En 2011, la película In Time, protagonizada por Justin Timberlake y Amanda Seyfried, nos mostraba una sociedad en la que el único medio de pago que regía, era el tiempo. Un reloj digital en la muñeca de cada habitante mostraba la prolongación de su vida y, al mismo tiempo, el crédito disponible para comprar hasta las cosas más esenciales para sobrevivir.
Aunque se trata de una metáfora basada en la popular frase "el tiempo es dinero", el filme también nos hace reflexionar sobre un futuro sin efectivo. ¿Es posible?
En Suecia, por ejemplo, la inminente desaparición del papel moneda, debido al aumento de transacciones electrónicas, representa un desafío para las autoridades financieras y, sobre todo, para las personas de la tercera edad, que se rehúsan a migrar completamente al pago digital; incluso, se prevé que la mitad de los comercios no aceptará efectivo en 2025. El país nórdico se enfrenta al complejo reto de ser la primera nación sin dinero físico.
La extinción del dinero en efectivo no es algo nuevo en la moderna sociedad sueca, es una revolución de la que se viene hablando desde 2015 y que tampoco es ajena a otros países vecinos, como Dinamarca.
Según datos publicados en una investigación realizada por The New York Times el pasado mes de noviembre, una quinta parte de la población sueca no usa cajeros automáticos y solo uno de cada diez consumidores, pagó algo en efectivo durante el último año.
" En Suecia, los billetes y las monedas representan solo el 1% de la economía, en comparación con el 10% en Europa y el 8% en Estados Unidos", expresa Liz Aldermanautor del artículo antes mencionado.
De hecho, las autoridades suecas han solicitado a las entidades financieras que sigan emitiendo dinero físico, aunque la demanda se haya reducido, mientras encuentran la forma de que los sectores que aún utilizan efectivo, no se vean perjudicados.
"No se puede regresar en el tiempo, pero es necesario encontrar una manera de enfrentar el cambio", afirma Stefan Ingves, máxima autoridad del banco central sueco.
Pero el dilema de una sociedad sin dinero físico no solo es cuestión de Suecia, ya que en pequeños pueblos de Alemania, los bancos y cajeros automáticos también han ido desapareciendo con el pasar de los años, no sin acarrear algunos problemas.
En un reportaje producido por la cadena germana Deutsche Welle (DW), se muestra cómo Sussanne Schlierer, ejecutiva de la entidad bancaria Volksbank, recorre la ciudad de Heidenheim en una especie de oficina rodante, tratando de llevar los servicios de la empresa a los habitantes de dicha localidad y, sobre todo, que puedan retirar dinero en efectivo a través del cajero que ella transporta en su camioneta.
Brett Scott, experto en finanzas y autor del libro The heretic's guide to global finance, aboga a favor de la continuidad de la utilización del dinero físico y de democratizar las formas de pago, resaltando que en casos como los anteriores se les quita la posibilidad a las personas de elegir el medio de su preferencia.
"Hagamos una comparación entre autos y bicicletas. En un mundo lleno de bicicletas, tener un auto puede ser algo bueno; uno llega más lejos, es más rápido [...] pero lo mejor es elegir entre diferentes medios de transporte y, del mismo modo, debería haber distintos medios de pago", afirma el experto británico.
Actualmente, en Suecia existen diversos mecanismos para pagar de manera electrónica, siendo uno de los más populares Swish, una aplicación a través de la cual solo se necesita el número de teléfono de la persona a la que se le desea transferir el dinero.
El siguiente video está en sueco, pero a través de la imagen se ilustra bastante bien el funcionamiento de la app:
Tal y como apunta el artículo del New York Times, las personas entre 18 y 24 años realizan el 95% de sus operaciones a través de Swish o con tarjetas, pero hay otro medio que se ha popularizado en el país escandinavo: un chip que se implanta en la mano (en lo que podría ser un capítulo de Black Mirror inspirado en la realidad).
Esta tecnología, valorada en unos 180 dólares (poco más de 122 mil pesos chilenos), ya está instalada en casi 4.000 personas en Suecia y les permite comprar boletos para espectáculos culturales, tickets de tren e, incluso, se puede configurar para almacenar contactos de emergencia, autorizar la entrada al domicilio, hotel o gimnasio.
"Tener diferentes tarjetas que verifiquen tu identidad en un montón de sistemas diferentes simplemente no tiene sentido. Usar un chip significa que puedes simplificar los entornos hiperconectados en los que vives", asegura Jowan Osterlund, fundador de Biohax Tech, empresa que comercializa estos chips.
Muchas de las dudas que invaden a aquellos que se niegan a utilizar métodos de pago electrónicos, están relacionadas a la ciberseguridad y la protección de sus datos. Tal y como plantea Scott, hay factores como la filtración de información, clonación de cuentas o fallos en el sistema, que hacen que ciertos sectores prefieran el dinero físico.
Pero el dinero electrónico también ha ayudado a disminuir los robos en establecimientos y bancos, Suecia es un ejemplo de ello. "Los bancos suecos han reducido su manejo de dinero en efectivo en parte por motivos de seguridad después de una oleada de robos con violencia a mediados de la década del 2000. El año pasado, solo dos bancos fueron asaltados, a diferencia de los 210 de 2008", recalca The New York Times.
Además, la reducción del dinero en efectivo y sobre todo de los billetes de gran denominación, es una estrategia que han implementado países como la India, para plantar cara a la corrupción y evasión de impuestos.
Aunque durante los primeros meses la situación se volvió caótica en el país asiático, el escenario logró normalizarse. Además, nacieron iniciativas como India Digital, que potenciaron electrónicamente a la población de dicha nación brindando la capacitación y herramientas necesarias para migrar hacia la digitalización.
Otro de los posibles escenarios que aterra a las instituciones financieras en Suecia, ante la desaparición del dinero físico, es un posible fallo del sistema bancario o una caída de las plataformas virtuales de pago.
Bjorn Segendorf, responsable de la división de Infraestructura y Estabilidad Financiera del Banco Central de Suecia, defiende la idea de que cada organismo comercial y financiero emita un mínimo de dinero en efectivo, para evitar un colapso económico en caso de un escenario como el planteado anteriormente.
Además, el banco central sueco se encuentra trabajando en el desarrollo de una criptomoneda llamada e-krona o Corona Electrónica, para no ceder ante los mecanismos de control de las entidades comerciales y seguir ejerciendo como principal autoridad económica del país, en el escenario de la pronta desaparición del dinero en efectivo.
Actualmente, las autoridades del país nórdico y una parte del parlamento de dicha nación se encuentran discutiendo las posibles acciones ante la futura salida de circulación del dinero en efectivo. "Tenemos que detenernos a pensar si esto es bueno o malo y no solo dejar que suceda sin hacer nada", afirma Mats Dillén, director del comité parlamentario que estudia dicho asunto, mientras que Leif Trogen, funcionario de la Asociación de Banqueros Suecos, asegura que "la demanda de dinero en efectivo está disminuyendo a un ritmo cada vez más rápido y es totalmente inadecuado legislar para influir en la demanda de efectivo".
En un mundo que avanza a gran velocidad hacia la digitalización de la sociedad, la desaparición del efectivo parece algo que está a la vuelta de la esquina. Los gigantes de la tecnología como Google, Apple y Amazon, ya han entrado en la carrera de los pagos electrónicos e, incluso, la empresa de tarjetas de crédito Visa premia a los locales comerciales que no dependen del papel moneda. La pregunta ya no es si desaparecerá el efectivo, la interrogante ahora es cuándo.