Imagen: César Mejías

Afectuosas, placenteras y de fuertes emociones: estas son las hormonas que generan la química con tu media naranja

Esa curiosa sensación al estar con tu pareja tiene una explicación biológica y acá en El Definido te contamos cuál es el papel de cada uno de los neurotransmisores que intervienen en la popular química entre pareja.

Por Alejandro Fuenmayor | 2019-02-14 | 07:00
Tags | amor, quimica, oxitocina, dopamina, noradrenalina, 14 de febrero, ciencia
"No hay otro instinto que haya permanecido tan inalterable desde el comienzo de la evolución como el amor" (Eduardo Punset, divulgador científico).

Basta simplemente con mirar a nuestro alrededor para darse cuenta que el día favorito del señor Cupido ha llegado: corazones por todas partes, flores y chocolate de regalo, cena a la luz de las velas... ¡Ya está entre nosotros, es 14 de febrero, el día del amor!

Incluso, si eres un antiromántico, detestas la fecha porque crees que es otra excusa del capitalismo salvaje para sacarte plata o, simplemente, no lo celebras porque no tienes esa media naranja con quien compartir, lo cierto es que todos, el algún momento de nuestra vida, nos hemos enamorado.

Aunque suene un poco complicado, sí hay explicación a esas mariposas en el estómago, la sensación de nerviosismo-emoción y las infinitas horas sin poder sacarte a esa persona de la cabeza; la clave está en nosotros mismos, específicamente en nuestro cerebro (más que en nuestro corazón, que es el órgano con el que suele identificarse al amor).

Tal y como asegura el divulgador científico Eduardo Punset, "no hay otro instinto que haya permanecido tan inalterable desde el comienzo de la evolución como el amor", y en El Definido hemos decidido resaltar el protagonismo que se merecen a esas pequeñas (pero intensas) responsable de que la magia ocurra: las hormonas.

Oxitocina, la MVP en el juego del amor

En el mundo de las "hormonas del romance", la oxitocina es de las más resaltantes y uno de los puntos de partida para entender esto de la química del amor. No por casualidad la podemos considerar la MVP (Jugador más Valioso) en el juego del amor.

Popularmente conocida como la hormona del amor, se han identificado patrones que resaltan su presencia en experiencias afectuosas y, además, tiene funciones de neurotransmisor, es decir, que juega un papel importante en lo que a impulsos nerviosos se refiere. ¡Y vaya que nos sentimos nerviosos cuando nos gusta alguien!


La oxitocina es de las más resaltantes y uno de los puntos de partida para entender esto de la química del amor.

Según el planteamiento del psicólogo Arturo Torres, "los niveles de oxitocina aumentan cuando hay que reconocer caras familiares y también aumentan al mirarse a los ojos con seres queridos".

"En general, es segregada en cantidades relativamente grandes en situaciones relacionadas con el amor y el apego; cuando experimentamos la sensación de compartir una relación íntima con otra persona o cuando sentimos que estamos en un ambiente de confianza", señala.

También destaca su relación con factores dentro del vínculo amoroso con la pareja, como la fidelidad y la monogamia. "Los cerebros de las personas en las relaciones de amor a largo plazo muestran una mayor actividad en la región conocida como pálido ventral, rica en oxitocina y receptores de vasopresina", reseña parte de un artículo publicado por la revista Psychology Today.

Pero el amor va más allá de la relación de pareja y la amiga "Oxi" también es un factor importante en la relación padres-hijos, y especialmente en embarazadas. "En su papel como neurotransmisor, está implicada en comportamientos relacionados con la confianza, el altruismo, la generosidad, la formación de vínculos, los comportamientos de cuidado, la empatía o la compasión, pero hay mucho más: tiene un papel fundamental en el comportamiento maternal y sexual", explica la bióloga Irene García Perulero.

Cuando se trata de placer, dopamina debes tener

Si la romántica y amorosa oxitocina se encarga de la parte afectuosa, hay una hormona que se relaciona con el placer y la satisfacción y esa es la sensual Dopamina… ¡pero no se me pongan pecaminosos!

Esta hormona, que al igual que su colega anterior también actúa como neurotransmisora, suele intervenir en los procesos que nos generan felicidad o en los que experimentamos satisfacción, según los gustos de cada uno, como comer chocolate, bailar, hacer deporte o compartir con esa persona que te enloquece.

Según explica el psicólogo Bertrand Regader, la dopamina también tiene cierto vínculo con nuestra personalidad, volviéndose determinante, por ejemplo, en ese importante primer paso de iniciar una conversación con tu crush.


La dopamina suele intervenir en los procesos que nos generan felicidad o en los que experimentamos satisfacción.

"La dopamina podría ser uno de los factores a tener en cuenta a la hora de saber si una persona es más introvertida o más extrovertida, más cobarde o más valiente, o más seguro o inseguro [...] la cantidad de dopamina encontrada en la amígdala cerebral de un sujeto podría ser un indicador fiable de si este es tranquilo y sosegado, con una buena confianza en sí mismo, o si por el contrario sería temeroso y con propensión a padecer estrés", recalca.

Bertrand también apunta que esta hormona también cobra protagonismo en cuestiones como la motivación, la creatividad y las ganas de experimentar emociones fuertes (como saltar en benji o hacer paracaidismo), mientras otros expertos señalan su papel en nuestra capacidad para sorprendernos.

Si fuerte late tu corazón, la noradrenalina es la razón

El nombre de nuestra tercera involucrada ya nos da una pista de cuáles serían las sensaciones que despierta en nuestro cuerpo cuando decide ponerse en acción; la noradrenalina, es como esa prima lejana de Vin Diesel, pues interviene en escenarios en los que se pone a prueba nuestro sistema cardiovascular, la agresividad y la respuesta ante escenarios de potencial peligro.


La noradrenalina se hace presente al experimentar cierta agitación y nerviosismo.

Este neurotransmisor, detalla el psicólogo social Óscar Castillero, además de los contextos mencionados anteriormente, también está relacionado a la parte sexual del vínculo amoroso, tiene ciertas funciones en el sistema endocrino e interviene en el proceso de parto.

"En el caso de la conducta sexual, esta hormona está implicada en la sensación de placer durante las relaciones, pero además presentan una función relevante en el momento del nacimiento de una nueva criatura, acelerando las contracciones y participando en el reflejo de expulsión del recién nacido", detalla.

Su rol en el sistema cardiovascular, añade Castillero, eleva la frecuencia cardiaca y el tono vascular, por lo que no es extraño que esta hormona se haga presente al experimentar cierta agitación y nerviosismo, con el corazón casi saliéndose del pecho, cuando las cosas suben de tono en esa inocente invitación a ver películas en la casa.

Por otro lado, la doctora Rachel Herz puntualiza que esta hormona también influye en la forma en la que saboreamos las cosas y resalta, sobre todo, los sabores agrios en situaciones de tristeza o estrés.

Cabe destacar que en la química del amor influyen más hormonas y neurotransmisores, como la serotonina o la vasopresina, pues se trata de un tema en el que aún hay mucha tela por cortar y sobre el cual los investigadores del mundo siguen poniendo sus esfuerzos por ahondar. Aunque se trata de abordar la parte científica del asunto, no olvidemos que se trata de sentimiento y que lo más importante es saber expresarlo con sinceridad hacia nuestros seres queridos, más allá de fechas y ocasiones especiales.

¿Cuál crees que es la hormona más importante en la química del amor?