Benjamin Netanyahu, o “King Bibi”, según revistas como Time y The Economist, se prepara para un quinto mandato en Israel (el cuarto consecutivo en diez años), tras la decisión de las urnas, en las elecciones legislativas del martes pasado. El actual primer ministro gobierna con una coalición conformada por partidos de derecha y ultra ortodoxos.
En esta nota te contamos quién es el primer ministro de Israel, los detalles sobre estos comicios y lo que podría esperarle al país.
En Israel existe un sistema de república parlamentaria, en este caso el parlamento es el Knesset, que se compone por 120 miembros, y está encargado de designar al Primer Ministro y al Presidente. ¿Cómo funcionan los comicios?
Todo parte con las elecciones legislativas; cada partido publica una lista de sus candidatos en orden descendente de prioridad, y los ciudadanos votan por el partido en lugar de un candidato. Cuantos más votos gana un partido, más candidatos envía a el Knesset.
Sin embargo, es probable que ninguno gane una mayoría de 61 asientos (la mitad más uno), por lo que después de que se cuentan los votos, los partidos más grandes o las alianzas, atraen a los grupos más pequeños para construir una coalición de trabajo.
Para determinar qué nuevo miembro del parlamento será el primer ministro, el presidente de Israel, en este caso, Reuven Rivlin, inicia conversaciones con los líderes de los partidos.
Luego de estas, debe seleccionar a uno de los candidatos que presenta cada líder de partido, generalmente el cabecilla del grupo con mayor representación en el parlamento, para formar un nuevo gobierno que sea capaz generar una coalición de al menos 61 asientos que aprueben su propuesta de gobierno.
El candidato propuesto tiene hasta 42 días para formar un Gobierno y su respectiva propuesta. Si este tiene éxito, se convierte en primer ministro.
Con un largo camino político, Benjamín Netanyahu se podría convertir en el mandatario israelí con más años en el poder, cuando en julio próximo supere al fundador del Estado, David Ben-Gurion, tras las recientes elecciones legislativas. Pero, ¿quién es este hombre?
Se trata de un político de derecha que lidera un partido llamado Likud. Durante su trayectoria política, Netanyahu ha tenido un duro discurso contra los palestinos, al igual que su partido, y se ha ha opuesto ampliamente a la creación de un Estado palestino. Sin embargo, la postura de Likud se ha ido suavizado de manera superficial. Precisamente durante el gobierno de este partido, Israel retiró sus fuerzas de la Franja de Gaza en 2005, una de las zonas de mayor conflicto (si quieres conocer las causas y cronología del conflicto israelí-palestino, en El Definido ya te lo hemos explicado).
Otro aspecto que ha caracterizado su mandato, es una sólida relación con el presidente estadounidense, Donald Trump. Hay algunos sucesos diplomáticos que dan cuenta de ello, como la transferencia de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén.
Así es como los israelíes consideran que Trump ofreció a Netanyahu un ´regalo` en plena campaña electoral, al reconocer la soberanía israelí sobre los Altos del Golán, zona anexada a Siria. Netanyahu ha mencionado cada vez que puede su cercanía con el presidente de Estados Unidos.
Netanyahu se ha presentado a sí mismo como una víctima de los prejuicios de los medios de comunicación y del sistema judicial. Incluso, en el último tiempo, dijo que fue afectado por una ´cacería de brujas` liderada por los frentes de izquierda para dañar sus posibilidades de reelección. ¿De qué se trata esto?
Netanyahu enfrenta acusaciones de corrupción que ha desmentido. El 28 de febrero, el Fiscal General de Israel, Avijai Mandelblit, confirmó que se le imputarían al primer ministro cargos por fraude, cohecho y ruptura de la confianza.
Son varios los casos en los que supuestamente está envuelto, como señala France 24. Por un lado, el intento de llegar a un acuerdo con el propietario del periódico Yediot Aharonot, el de mayor circulación en Israel, con el objetivo de tornar la cobertura mediática a su favor. Este convenio habría sido tratado a cambio de favorecer la circulación del diario y la restricción de circulación gratuita del medio rival, Israel Hayom.
Por otra parte, se habla de los favores gubernamentales de Netanyahu al grupo de telecomunicaciones Bezeq. La compañía habría puesto al servicio del primer ministro el popular sitio informativo Walla, a cambio de un beneficio fiscal de unos 250 millones de euros al grupo. El objetivo era que se publicaran artículos y fotos halagadoras, y eliminar el contenido crítico contra el primer ministro y su familia.
Además, la investigación también analiza a la familia de Netanyahu, para determinar si aceptaron costosos obsequios de parte de los empresarios James Packer y Arnon Milchan, en compensación por algunos favores políticos.
¿Qué pasará? La audiencia con el fiscal general, se realizará en verano (invierno para nosotros), pero Netanyahu confía en que esta le servirá para no ir a juicio, así como también confía en que sus socios sigan en la coalición aunque deba pasar por los tribunales. La presentación de sus argumentos legales y las pruebas en su defensa podría, incluso, atrasarse hasta un año. Por ello, aún es incierta la fecha exacta en la que se presentará para rendir su versión de forma oficial.
Como te podrás imaginar, todas estas acusaciones trajeron implicancias políticas. Es más, la oposición exigió la dimisión del primer ministro. También los conflictos judiciales de Netanyahu acarrearon problemas entre los partidos de la coalición gobernante, según algunos observadores de la política interna de Israel.
