Imagen: César Mejías

¡Transporte público gratuito! Estas innovaciones europeas pretenden eliminar los autos de las calles

Tener un auto dejó de ser una aspiración generalizada. Ahora lo que más se valora es la libertad de moverse sin perder tiempo en buscar un estacionamiento, y este parece ser el norte de dos innovaciones europeas.

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A modo de prueba, desde mediados de 2018 que los tranvías, buses y trenes, tienen pasajes gratis para los niños y jóvenes menores de 18 años, y estudiantes de secundaria. Además, los tickets para adultos de los viajes que demoran hasta dos horas, se rebajaron a €2, cerca de $1500. El precio normal para estos recorridos es de €4, el doble.

Viajar en transporte público puede ser uno de los grandes dolores diarios de cabeza y, más encima, doble (de ida y vuelta). Por eso, no da lo mismo si un traslado dura 30 minutos o dos horas, si uno va sentado o pegado a un desconocido, o si tiene que tomar una sola micro o hacer varias combinaciones en el camino. Puede hacer la diferencia entre un buen o un mal día.

En resumen, la experiencia durante el viaje es la que manda. En Chile, aún estamos en deuda, porque quienes demoran más de una hora en solo un traslado, al final de un año pasan más de 20 días en el metro o en la micro.

En otras ciudades del mundo, esta problemática no ha sido ajena, pero la manera cómo la han abordado es muy diferente, siempre en relación con su propia realidad. A continuación, te contamos de dos casos exitosos de los que podríamos aprender.

Luxemburgo: un pequeño millonario

El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, quien en octubre fue reelecto para un segundo mandato hasta 2023, hizo del transporte público su principal bandera de campaña y se comprometió a que los tranvías, buses y trenes, sean gratis en 2020.

La iniciativa busca que la mayor cantidad de personas se baje del auto para reducir el esmog, y se suba al transporte público para disminuir la congestión vehicular. De hecho, como referencia, en 2016 los conductores luxemburgueses pasaron 33 horas al año en un taco.

Esta meta, que podría ser la de muchas ciudades, no es fácil de implementar por los recursos involucrados, pero como dicen, “el que puede, puede, y el que no, aplaude”. Pero ¿por qué Luxemburgo podría hacerlo?


Luxemburgo. Flickr.

Este pequeño ducado europeo, tiene un PIB per cápita que cualquier otra nación quisiera. En 2017 registró el máximo entre los 28 países miembros de la Unión Europea (UE), e incluso es considerado el tercer país más rico del mundo por el Fondo Monetario Internacional.

Sus vecinos también tienen que ver, se trata de Alemania, Bélgica y Francia, los que tienen billeteras gorditas y no por las boletas, sino que por sus PIB per cápita, lo suficientemente altos si se compara con los demás miembros de la UE.

La población es un punto que no se puede dejar de lado y que también va de la mano de los vecinos. Según el Banco Mundial, Luxemburgo tiene poco más de 599 mil habitantes, lo que es un poco menos que la población de la región de Antofagasta, donde viven 607 mil personas.

Pero la población de este país aumenta todos los días en 200 mil personas como resultadode los habitantes de los países vecinos que trabajan en Luxemburgo. Para tener una idea de lo que esto significa, es como si los habitantes de toda la región de Arica y Parinacota, viajaran cada día a Antofagasta.

En la práctica, esto genera que quienes trabajan en Luxemburgo, contribuyan a subir su PIB, aunque no resulten beneficiados con el patrimonio estatal, pero sí reciban un buen sueldo. Ojo, que solo el sueldo mínimo es de €1999, es decir, más de 1,5 millones de pesos chilenos. Ahí se las dejo.

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La previa del transporte público gratuito

A modo de prueba, desde mediados de 2018 que los tranvías, buses y trenes, tienen pasajes gratis para los niños y jóvenes menores de 18 años, y estudiantes de secundaria. Además, los tickets para adultos de los viajes que demoran hasta dos horas, se rebajaron a €2, cerca de $1500. El precio normal para estos recorridos es de €4, el doble.

Aunque la medida propuesta por Bettle para convertirse en política pública aún no está documentada, aún hay puntos por resolver, por ejemplo, qué pasará con los trenes que todavía tienen carros para primera clase, y otros, para segunda.

No obstante, la motivación para lograrla no es menor. En caso que lo haga, Luxemburgo se convertiría en el primer país del mundo con transporte público gratuito (hasta ahora solo lo han hecho ciudades y algunas de ellas, como París, solo en días de alta contaminación).

¡Contrata un plan… de transporte público!

En 2014, la capital de Finlandia, Helsinki, llamó la atención de los medios de comunicación con un nuevo sistema de transporte público. Se trataba de Kutsuplus, una iniciativa en la que cualquiera podía pedir una van compartida a través de su teléfono (muy similar a la categoría UberPOOL).

A pesar de su fama, dos años después de su lanzamiento, tuvo que cerrar porque las autoridades locales no encontraron inversionistas y el costo que significaba su operación era muy alto.

Sin embargo, la revancha apareció el año pasado de la mano de Whim, desarrollada por la empresa local MaaS. Esta es una aplicación en la que se puede contratar un plan mensual y así tener acceso a cualquier medio de transporte público que esté disponible en la ciudad: arriendo de autos, bicicletas, buses, taxis y un largo etcétera.

Así, el objetivo en el largo plazo es que la mayoría no tenga un motivo para comprarse un auto y pueda disfrutar de la movilidad on-demand, algo así como un Uber, pero que integra todos los medios y da lo mismo la cantidad de viajes y kilómetros recorridos, siempre se paga lo mismo. ¿Quién dijo yo?

Antes de responder, vale la pena conocer los precios. Existe una categoría gratuita que está disponible para quienes quieren probar la app o simplemente no viajan mucho, por lo que no se quieren amarrar con un plan. La segunda, Whim Urban, cuesta €49 (38 mil pesos chilenos), y está pensada para los usuarios ocasionales. La tercera, Whim Unlimited, está diseñada para los que no pueden estar ni un día encerrados y, como dice su nombre, les da la misma independencia que tener un auto por €499 (387 mil pesos chilenos).

Por ahora, la aplicación solo está disponible en Finlandia, Reino Unido y Bélgica (snif, Chile aún no figura), pero sin duda es aconsejable ver cómo funciona en otros lados y conocer su experiencia. “Bajé Whim en el otoño y fue alrededor de Año Nuevo cuando decidí que vendería mi auto", dijo a Bloomberg una usuaria de la app que vive en Helsinki. Parece que promete.

La futura política pública de Luxemburgo y la aplicación finlandesa Whim, surgieron en respuesta a las necesidades de movilidad de su población, pero aunque nos ponga tristes, aún no están preparadas para replicarse en otros países. No obstante, marcan un precedente hacia dónde se podría dirigir la innovación en transporte público, aunque nos parezcan utópicas.

¿Te gustaría algo así en Chile a futuro?