¿Te lo perdiste? Regularmente republicamos contenidos vigentes que pueden resultarte interesantes. Esta nota se publicó originalmente el 14 de febrero de 2014.
Cuando se trata de relacionarse con otros seres humanos, casi siempre pensamos que lo estamos haciendo bien. Después de todo, es una de esas cosas instintivas, que hemos venido haciendo toda la vida. A tal punto estamos convencidos de nuestra capacidad, que solemos asignar los problemas en relaciones familiares, de trabajo, de amistad o de pareja, a problemas en la personalidad del otro. Muy rara vez nos damos cuenta de cuánto impacta nuestra propia forma de hacer las cosas en las relaciones que tenemos. Y más aún, cuánto impacta todo lo que dejamos de hacer.
Pues bien, en ningún otro contexto es esto tan patente, como en la vida de pareja. Después de todo, se trata de convivir el resto de nuestras vidas con la misma persona, viéndola a diario y pasando con ella éxitos y fracasos, alegrías y frustraciones. No es de extrañar, entonces, que la búsqueda de la "fórmula perfecta" para lograr una relación feliz y duradera, haya acompañado toda la historia humana.
Océanos de tinta han corrido en cuanto qué a caracteriza a las parejas felices y no son pocos los estudios que han buscado cuantificarlo. Pues bien, los fabricantes de la aplicación de celulares Happify, que promete ayudarte a ser más feliz mediante juegos y actividades, crearon una infografía (la pusimos al final del artículo, en inglés) que resume 12 estudios y textos de especialistas, con las claves que caracterizan a las parejas felices.
La principal conclusión, es que el factor determinante en la felicidad de una pareja es su nivel de AMISTAD. Este factor, por sí solo, influye en un 70% en la calidad del sexo, romance y pasión de un matrimonio. Además, se verificó que, como era de esperarse, las parejas felices tienen más interacciones positivas que negativas (5 a 1), a diferencia de las parejas que terminan en divorcio, donde la relación es 0,8 a 1. Y no se trata de calidad, también de cantidad: en promedio, las parejas exitosas pasan 5 horas más a la semana juntos y hablando.
Claro, una cosa es saber que hay que llevarse bien, pero otra muy distinta es lograrlo. Daniel Wallen escribió, en LifeHacker, una columna llamada 15 cosas que hacen distinto las parejas felices, que complementa muy bien las sugerencias de la infografía de Happify.
Así que, organizando y clasificando ambas piezas periodísticas, he aquí lo que las parejas felices hacen distinto:
La piedra angular de toda relación humana es la comunicación. Y por comunicación, no nos referimos al incesante monólogo que caracteriza a muchas parejas, donde una parte (generalmente la mujer) habla todo el día mientras el hombre finge escuchar mientras ve el fútbol.
Comunicarse implica tanto o más la capacidad de escuchar, que la de hablar. Eso quiere decir que, por ejemplo, antes de ponerse a narrar su horrible día, la pareja hace una pausa para abrazar a su pareja, besarla y preguntarle cómo estuvo el suyo.
Implica interesarse en lo que tu pareja te dice y tratar de entender por qué lo está diciendo, qué es lo que te está tratando de decir, no sólo explicitamente, sino de manera implícita. Y luego, corroborar si lo que entendiste es correcto, pues es muy fácil creer que nos están criticando cuando en verdad nos están pidiendo ayuda. Por eso, es una buena idea preguntarle a tu pareja si lo que entendiste es lo que en verdad te quería decir.
Muy en línea con lo anterior, las parejas sólidas no se guardan los problemas y frustraciones ni esperan a que la vida se haga insoportable antes de abordar sus problemas. Por el contrario, suelen comunicarlos apenas ocurren. Le hacen saber a su pareja que hay algo que los está afectando.
Pero además, lo hacen de manera sana, sin críticas, ataques ni ironías. Por el contrario, expresan lo que sienten y están abiertos a escuchar, dialogar y ceder. "Esto me afectó porque me sentí..."
Por último, tampoco guardan rencor. Entienden que su pareja es humana y que, por mucho que les haya herido algo que ella hizo o dijo durante un momento de estrés o cansancio, no querían realmente herirlos. Si te sorprendes buscando la oportunidad de vengarte de tu pareja por algo que hizo, cuestiónate seriamente si estás enfrentando tu relación con madurez.