¿Y qué pasó? La coalición del gobierno liderada por Netanyahu tomó la decisión de convocar a la ciudadanía a unas elecciones adelantadas, que son las realizadas el pasado martes en lugar de las que correspondían en noviembre próximo.
El rival más fuerte que se presentó en estas elecciones, fue el centrista Benny Gantz. Un teniente general retirado y ex jefe de la Fuerza de Defensa de Israel, que formó la coalición de centroizquierda Azul y el Blanco en febrero y que actualmente dirige.
Azul y Blanco, por los colores de la bandera de Israel, está formado por tres partidos: Resiliencia para Israel, el centrista Yesh Atid y el movimiento Telem. Este conglomerado dice ser la salvación para una sociedad dividida religiosa y étnicamente. Azul y Blanco se transformó quizá en la mayor amenaza que Netanyahu ha enfrentado desde que se convirtió en primer ministro nuevamente en 2009.
Aunque Gantz es un novato en la política, es poseedor de una cierta conciencia económica y social. Algunas de sus principales promesas electorales, incluían rotar el cargo de primer ministro y la renovación de las conversaciones de paz con Palestina.
La votación llegó el martes recién pasado; 40 partidos políticos, que representan una gama de alianzas y agrupaciones récord, disputaron los 120 escaños del Knesset israelí. Con el 97% de los votos escrutados, todo apuntó a un empate técnico entre el conservador Netanyahu y el centrista Gantz, con 35 escaños cada uno.
Pero al parecer hubo algunas irregularidades... El Comité Central Electoral debió hacer verificaciones ya que se detectó que hubo un descuadre de más de 60.000 papeletas entre la suma de votos obtenidos por los partidos (4.291.707) con el total de votos válidos emitidos (4.231.424).
Luego de un día completo de reevaluación, el conteo final ajustado arrojó que el partido de Netanyahu superó por un escaño a su rival. Likud obtuvo un 26,45% de los votos que se traduce en 36 asientos en el Knesset, mientras que Azul y Blanco se quedó con un 26,11%, que implica 35 asientos.
Fue una intensa campaña electoral, con elecciones reñidas. Sin embargo, el actual primer ministro, Benjamin Netanyahu, tiene casi asegurado un quinto mandato por la ventaja que tiene el bloque de derecha en el parlamento. Esto con el apoyo de 65 de los 120 diputados del Knesset, sobre el conglomerado de centroizquierda, liderado por Benny Gantz, que perdió apoyo y no logró formar mayorías.
Varios dirigentes de Azul y Blanco expresaron su esperanza de que su nuevo gobierno no dure mucho tiempo debido a sus problemas con la justicia. Pero, la ley establece que solo la condena judicial obliga a su renuncia. Se estima que la reelección daría un importante impulso a Netanyahu, frente a los escándalos de corrupción.
Luego de los resultados, el actual primer ministro anunció: “quiero dejarlo claro, será un gobierno de derecha, pero pretendo ser el primer ministro de todos los ciudadanos israelíes, de izquierdas o de derechas, judíos o no judíos por igual”.
Si bien la situación geopolítica de Israel ha sido complicada desde hace décadas por los conflictos que existen con Palestina, hay un tema que principalmente está hoy en boca de todos: los asentamientos israelíes.
Estos se refieren a colonias construidas por Israel en tierras concedidas al Estado árabe de Palestina en Cisjordania, Jerusalén oriental y los Altos de Golán. Este asunto ha sido una de las principales dificultades en las negociaciones de paz entre Israel y Palestina.
Los gobiernos israelíes han tenido diversas posiciones respecto a los asentamientos: algunos los han promovido y otros han abogado por detenerlos. Sin embargo, la comunidad internacional considera que son ilegales, y se ha pronunciado en varias ocasiones para instar a Israel a retirarse.
Hasta 2016, más del 60% de Cisjordania se encontraba bajo control Israelí. En 2017 se alcanzaron cifras récord de crecimiento, pues se triplicó el número de casas aprobadas en los diferentes niveles de la Administración israelí (6.742), mientras que la cifra de viviendas cuya construcción empezó en 2017 (2.783), aumentó un 17% por encima de la media de la última década.
Lo polémico, fue que Netanyahu hizo un anuncio importante en los últimos días de campaña, sugiriendo que de ser reelegido, anexaría a Israel los territorios palestinos ocupados en los que se ubican las colonias judías en Cisjordania. Además, rechazó cualquier posibilidad de que exista un Estado palestino.
El giro hacia la derecha reduce aún más las esperanzas de hallar una solución negociada al conflicto israelí-palestino, por lo que el resultado electoral acelera el temor de los palestinos a una anexión israelí de parte de Cisjordania.
Por ahora solo queda esperar a las consultas del presidente de Israel, Reuven Rivlin, las que inició el lunes con representantes de las nuevas facciones del parlamento antes de proponer al primer ministro del país.
La residencia presidencial ha anunciado que por primera vez en la historia de Israel, las consultas entre el jefe de Estado y los partidos políticos se transmitirán en directo a través de todas las plataformas "en nombre de la transparencia".
Sin embargo, las conversaciones deberían ser una formalidad luego de los resultados de las elecciones generales de la semana pasada; al parecer, la suerte ya está echada a favor de Netanyahu.
Si todo resulta según lo estipulado, a pesar de los escándalos de corrupción que se han destapado en el último tiempo, en los próximos días el actual primer ministro de Israel se convertiría en el líder con más años en el poder, ya que la ciudadanía nuevamente dijo que sí a su coalición de derecha.