En 1979, cuando apenas contaba con 26 años de edad, y sin bastarle el hecho de ser el primer afroamericano en unirse al cuerpo policial de Colorado Springs (Estados Unidos), el oficial Ron Stallworth asumió la impensable tarea de afiliarse a la organización supremacista Ku Klux Klan (KKK). ¿Por qué querría alguien unirse a uno de uno de los grupos de mayor odio hacia las personas de su misma raza?

Todo fue parte de una investigación encubierta de la policía de Colorado, y los detalles de dicho proceso fueron revelados por Stallworth en Black Klansman: A Memoir, un libro autobiográfico que fue llevado al cine por el director Spike Lee y que le valió un Premio de la Academia, el pasado mes de marzo.

Lo curioso de esta historia es que, casi cuatro décadas después, otra persona se atrevió a imitar la hazaña del ya retirado detective Stallworth, pero no le bastó con infiltrarse en una de las mayores agrupaciones racistas de Estados Unidos, sino que, además, se hizo con el control y dirección de la misma. ¿Cómo se llevó a cabo este curioso y arriesgado acontecimiento?

El episodio que puso en jaque al NSM

Antes de adentrarnos en la rocambolesca historia que tiene como protagonista al activista social James Hart Stern, hay que resaltar un evento trascendental en este cuento. En 2017, durante una manifestación denominada Unite the Right, organizada en Charlottesville por diversas agrupaciones de extrema derecha de Estados Unidos, un supremacista arrolló con un auto a varias personas que se oponían a esta protesta, ocasionando la muerte de una de ellas.

El hecho, que alcanzó el grado de terrorismo local y ameritó una investigación federal, dejó en el ojo del huracán a las agrupaciones que formaron parte de Unite the Right, incluyendo al Movimiento Nacional Socialista (NSM, por sus siglas en inglés), una organización neonazi con presencia en 32 estados del país norteamericano.

Con la justicia respirándole en el cuello, Jeff Schoep, líder del NSM en Detroit, optó por buscar ayuda para tratar de librarse de este asunto judicial y aquí es donde aparece el amigo Stern. Qué mejor manera de limpiar tu imagen y la de tu organización racista, que aliándote con un activista afroamericano, pensó Schoep.

Stern se infiltra en el KKK

Aunque parezca increíble, las conversaciones con Schoep no serían el primer contacto de Stern con agrupaciones supremacistas. En 2018, publicó Mississippi Still Burning: From Hoods to Suits, una obra en la que cuenta cómo conoció, durante su etapa en prisión, a Edgar Ray Killen, un exlíder del KKK condenado por la muerte de tres activistas afroamericanos.

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"En el año 2010, Stern, quien cumplió cinco años de cárcel (por fraude electrónico), compartió celda con un 'gran mago' (líder) del Ku Klux Klan, Edgar Ray Killen. Tras su liberación [la de Stern], Killen le firmó un poder notarial y le entregó los derechos sobre unas tierras", reseñó la BBC.

Stern se valió de este documento con la firma de Killen para, posteriormente, utilizarlo y disolver en 2016 el núcleo del KKK al que pertenecía el supremacista, esto con ayuda de activistas y miembros de la organización METal International.

Un llamado de ayuda que fue una oportunidad

En una entrevista para The Washington Post, Stern aseguró que en enero "Schoep acudió a él para pedirle asesoramiento legal", sobre la demanda que había realizado uno de los manifestantes afectados por los hechos en Charlottesville. Ambos ya habían tenido la oportunidad de conocerse, pues años atrás "representantes de la NMS se reunieron con líderes afroamericanos para hablar sobre las formas en que podrían trabajar juntos sin violencia", destaca la nota.

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"Desde el primer día siempre le dije: 'No estoy de acuerdo contigo. No me gustas'. Hablé con él porque quería cambiarlo", afirmó Stern sobre el inicio de su vínculo con Schoep.

Cuando el líder de la NMS-Detroit contactó al activista afroamericano a principios de este año, estaba algo confundido y sentía que la dirección de la organización supremacista era un gran peso, según las palabras de Stern. Es lo que él llamó "una grieta en su armadura", la oportunidad para repetir su movida de años atrás con Killen.

...¡Y lo hizo de nuevo!

Así fue como entre enero y febrero de este año, se incorporaron y archivaron unos documentos legales en un tribunal federal del estado de Michigan, en los que se deja registro de que James Hart Stern asume las funciones de director/presidente de la NMS Detroit. Esto según un comunicado oficial de la ONG Southern Poverty Law Center (SPLC), organismo caracterizado por su lucha en la defensa por los derechos de los afroamericanos y emprender varias causas legales contra grupos supremacistas y racistas.

El activista logró que Schoep le cediera el mando de la organización supremacista y, además, es el nuevo representante legal de la NMS en la demanda por los hechos de Charlottesville, según explicó SPLC.

"Stern me ha puesto en peligro"

La respuesta del líder supremacista ante tal jugada no se hizo esperar y señaló que todo lo contado por Stern "es mentira", a pesar de haber pruebas legales a favor del activista afroamericano.

"Muchas de las cosas que el señor Stern está diciendo son exactamente lo contrario a la verdad [...] Ese nombramiento y las acciones de mala fe de Stern no me dejan más remedio que proteger mis derechos en un tribunal de justicia, ya que creo que me manipuló de manera fraudulenta con el fin de controlar y disolver el NSM", apuntó el ahora expresidente de la organización racista.

Además, Schoep agregó que la actuación de Stern en este tema tiene como propósito ponerlo "en gran peligro". La respuesta del activista a estas declaraciones fue corta y contundente: "Di lo que quieras de mí, pero he hecho esto dos veces ahora".

Los nuevos planes de Stern

Ahora que es el nuevo líder de la sección de Detroit de la NMS, Stern afirmó que aún no tiene del todo claro qué hará con la organización supremacista, aunque recalcó que no la disolverá, para evitar que sus miembros actuales la refunden.

La página web de la NMS, también en su poder, será ofrecida a organizaciones judías con el propósito de convertirla en un espacio para la concientización de eventos como el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial, hecho que es negado por varios grupos extremistas de derecha.

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"Todo está a la vista. Mis planes e intenciones son que este grupo no prospere", puntualizó Stern, a quien recordaremos como la persona que logró infiltrarse en dos ocasiones en organizaciones supremacistas y ligadas al KKK. Y puede que en algunos años hasta veamos una película sobre su vida, tal y como sucedió con el detective Stallworth.

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