¿Se han puesto a pensar en qué les gustaría que se hiciera con sus cuerpos al morir? Como les contamos hace tiempo, cada día surgen más opciones. Pero cuando la diseñadora y empresaria Katrina Spade se puso a pensar en esto, en EEUU solo había dos alternativas, un entierro convencional y la cremación.
Para ella, “ambas prácticas envenenan el planeta”. Así que ideó una nueva forma en la que imitaba a la naturaleza. Una que no usa espacio, ni contamina y que definitivamente no envenena, sino que aporta. ¿Cómo? En El Definido te contamos de la nueva alternativa al entierro, que en un año comenzará a ser aplicada en el estado de Washington.
En EEUU, anualmente se usa tanto metal en los ataúdes, que es equivalente al necesario para construir otro Puente Golden Gate, explicó Spade en su charla TED. Al mismo tiempo, cementerios de todas partes del mundo están llegando a su máxima capacidad. Por ejemplo en Rapa Nui, donde su lugar de entierro está tan colapsado que los pascuenses están sepultando a sus familiares en los patios de sus casas.
Es que realmente la idea de vender un terreno a una persona para siempre no tiene mucho sentido, o quizás convencía cuando la población mundial no llegaba a las 7 billones de personas. Pero ahora definitivamente enterrar a los muertos se ha vuelto un problema. Por el espacio, el precio, y el enorme gasto que realmente significa.
"Embalsamamos cuerpos con soluciones tóxicas”, dijo Joshua Trey Barnett, experto en comunicación ecológica de la Universidad de Minnesota, sobre los entierros convencionales en EEUU. “Los enterramos en costosos ataúdes hechos de maderas preciosas y metales y luego los confinamos indefinidamente a una parcela de tierra”, agregó.
Según Spade, casi la mitad de los estadounidenses eligen ser cremados. Principalmente porque puede ser más barato, más fácil y algo más ecológico, o eso creía ella.
“La cremación destruye el potencial que tenemos para devolver a la tierra después de que hayamos muerto. Utiliza un proceso intensivo de energía para convertir los cuerpos en cenizas que contaminan el aire y contribuyen al cambio climático”, dijo.
De hecho, en el país norteamericano solo con las cremaciones emiten 600 millones de libras de dióxido de carbono al año. Para Katrina, esto significa que nuestro último gesto en la tierra es envenenar. ¿Y por qué hacemos esto si el planeta ya tiene un eficiente sistema biológico?
“Cuando el material orgánico muere en la naturaleza, los microbios y las bacterias lo descomponen en un suelo rico en nutrientes, completando el ciclo de vida”, dijo Mufasa. Ah no, esto lo dijo Spade.
Traducción: "Y así estamos todos conectados en el gran ciclo de la vida". |
Como Mufasa lo sabía, muchos otros también. De hecho, en varias granjas se hace lo mismo con las vacas, contó Katrina. Se deja que se transformen en tierra con el proceso natural. Desde el minuto que son enterradas, pasan nueve meses hasta que están completamente convertidas en suelo fértil. Y analizando la manera en que funciona con las vacas, surgió la empresa fundada por Spade, Recompose.
“Básicamente, todo lo que tenemos que hacer es crear el ambiente correcto para que la naturaleza pueda hacer su trabajo”, explicó Katrina.
“Es como el opuesto del jabón antibacterial. En vez de pelear con los microbios y las bacterias, los recibimos con los brazos abiertos. Estas pequeñas, asombrosas criaturas rompen moléculas, en moléculas más pequeñas y átomos que después son incorporadas en nuevas moléculas”, agregó. Es decir, que ese cuerpo se transforma, ya no es ese cuerpo, sino que vuelve a la naturaleza. “¿Ven? Magia”, consideró.
Y la empresa que comenzó en 2017 ya tiene como meta tener la primera instalación de compostaje humano a gran escala en Seattle, que tendría la capacidad para tratar 750 cuerpos al año. Pero la meta va más allá, esperan expandir el negocio vendiendo la licencia en California y otros estados, si es que lo legalizan en otras partes también.
“Imagínense, parte plaza pública, parte funeraria, parte memorial de nuestros seres queridos, un lugar donde nos podemos reconectar con el ciclo de la naturaleza y tratar los cuerpos con gentileza y respeto”, dijo.
En Washington ya se está legislando para permitir oficialmente el compostaje humano o la recomposición. Por lo que se espera que se empiece a aplicar en mayo del 2020.
La idea de Recompose es que las personas lleven a sus seres queridos después de fallecer, realicen una ceremonia si así lo desean y posteriormente comiencen con el proceso de descomposición. El cadáver se pone en un tipo de caja (de casi dos metros y medio de alto por uno de ancho) envuelto en material orgánico como alfalfa, astillas de madera y una mezcla de elementos de compostaje similares.
“Microbios y bacterias rompen carbono y proteínas, para crear una nueva substancia, tierra rica en nutrientes, la que puede ser usada después para crear nueva vida. Eventualmente podrías ser un limonero”, indicó Spade.
Como en cualquier tipo de compost, las bacterias trabajan generando altas temperaturas, de más o menos 55°C, lo que además elimina cualquier tipo de elemento que pueda ser tóxico (como empastes dentales o residuos farmacéuticos).
Los expertos explicaron que: “el calor generado por los microorganismos destruye la materia orgánica y los patógenos, y que los niveles de contaminantes como el cadmio y el mercurio estaban dentro de los límites federales”. Así, con la naturaleza haciéndose cargo y descomponiendo el cuerpo humano, en alrededor de 30 días ya estaría completamente convertido en tierra fértil.
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Y si todo sale bien, en mayo del próximo año esto ya será legal. Una buena noticia para Washington, donde ya hay algunos residentes en lista para ser compostados cuando les llegue el día, para volver al ciclo de la vida que de alguna forma interrumpen al ser sepultados en ataúdes, y aportar así a la tierra elementos y recursos útiles que podrían hacer crecer nueva vida.