Imagen: Gojko Franulic

¡Hagamos un supermercado! La nueva tendencia de consumo colaborativo

Cansados de las grandes cadenas, nacen estos supermercados colaborativos en donde los propios miembros gobiernan y disfrutan de descuentos y comida de calidad.

Por María Paz Salas @mpazsalasm | 2014-02-17 | 12:07

"Podemos hacerlo", dijeron un grupo de personas que, sin estar satisfechas con la oferta alimentaria que los rodeaba en la ciudad que vivían, Paris, decidieron crear su propio supermercado.

Sí, su propio supermercado. "No una tienda pequeña, sino un supermercado deslumbrante", aseguraron los creadores de este supermercado al diario El País, un modelo de negocios que  se está llamando supermercado colaborativo en diferentes lugares. El de París, llamado "La Louve" (la loba), es una ambiciosa apuesta en Europa y abrirá sus puertas el 2015 en la capital francesa.

Detrás de este proyecto están Tom Boothe y Brian Horihan, ambos gastrónomos interesados por la calidad y el precio de la comida y que con el apoyo de una veintena de personas con sus mismas preocupaciones, se embarcaron en esta iniciativa.

No tiene fines de lucro y está gestionado por sus propios miembros, que deben pagar una cuota única de 25 euros y deben trabajar de manera no remunerada, para asegurar el buen funcionamiento de la organización. Cualquier persona podrá ser miembro de este supermercado.

Cuando este supermercado abra, cada miembro deberá trabajar 2 horas 45 minutos cada 4 semanas y cuando se inaugure, sólo 25% del trabajo será realizado por personal contratado.

Los beneficios

Suena trabajoso, el tener tu propio supermercado. Pero también hay beneficios. Desde ya, los miembros pueden conseguir alimentos no perecibles en condiciones ventajosas  (por el momento) que pueden comprar a bajo precio.

También tienen asambleas generales que les permite a todos participar y tomar decisiones. El propio nombre del supermercado fue elegido por una votación.

Este modelo permite pagar un precio justo a los productores, ofrecer a los miembros/compradores un producto a precios razonables y "comer mejor y más barato, a la vez que se respeta a los productores y al medio ambiente", priorizando a los productos locales, orgánicos y artesanales.

El más antiguo está en Nueva York

A pesar de haber llamado mucho la atención, la idea no es nueva y viene probando que es un buen modelo de negocios desde mucho antes. El mejor ejemplo es el Park Slope Food de Brooklyn, Nueva York, que ya tiene 20 años de vida y  tal vez lo más sorprendente, no sólo logra mantenerse bien económicamente, sino que el modelo funciona tan bien que en 2010, según El País, sus miembros comentaron a un diario neoyorkino que "ya no sabían qué hacer con el dinero".

Fue fundado en 1973 por un grupo de vecinos comprometidos con el comer sano y tener precios accesibles. Hoy tiene más de 16.000 miembros y la mayoría de ellos trabaja una vez cada cuatro semanas, por un 20-40% de ahorro en sus compras.

Sólo los miembros pueden comprar aquí, pero cualquier puede ser parte de este sistema. Al igual que el de París, este supermercado vende alimentos orgánicos, de calidad y también amigables con el medio ambiente.

También en Londres este sistema ya se estaba usando con The People´s Supermarket. Funciona más o menos parecido. Los miembros pagan 25 libras anuales y son voluntarios por cuatro horas al mes. Por eso se les da un 20% de descuento.

¿Te gustaría ser parte de un supermercado colaborativo?