Imagen: César Mejías

La encrucijada de Canadá tras la detención de la vicepresidenta de Huawei: ¿enfurecer a EEUU o China?

La política exterior puede ser como el ajedrez y las fichas son los ejércitos, presidentes o incluso multinacionales. Glenn Ojeda, nuestro especialista en relaciones internacionales, explica cómo el juego entre China y EEUU está afectando sus relaciones y por qué Canadá se suma al partido.

Por Glenn Ojeda @GOjedaVega | 2019-02-07 | 17:15
Tags | canadá, china, donald trump, estados unidos, extradición, huawei, justin trudeau, meng wanzhou
Desde mayo de 2018, cuando el presidente Trump anunció que Estados Unidos abandonaría el Acuerdo Nuclear Iraní, el Departamento de Justicia comenzó a investigar a Huawei por posibles violaciones de las sanciones contra el país persa.

El 1 de diciembre pasado, durante una escala aérea en la ciudad canadiense de Vancouver, la vicepresidenta y directora financiera de la empresa privada más grande de China, fue arrestada por las autoridades canadienses. La compañía en cuestión es la multinacional de las telecomunicaciones, Huawei, y la empresaria actualmente detenida en Canadá es Meng Wanzhou.

Algunos se preguntarán, ¿la ejecutiva violó alguna ley canadiense? ¿Por qué arrestar a un extranjero que solo está de paso por un país? A continuación, te explicamos.

¿Cuáles son las acusaciones?

Huawei fue fundada en 1987 por Ren Zhengfei, padre de Meng Wanzhou, y hoy es la compañía privada más importante de China. Con presencia en todo el mundo, la empresa se especializa en computación, equipos aeroespaciales, tecnología digital, telecomunicaciones y mucho más.

En el último tiempo, las actividades científicas y comerciales de Huawei han levantado sospechas en varios países occidentales, particularmente en Estados Unidos, donde se le acusa de robar patentes y vender tecnología de punta a regímenes como Irán y Corea del Norte. Además, desde la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca con su agenda y retórica marcadamente anti-China, Huawei y otras compañías de la región han mantenido prudencia y distancia con respecto a Washington.

Desde mayo de 2018, cuando el presidente Trump anunció que Estados Unidos abandonaría el Acuerdo Nuclear Iraní, el Departamento de Justicia comenzó a investigar a Huawei por posibles violaciones de las sanciones contra el país persa.

Específicamente, Washington indica que Huawei hizo negocios en Irán mediante una empresa fantasma, lo cual está prohibido dentro del marco de sanciones que establece que ninguna compañía haciendo negocios en un país sancionado puede operar simultáneamente en EEUU. Más aun, el gobierno estadounidense acusa a Huawei de utilizar sus productos, específicamente sus celulares, para espiar las conversaciones y los mensajes privados de sus usuarios.

Es por esto que, desde hace unos meses, el gobierno de Trump solicitó a sus aliados la detención de cualquier ejecutivo de Huawei que pasara por sus territorios. Es así que, aplicando una solicitud de detención emitida por los Estados Unidos a Canadá, la ejecutiva fue arrestada. El drama desatado por este suceso se centra sobre el hecho de que Huawei, Meng y su padre Ren, son actores de vital importancia para los interés políticos y económicos de Pekín.

Los arrestos en Pekín

Tras la detención de la vicepresidenta de Huawei en Vancouver, la reacción desde China no se hizo esperar. A las pocas horas el gobierno en Pekín denunció el arresto como uno motivado por intereses políticos y un mecanismo de presión por parte de la Casa Blanca a través del gobierno canadiense.

Producto de este hecho, las autoridades chinas han arrestado a varios ciudadanos canadienses radicados en China. Entre ellos está el exdiplomático Michael Kovrig, a quien se le ha negado acceso a su abogado y no ha sido formalmente acusado con ningún cargo especifico a pesar de llevar mas de un mes en prisión. Otro detenido es el empresario canadiense Michael Spavor, lo que ha sembrado temor de una detención arbitraria entre los migrantes europeos y norteamericanos que viven o transitan por la región.

El gobierno chino ha declarado que estos arrestos no tienen relación alguna con la detención de la directora financiera de la multinacional. Sin embargo, el contexto y las fechas de estas detenciones levantan numerosas sospechas sobre los motivos de las autoridades chinas. Más aún, el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, al igual que varios otros gobiernos, entre ellos el de Francia, Australia, y Alemania, han solicitado la liberación inmediata de estos ciudadanos canadienses detenidos en China.

Por su parte, el presidente Trump también ha desencadenado la curiosidad sobre los motivos de su gobierno en su solicitud de extradición de Meng. En una rueda de prensa realizada el 11 de diciembre pasado, dijo que estaría dispuesto a interceder en favor de la vicepresidenta de Huawei como ficha de negociación en el marco de sus discusiones comerciales con China.

Junto con esto, el Departamento de Justicia gringo compartió en una conferencia los detalles de una lista de no menos diez cargos criminales contra Huawei y su directora financiera por robo de patentes tecnológicas, violación de sanciones y manipulación financiera.

El dilema de la extradición

La extradición es un proceso legal complejo en que el gobierno de un país le entrega un individuo al gobierno de otro país para que se pueda realizar un proceso judicial. Sin embargo, son pocos los países que tienen acuerdos en esta materia, porque sostienen que la extradición es una violación a su soberanía nacional. Por ejemplo, hay naciones que no extraditan a sus ciudadanos bajo ninguno circunstancia, mientras que otros no extraditan a individuos que estén en peligro de ser juzgados a la pena de muerte.

Los países que sí tienen tratados de extradición, cuentan con un delicado mecanismo judicial para asegurar que la persona recibirá un trato justo en el país al que será enviada. En Canadá, los mecanismos y procesos para tramitar una extradición tienen la finalidad de garantizar que el acusado no es solicitado por razones de persecución política, religiosa o étnica, sino que por una infracción genuinamente criminal o civil. Específicamente, el caso de cada individuo es evaluado por un juez canadiense para determinar si el acusado tendría las garantías de un proceso judicial justo en el caso de ser extraditado. Por último, el ministro de Justicia, basándose en la conclusión del juez, es quien decide si entregar o no al acusado. Esta vez, esta acción recaería en David Lametti.

La delicada situación de Meng y sus implicaciones internacionales para Canadá, tienen al gobierno del primer ministro Justin Trudeau en alta tensión. Tanto así que el embajador canadiense en Pekín, John McCallum, fue despedido por declarar a la prensa china que la vicepresidenta de Huawei podría defenderse de la extradición frente a un juez canadiense.

Esta semana, marca la tercera en el proceso judicial que está evaluando el pedido de extradición de una de las líderes de la firma china. Los entretelones de esta noticia cruzan las fronteras y habrá que ver si el juicio se desarrolla en Canadá o en su país vecino, y qué ocurre al otro lado del mundo.

¿Crees que Canadá debe extraditar a Meng Wanzhou para que sea juzgada en Estados Unidos?