Corres de un lado para el otro, nunca tienes tiempo para juntarte con tus amigos, vives con dolor de guata, duermes mal, tienes problemas de peso, te sientes cansado todo el día y de tu humor mejor ni hablar. Si te sientes identificado con más de una de estas situaciones, probablemente estás sufriendo estrés laboral. Así que te pedimos que respires hondo, te relajes y te tomes unos minutos para leer los siguientes consejos que te pueden ayudar.
Hay un montón de personas que viven con una calma envidiable, así como si nada los pudiera sacar de un estado de paz permanente, pero también hay un grupo grande que no, y que por distintos motivos andan estresados por la vida. Aunque lo cierto es que independiente del tipo de persona que eres, el estrés es inevitable. Por distintas razones, todos nos estresamos, no podemos eliminarlo de nuestras vidas y realmente es difícil permanecer en estado zen todo el tiempo. Pero la buena noticia es que hay cosas que podemos hacer para ayudar a controlar la respuesta del cuerpo ante el maldito estrés y así evitar que se apodere de nuestras vidas.
El problema, aparece cuando se genera el estrés crónico, es decir, cuando se presenta por semanas o meses. Incluso puede ser que te acostumbres tanto, que luego no te des cuenta de que vives así. Entre las consecuencias del estrés crónico, encontramos: presión arterial alta, enfermedades del corazón, aumento de las posibilidades de resfriarse e incluso puede contribuir al asma, trastornos digestivos, cáncer, cambios cerebrales que pueden contribuir a la ansiedad, la depresión y la adicción, entre otros. Además, una investigación reciente, apoya la idea de que altos niveles de estrés tienen la capacidad de acelerar el proceso de envejecimiento. ¡No queremos que envejezcas antes de tiempo!
Es cierto que en ciertas circunstancias, el estrés puede ser beneficioso y ayudarnos a actuar rápido ante situaciones “amenazantes”, pero si activamos la respuesta al estrés demasiado seguido, el cuerpo y quienes nos rodean, terminan pagando las consecuencias.
Cambia tu relación con él:
Lo primero que deberíamos hacer, es cambiar la relación que tenemos con él, dice la profesora de comportamiento humano del Hunter College (Nueva York), Melody Wilding, aQuartz at Work. ¿Y cómo hacerlo?
Wilding explica que ya que es inevitable que ocurran contratiempos en el trabajo, debemos intentar ver la situación como un desafío o tratar de aprender una lección de ella y no verla como una amenaza o un signo de fracaso.
Dice que al aplicar esto, se pone en práctica lo que el psicólogo estadounidense, Martin Seligman, llama un estilo explicativo optimista, es decir, tener la capacidad de percibir los contratiempos como algo temporal y solucionable. Y así, en vez de agobiarte o cuestionarte por qué te ocurre eso, el desafío es darle una vuelta a la situación para encontrarle un significado dentro de todo el caos.
Aprende a controlar lo que sientes:
¿Se te viene encima el plazo para entregar los informes y te pones insoportable?¿El ambiente de tu trabajo está tenso? ¿Están despidiendo a tus compañeros de trabajo y crees que puedes ser el próximo?
Muchas personas reaccionan muy mal cuando están bajo una situación laboral estresante y por eso es importante lograr controlar las emociones, los arrebatos, gritos o malos modos que se puedan desencadenar, ya que estos no son considerados como una respuesta constructiva, como tampoco lo es evitar la situación porque te ves superado.
El camino recomendado por Wilding es tomarse el tiempo para comprender lo que sientes y permitirse procesar las emociones difíciles como la frustración, la ira y la tristeza, pero de una manera apropiada. Por ejemplo, la que ella recomienda, es una técnica de liberación de escritura. ¿Y eso?
Se trata de una ejercicio que propone el doctor estadounidense Habib Sadeghi y que consiste sentarse a escribir lo que está perturbando tu paz. Para ponerlo en práctica, deberás tener un lápiz y un papel. La idea es que durante cinco días (o más), dediques doce minutos a sentarte en un lugar tranquilo y escribas todo aquello que te hace sentir incómodo, como tu salud, trabajo, finanzas, relaciones personales, lo que sea. La gracia es que fluya y no lo pienses demasiado. Una vez que se haya acabado el tiempo, debes quemar ese papel. Esto te ayudará a liberar todo lo que tienes guardado, a aclarar lo que sientes y así podrás pensar mejor qué hacer con lo que te está pasando.
Cuídate:
El autocuidado es otro punto clave que debes poner en práctica . Además de trabajar, tienes una vida, familia, amigos y a ti, y es importantísimo que te preocupes de estar bien para poder rendir, en todos los ámbitos. Para esto, el deporte, el ocio y los espacios de relajación, son fundamentales. Cada persona debe permitirse ese espacio, que de hecho, debería ser sagrado.
Si te gusta el deporte, practícalo, inscribete en una liga de fútbol, sal a correr o camina. Si necesitas relajarte, puedes intentar con clases de yoga y si lo tuyo son las manualidades, tejer, bordar o pintar, pueden ser una buena idea. ¡Las posibilidades son infinitas y tiempo siempre hay (si tienes voluntad)!
Atrévete a pedir ayuda
A veces creemos que podemos con todo, pero no es así y debemos ser conscientes de ello. Hay situaciones que nos superan y que no podemos controlar o solucionar solos. Según un documento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre estrés laboral, este puede producirse en situaciones laborales muy diversas. Sin embargo, aseguran que a menudo se agrava cuando el empleado siente que no recibe suficiente apoyo de sus supervisores y colegas, y cuando tiene un control limitado sobre su trabajo o la forma en que puede hacer frente a las exigencias y presiones laborales.
Por eso es importante que dentro de tu lugar de trabajo tengas la posibilidad de pedir ayuda, de recurrir a alguien cuando sea necesario. Tener la capacidad de reconocerlo se valora y si todos lo pusiéramos en práctica,tendríamos equipos mucho más colaborativos.
Cambia el switch cuando pongas un pie fuera de la oficina:
Cuando una persona tiene estrés laboral, es raro que salga de la oficina y logre desconectarse por completo. Generalmente esto comienza a afectar toda su vida y eso es lo que hay que evitar.
Es importante tener la capacidad de desconectarse y no transmitirle esa mala vibra a quienes viven contigo. Esto no quiere decir que reprimas tus emociones, pero intenta tener una transición entre la oficina y tu casa que te permita despejarte y relajarte, por lo menos cuando finaliza tu horario laboral.