"Eres igual a alguien que conozco". Si no nos han dicho esa frase, podemos haberla escuchado en alguna conversación o nosotros mismos haber sido los autores. El tema es que pasa y no poco. Al canadiense François Brunelle se lo dijeron varias veces, aunque sus amigos no le hacían un favor, ya que les recordaba a Mr. Bean. Puede que por su profesión de fotógrafo, esto le haya llamado la atención de manera particular y se quedó pensando en los parecidos: ¿Por qué hay parejas que parecen hermanos? ¿Por qué alguien en Latinoamérica se puede parecer tanto a un actor famoso de Europa? ¿Por qué hay personas que parecen prácticamente gemelos sin conocerse? Y con todas esas preguntas a cuestas, comenzó su proyecto.
La idea fue la siguiente: Reunir 200 fotos de personas que no estuvieran emparentadas , pero parecieran hermanos. Bajo el título "I'm not a look-alike", el trabajo final sería levantar una colección fotográfica, realizar una exposición y transformar toda la experiencia en un libro visual. La idea no era que fueran personas calcadas, sino que hubiera algo en la mirada, en los gestos, en la sonrisa, que te hiciera sentir estar viendo a dos personas que se han relacionado toda la vida y que proyectan tener un vínculo familiar.
Hace doce años que Brunelle comenzó a capturar a la gente en blanco y negro. Primero retrató conocidos que vivían en su ciudad natal, Montreal y a medida que se iba corriendo la voz, la gente empezó a contactarlo a él. Luego se trasladó a las redes sociales. Había personas que subían su foto de perfil a la página de Facebook, esperando que una persona que luciera similar la contactara o había parejas que no tenían ni un parentesco que subían su foto y adelantaban el trabajo. Brunelle decidió salir a buscar a estas personas y recorrió el mundo por más de diez años. Publicaba en qué ciudad de qué país estaría y las personas acudían al sitio para ser fotografiadas.
En el camino, François, además de encontrar tres dobles suyos, descubrió estos casos:
Nina Singh y Anna Rubin nacieron el 13 de junio de 1977. Una en Toronto y otra en Ontario. Las dos estudiaron ballet. Un día se encontraron en una fiesta y descubrieron que incluso habían vivido en el mismo edificio.
Los alemanes Rudi Kistler y Maurus Oehm se conocieron en una carrera de ciclismo. Cuando se vieron, notaron de inmediato que tenían algo más en común que su afición deportiva.
Brunelle recibió una llamada de un tipo que aseguraba tener dos compañeros de trabajo que parecían gemelos. El canadiense pudo ir a comprobar que efectivamente ese era el caso de Sarah Fournier y Alan Madill.
Danielle Boucher y Jovette Desmarais se hicieron grandes amigas, no por sus similitudes externas, sino por las internas. Sin embargo, les gusta hacer bromas con su apariencia y se ponen de acuerdo para llegar vestidas y peinadas de la misma forma a los encuentros sociales.
Algunas sin historia:
Por último, François Brunelle... ¿Le pondrías de igualito a Mr Bean?
El llamado es a la concordia, a minimizar las diferencias y resaltar las similitudes entre los seres humanos, ya que "más allá de los prejuicios, somos todos de la misma familia", concluye Brunelle, vivo ejemplo de cómo, cuando se canaliza bien, una inquietud puede transformarse en un hobby, luego en una profesión y finalmente, en un proyecto de vida.
Para revisar más fotos puedes ingresar al sitio oficial de François Brunelle o a su página de Facebook.