Para los hombres es particularmente difícil entender por qué sus mujeres les preguntan constantemente "¿Me quieres?". Pues bien muchachos, la razón es muy sencilla: porque no lo estás diciendo lo suficiente. Al igual que una planta requiere riego frecuente, en una relación de pareja no basta con decir "te amo" y hacer algo romántico en el aniversario, para luego olvidarse de ello por el resto del año.
Las parejas sanas se expresan todo tipo de gestos de cariño frecuentemente: Se dicen "te amo" casi compulsivamente, coquetean, se dicen halagos, se regalan cosas, sorprenden a sus parejas con pequeños actos de cariño (prepararle una comida o lavar los platos cuando no era su turno).
En definitiva, se esfuerzan por hacer que su pareja se sienta bien, que se sienta feliz y querida. ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste a tu pareja que se ve espectacular?
En las buenas y en las malas, las parejas sanas se ayudan a crecer mutuamente.
Cuando uno se siente triste o derrotado, el otro lo motiva. Cuando uno emprende un nuevo desafío, el otro lo apoya, lo acompaña y le demuestra admiración. Y cuando finalmente obtiene un gran logro (o incluso uno pequeño), el otro se entusiasma, lo felicita, le dice cuánto lo admira y le pide que cuente todo lo ocurrido.
Demás está decir que también se ayudan en las cosas mundanas, como dividirse los quehaceres del hogar o apoyarse en el cuidado de los hijos.
No es raro que las parejas felices suelan hablar de "cuánto han cambiado y mejorado" en la compañía del otro. ¿Sientes que has mejorado junto a tu pareja?
Uno no siempre obtiene todo lo que quiere. Una relación en que sólo un miembro debe ceder permanentemente a lo que quiere el otro, no es una relación sana. Ambos deben conceder algo: si vieron la película que uno quería, comerán los snacks que prefiere el otro y así.
Las parejas sanas saben que su relación es una prioridad, no importa qué tan ocupados estén. Por eso, harán lo imposible para despejar tiempo para estar juntos.
Además, para evitar la monotonía, buscarán actividades que puedan hacer juntos: clases de baile o cocina, salidas a comer a lugares nuevos, viajan, salen a caminar, van a un concierto.
¿Recuerdan que comparamos a una relación con una planta? Pues bien, así como una planta se seca si no se le da agua suficientemente seguido, también se muere si le ponemos agua en exceso.
Aunque sean felices juntos, no son completamente dependientes uno del otro, ni exigen compañía permanente, después de todo no hay mejor receta para odiar a alguien que estar con él en todo momento.
Por lo mismo, si uno quiere explorar una pasión que el otro no comparte, salir con sus amigos o amigas, o simplemente sentarse a leer en silencio, el otro aprovechará esa oportunidad para disfrutar sus propias pasiones personales.
Es mi impresión que el mejor indicador de que una relación será exitosa, es que ambos sean capaces de reírse juntos de las cosas que les pasan. No se trata de que tengan que ser particularmente chispeantes o ingeniosos, sino que puedan tomarse los problemas con humor, tener algunos chistes internos que nadie más entiende, compartir anécdotas, sentir que el otro los hace feliz.
Hasta las parejas felices discuten y pelean ocasionalmente, pero es ahí donde se aprecian las principales diferencias con las parejas disfuncionales.
En una relación sana, la pareja busca centrar la discusión en el problema en particular, más que centrarlo en el otro. Por eso, jamás utilizan el verbo "ser" ("eres un egoísta"), sino que expresan el problema como una situación específica ("sentí que no me tomaste en cuenta").
Además, buscan reducir la tensión durante la discusión, demostrando humor (aunque no burlas), expresando afecto y cediendo en ciertos puntos. "Okey, es cierto eso, pero también toma en cuenta que..." y, por supuesto, escuchando lo que dice el otro.
En cambio, en las parejas disfuncionales abundan las críticas, la agresividad, el desprecio, las actitudes defensivas, los insultos y, aún peor, el simplemente desentenderse de la discusión.
Muchos tienden a centrar en el sexo la felicidad de una pareja, pero como hemos visto, hay muchos más factores que inciden en ella. De hecho, si la pareja hace todas las cosas señaladas antes, el resultado final casi inevitable, será meterse a la cama.
La infografía se centra en la cantidad de sexo (recomienda hacerlo 3 veces por semana, aunque señala que una vez ya genera un aumento en la satisfacción de la pareja), pero la calidad del mismo es tanto o más importante. Preparar el ambiente y ayudarse mutuamente expresando qué se busca, es la receta para una relación sentimental y sexualmente satisfactoria. Pero eso, las parejas felices ya lo saben...