publican sus investigaciones y esta evaluación, que también afecta a profesores universitarios (quienes pueden ver alterada su carrera académica), asigna más “puntos” a publicaciones realizadas en cierto tipo de revistas, muchas veces de renombre, tradición, y que no son parte del modelo de acceso abierto, lo que crea un gran (por no decir enorme y fundamental) bache en el proceso de entregarle conocimiento a las personas de manera más accesible y asequible.
Gran pregunta mis queridos Watsons, y para responderla, mencionaré cinco mitos en que se fundan los prejuicios en torno a este problema:
Mito 1. “Las revistas de acceso abierto no tienen arbitraje (revisión por pares)”: falso, falso, falso. Como todo en la vida, hay variedad, pero la gran mayoría de las revistas de acceso abierto, manejan un proceso de arbitraje idéntico al utilizado por las revistas tradicionales. Esto porque “bibliotecas” como SciELO, solicitan este tipo de criterios para poder indexar una revista y eventualmente entregarle un “factor de impacto”, que es algo así como la nota de esa revista, que indica su importancia de publicación.
Mito 2. “Las revistas de acceso libre son de peor calidad que las revistas tradicionales pagadas”: muchas revistas que han optado por el modelo de acceso abierto, están liderando sus áreas de investigación, y han ido desterrando la creencia de que las revistas de acceso abierto eran para publicar artículos de baja calidad o malos.
Mito 3. “Revistas de acceso abierto no contienen derechos de autor”: el acceso abierto permite que los mismos autores conserven los derechos de autor, en lugar de entregarle sus derechos a las revistas tradicionales. Muchas revistas de acceso abierto utilizan licencias Creative Commons, permitiendo la reutilización del material, siempre y cuando sea citado en todo momento.
Mito 4. “Acceso abierto, una moda pasajera”: el número de revistas que han adoptado el modelo de acceso abierto, ha ido en aumento a través de los años, a pesar de que algunos investigadores consideran que este tipo de publicaciones están de “moda” y que fracasarán frente a las tradicionales.
Mito 5. “El acceso abierto ayuda a los lectores y no a los autores”: un estudio reciente a gran escala, analizó más de 27.000 artículos publicados, encontrando que las revistas de acceso abierto recibieron un número mayor de citas que los artículos publicados en revistas tradicionales.
Definitivamente es algo que deberíamos buscar lograr, pero para hacerlo, se necesitará del trabajo en conjunto de un gran número de actores: universidades, organizaciones públicas y privadas, y principalmente de los investigadores, todos quienes deben discutir y analizar una variedad de preguntas y problemáticas que enfrenta la publicación de acceso abierto, sobre todo en áreas de la ciencia como la medicina.
Sin importar lo difícil que pueda ser lograr este modelo, hay que reconocer los beneficios que trae, principalmente lo que platea SciELO sobre el desarrollo económico y social de las naciones.