Imagen: Foto cortesía de Amy Thibodeau (Flickr)

Manual de bicicletas públicas: ¿Qué hacer para que no fracasen?

Producto del fracaso del 75% de los servicios de bicicletas públicas en España, se diseñó un manual con todo lo que hace que un sistema así sea un acierto para los ciudadanos.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2013-10-14 | 17:20
Tags | bicicleta, ciudad, ciclismo, urbano, bicicletas públicas, arriendo, préstamo, transporte público
"Es importante que previamente se hagan estudios de viabilidad, entorno y población. Luego de eso realizar un buen seguimiento cuando empiece a funcionar"

Su objetivo no es el ocio o el turismo, sino ser parte del transporte público. Las bicicletas públicas son un servicio práctico pensado en el uso cotidiano y funcionan como sistemas de arriendo o préstamo gratuito, que por lo general son impulsados por la administración pública. Parece una forma ideal de transportarse: saludable, barato y cómodo.

Además para nuestra capital, vendría como anillo al dedo, ya que hay un auge del ciclismo urbano. Santiago lidera en Latinoamércia con un 3% el uso de la bicicleta, al igual que Ciudad de México, superando a ciudades como Buenos Aires, Lima y Bogotá. Si ya la municipalidad de Providencia lo hizo, ¿por qué no ampliar la iniciativa?

Sin embargo, no es llegar e instalar estos servicios por toda la ciudad, hay varios factores que considerar para que efectivamente sean un éxito. 

Hay muchos sistemas públicos de bicicletas que han fracasado porque no se pensaron bien. Así, una iniciativa que parece buena por donde se la mire, acaba siendo una pérdida de dinero y decepcionando a los usuarios en la ciudad. Sin ir más lejos, en España el 75% de los sistemas de bicicletas públicas tienen una rotación menor a un uso por bicicleta al día. 

Dado que en Chile estos sistemas recién están naciendo, es bueno tener claro desde el principio qué se debe considerar para que sean un éxito. Por eso, tomamos la experiencia de España, que aprendió la importancia de considerar todos los factores para que las bicicletas realmente funcionen como transporte público y los puso en un manual, cuyos puntos principales les explicaremos a lo largo del artículo.

"Las ciudades ya no pueden meter todos los huevos en una misma cesta"

Son las palabras de Esther Anaya, experta en movilidad ciclista y coautora del blog La Bicicleta Pública en España. Según explica, cuando se planifica el transporte no basta implementarlo todos los tipos de servicio, hay que pensarlo bien y el objetivo debe ser "encontrar la fórmula para transportar el mayor número de personas de la manera más eficiente posible", explica. 

Cuando funciona, los beneficios son muchos. En primer lugar, mejor medioambiente y mejor salud. Además, se amplían las posibilidades de transporte, es más económico para el usuario, se facilita la combinación entre sistemas de transporte para acceder a todos los rincones de la ciudad, se optimiza el uso de espacio público, disminuyen los tacos y se fortalece la identidad local, porque es bien aceptado en el paisaje urbano y hace más atractiva a una ciudad. 

Por eso el sistema público de bicicletas es común en más de 500 ciudades en 49 países, según un informe del Earth Policy Institute. Pero para llegar a esto, debe funcionar. Y que sea exitoso depende de lo bien que se diseñe e implemente. Es bueno estudiar casos de otros países e inspirarse en ellos, pero jamás hacer un copy- paste. Hay que estudiar la ciudad, los ciudadanos y los transportes en cada lugar. 

¿Por qué fracasan y por qué triunfan las bicicletas públicas?

La bicicletas públicas mueren cuando no satisfacen la demanda de traslado, hay poca infraestructura para ciclistas, no se han previsto bien los costos de implementación y mantención, hay una capacidad técnica insuficiente y falta de compromiso político en el proyecto. 

Para salvarse de esto, según Esther, es importante que previamente se hagan estudios de viabilidad, entorno y población. Luego de eso realizar un buen seguimiento cuando empiece a funcionar, especialmente de los actores implicados y de la integración con las redes de transporte.

La experta considera este último punto clave. Principalmente lograr integrar redes entre sí: metro, micro, bicicleta, etc. y que exista también una integración en el soporte operativo, por ejemplo, en el caso de los santiaguinos, que nuestra tarjeta Bip! sirviera para arrendar bicicletas también, aplicando distintas tarifas según las combinaciones entre los sistemas de transporte público. 

