Imagen: César Mejías

Jinwar: la aldea autosostenida por mujeres que escapan de los horrores de la guerra en Siria

La situación política y social que atraviesa Siria desde hace años, ha tenido dramáticas consecuencias para sus habitantes. Ante ello, un grupo de mujeres kurdas, decidió crear su propia aldea para dejar de lado los horrores y donde puedan ejercer plenamente sus derechos. Conoce los detalles en la siguiente nota de El Definido.

Por Maria Paz Larrondo | 2019-05-14 | 12:10
Tags | jinwar, estado islámico, guerra, mujeres, aldea, sustentabilidad, siria
“Reconstruir nuestros hogares como refugios de paz es un importante acto de resistencia frente a la violencia y la guerra” (Jinwar).

Siria vive una cruel guerra civil y una dura lucha contra el Estado Islámico (EI) durante los últimos años, lo que ha terminado con la vida de miles de personas y ha traído consecuencias dramáticas para la calidad de vida de los sobrevivientes, así como también la mantención de una estructura de poder patriarcal. Es en este contexto que un grupo de mujeres decidió tomar cartas en el asunto. ¿Cómo?

Creando una aldea exclusivamente para sobrevivientes femeninas y niños, que brinda apoyo y oportunidades para el desarrollo de una vida en libertad: Jinwar Free Women's Village (El Pueblo de Mujeres Libres de Jinwar, en español). En la siguiente nota de El Definido te contamos de qué se trata.

Tierra de mujeres

Jinwar significa “tierra de mujeres” en el idioma kurdo. Este nombre es un fiel reflejo de lo que es esta aldea: construida, gobernada y defendida exclusivamente por féminas.

La villa está ubicada en el noroeste de Siria, una zona conocida también como Rojava, un estado de administración kurda (Kurdistán Occidental / Norte de Siria) que ha sido impulsado por una ideología democrática, algo totalmente distinto para este sector del Medio Oriente. Sin embargo, el área ha tenido buenos resultados, ya que ha prosperado a pesar de la presencia de enemigos alrededor.


Ubicación Rojava/ Google Maps



Entrada al pueblo/Jinwar

Pero volvamos a hablar de la particular aldea de Jinwar. Todo comenzó con un grupo de mujeres pioneras que estaban hastiadas de las atrocidades cometidas por el EI, los terribles estragos de la guerra en Siria y las limitaciones del patriarcado, que incluían una estructura familiar rígida y el abuso doméstico. Todo esto, las llevó a querer reconstruir sus vidas en este lugar.

Después de un año de planificación por parte de organizaciones locales de mujeres kurdas, como Kongreya Star y The Free Women's Foundation de Rojava, la construcción comenzó en 2017. Jinwar fue inaugurada en noviembre pasado, pero las obras aún se mantienen gracias al apoyo de estas organizaciones y de grupos locales e internacionales que continúan financiando.

Si bien la iniciativa comenzó gracias a la población kurda, Jinwar también acoge a víctimas, mujeres o niños árabes. Todas las féminas son bienvenidas, independiente de su religión, etnia o puntos de vistas políticos. Por su parte, los hombres pueden hacer visitas durante el día, siempre y cuando sean respetuosos con las mujeres, pero no pueden quedarse en la noche.

En el sitio web de Jinwar, explican que en medio de la actual guerra civil Siria, la aldea tiene como objetivo proporcionar un lugar alternativo, pacífico y libre de toda violencia para la coexistencia de las mujeres.

La villa tiene una marcada ideología, describen que al analizar la naturaleza masculina, encontraron que su punto más débil es la conciencia de género. A su vez, en la aldea consideran que el patrimonio cultural y el conocimiento histórico de las mujeres es valioso, por lo que Jinwar pretende crear un modo de vida en el que cada una pueda alcanzar su máximo potencial sin las limitaciones de las estructuras de poder opresivo del patriarcado y el capitalismo.

"Desearía que construyamos más Jinwars en todas las regiones para que ninguna mujer sea objeto de injusticia", dijo a CNN Fatma Emin, habitante de la aldea que quedó viuda en la guerra de Siria, a causa de un ataque en una mina terrestre realizado por el EI.

Un proceso revolucionario

“Nos basamos en las experiencias de vida de las mujeres que usaron opiniones inclusivas, comunitarias, enriquecedoras y objetivos comunes para permitir soluciones. Consideramos que es un proceso revolucionario, liderado por mujeres y de solidaridad entre ellas”, describen.

Para la creación de la villa, sus integrantes han mirado con detención el ejemplo de otras aldeas organizadas por mujeres y se han inspirado en ellas, como es el caso del pueblo de Umoja en Kenia.

Reconstruir nuestros hogares como refugios de paz es un importante acto de resistencia frente a la violencia y la guerra. Pero lejos de ser solamente una aldea con casas, el pueblo también proporcionará una forma de vida alternativa”, señalan.

En esta villa, cada una construye su propio espacio de vida libre en la sociedad civil. Muchas necesitan este lugar de forma urgente para curarse y recuperarse de la guerra, mientras otras que tienen que tienen más alternativas de espacios libres, pueden unirse de igual manera para alcanzar un estilo de vida distinto.

La organización es muy clara: hayun consejo en el que se turnan cada mes para actuar como líderes de la aldea. Además trabajan por turnos, para hacer un seguimiento de quién viene y quién va de la villa. Solo llevan un arma durante los turnos de noche por seguridad, pero la intención es no usarla, debido a sus principios de pacifismo.

Aldea de paz y autosostenida

Jinwar es una aldea ecológica que se fundó con el principio de autosostenibilidad y que tiene como objetivo brindar a las mujeres la oportunidad de satisfacer sus propias necesidades básicas.

Para poder subsistir, la economía se basa en agricultura y ganadería. En este lugar todas las mujeres trabajan, pues el sentido de comunidad es muy importante. Ellas mismas cultivan las tierras, jardines, huertos y crían el ganado, que pueden vender cuando superan sus necesidades.


Mujeres en el huerto/Jinwar

Jiyan Efrin es una madre de 30 años, que tiene tres hijos que viven en otro lugar con su abuelo. Efrin llegó sola al pueblo hace tres meses para escapar del asalto turco a Afrin, una ciudad en el noroeste de Siria y dice que está muy feliz con su vida en Jinwar. "Sientes que hay una sociedad normal en la que puedes vivir. Trabajamos, cultivamos y nos pagan, también, del consejo de la aldea", dijo a CNN.

La villa cuenta con varios talleres, así como una escuela primaria y un centro de arte. Además, hay una tienda de artesanías y una panadería, en las que producen y luego venden entre sí y a los pueblos vecinos. La aldea también tiene un hospital de medicina alternativa donde algunas integrantes han recibido capacitación para este tipo de servicio.

Las mujeres de la villa viven en casas marrones, rectangulares, construidas por ellas mismas con ladrillos de barro hechos a mano, ubicadas en un terreno seco, propio de la zona. Sin embargo, el interior de las casas es completamente diferente, están pintadas y decoradas, mostrando los toques de las familias que viven en ellas. Hoy en día, Jinwar es hogar de 16 mujeres y 32 niños.


Mujer trabajando/Jinwar

En el siguiente video (traducido al inglés), las propias mujeres de Jinwar explican en qué consiste su estilo de vida:

Aún hay trabajo por delante

Pero el trabajo de la aldea de Jinwar aún no ha terminado: hay jardines para plantar y una biblioteca a la espera de libros. La comunidad sigue con ideas, de hecho las mujeres han votado por tener clases de manejo y para comenzar un negocio de costura, ¡muy buenas iniciativas!

Por otro lado, hay planes para una segunda villa en Deir Ezzor, una provincia árabe que sigue siendo escenario de fuertes combates para destruir al EI, pero también existe la percepción de que lo que se ha construido en Jinwar es frágil y podría ser retirado. Por eso, una posible réplica de esta aldea podría demorar un tiempo.

Las críticas tampoco han faltado, algunos analistas han abordado la filosofía segregacionista aplicada en Jinwar. La politóloga iraní exiliada en España, Nazanín Armanian,dijo para un artículo del diario Público, que a través de estas soluciones se muestra la incapacidad de organizar una sociedad respetuosa, además de agravar el problema de la agresión sexual a las mujeres.

La aldea de mujeres de Jinwar es un puzle de diversas féminas que quieren sentirse seguras, experimentar la libertad, la independencia, la democracia y, a fin de cuentas, una nueva forma de vida tras pasar duras experiencias. Estas mujeres quieren cambiar a través de sus propias manos la idea de que son víctimas de relaciones patriarcales y violencia.

Mediante su impresionante autoorganización han logrado levantar lo que es Jinwar hoy en día: una aldea construida por mujeres y para mujeres. Sin embargo, debemos cuestionarnos si es esta una solución definitiva a un problema de violencia contra la mujer y machismo que tiene raíces culturales. Por lo pronto, Jinwar ha demostrado ser un refugio seguro y un trocito de tierra en donde, por lo menos por ahora, reina la paz.

¿Conoces alguna otra aldea de mujeres?