¡Hágalo así!: un manual para que funcione

En España diseñaron una guía metodológica para implantar sistemas de bicicletas públicas, de la cual Anaya participó. ¿Cómo lograrlo de forma exitosa?

Primero, la guía analiza los tres pasos que hay que dar: preparación, implantación y funcionamiento de las bicicletas públicas. 

  • En la preparación se debe conocer las características de la zona donde se instalará. El tamaño, la topografía, el clima, el tejido urbano y la demografía. Eso condiciona el lugar de instalación de las bicicletas y los tipos.

    Por ejemplo siempre será mejor implementar el sistema en un tejido urbano denso y diverso, con otros medios de transporte disponibles y harto movimiento, que en una zona muy extensa. Considerando la topografía, en ciudades como Santiago que tienen varios sectores con bastante pendiente, sería ideal combinar las bicicletas comunes con algunas eléctricas.  En el clima, la temperatura no afecta tanto como podríamos creer, pero en zonas demasiado lluviosas quizás podría disminuir bastante el uso. Esas y otras características son importantes de tener en cuenta.

    En esta etapa es fundamental la creación de grupos de participación que opinen, realizar un estudio de la movilidad y elegir un sistema específico de funcionamiento, ya sea automático o manual (con personas que atiendan), de suscripción o de pago por uso, etc. 

  • Luego, para la implantación es importante realizar un calendario para lanzarla en el momento adecuado, un acompañamiento a los nuevos usuarios para que ayuden a corregir el sistema, fomentar la intermodalidad, ubicando los puntos cerca de estaciones de metro o paraderos. Además, brindar facilidad de inscripción y manejo para el usuario, para lograr una buena aceptación del sistema, ofrecer tarifas que impulsen su uso y realizar campañas de marketing y comunicación.
  • Y una vez en funcionamiento, la tarea no se acaba.  El sistema de gestión es importante, para que hayan bicicletas suficientes para la demanda, para asegurar el mantenimiento de las mismas, y su redistribución si fuera necesario, etc. Junto a esto, es necesario seguir y controlar la calidad del servicio con indicadores mensuales de disponibilidad, el nivel de fallos de destino cuando los usuarios se atrasen en el tiempo de devolución de la bicicleta, el tiempo de reparación de averías y nivel de limpieza. Se recomienda también encuestar cada 6 meses al cliente por sus satisfacción y hacer campañas continuas de marketing.

    Por último tomar medidas contra posibles incidencias, como por ejemplo que haya muchos más usuarios de lo previsto, que la funcionalidad real no sea satisfactoria, actos de vandalismo o baja aceptación.

Tierra fértil para su proliferación

¿En qué contexto se sostiene bien un sistema de bicicletas públicas? Para que todos estén satisfechos, la guía considera tres pilares necesarios:

  • Medidas de acompañamiento: para que sea seguro y cómodo usar la bicicleta como transporte público, una ciudad debe asegurarse que existan lo mínimo necesario en ciclovías y estacionamientos de bicicletas, que en ciertos sectores haya una pacificación del tráfico con zonas de menor velocidad por ejemplo y un marco jurídico que beneficie el uso de la bicicleta. 
  • Recursos financieros y humanos: dedicar suficientes recursos relacionados con el tipo de sistema elegido, los objetivos generales planteados y la cantidad de usuarios potenciales.
  • Marco político favorable: que haya implicación y compromiso de todos los actores involucrados. Administración pública local, equipo que toma decisiones en la ciudad o comuna, operadores de transporte público, empresas de bicicletas, etc. Siempre considerando especialmente la participación de los ciudadanos. 
Proyecto bicicletas públicas en Chile 

Hace un tiempo publicamos en El Definido, que "Chile tendrá servicio de bicicletas públicas de categoría mundial". Este proyecto busca crear la red más amplia de bicicletas de uso público del país, con un servicio al nivel de ciudades como Londres, Paris y Toronto. Se estará desarrollando durante cuatro años y cuando esté listo esperan contar con 3.000 bicicletas en 300 estaciones distribuidas en diversos puntos de la ciudad de Santiago, donde se iniciará esta primera etapa.

A la fecha se encuentra disponible el servicio en las comunas de Vitacura y Lo Barnecha. La suscripción tiene un costo mensual de $4.990. Para más información sobre el proyecto y la ubicación de las estaciones entra a BikeSantiago.