Imagen: Gojko Franulic

Para que no quedes como chancho en misa: Conoce el equivalente de refranes en otros idiomas

¿Cuántos refranes hay en la lengua española? ¿Cuáles son los equivalentes en otros idiomas y culturas? Los proverbios son una de las grandes herramientas del idioma: educan, culturizan y entretienen “de un tirón”. Conoce algunos de los fascinantes ejemplos usados en otros países y “por si las moscas” ¡Repasa un par de los nuestros!

Por Bruno Carrillo | 2014-03-10 | 11:32
Tags | Proverbios, refranes, Chile, mundo, significado, sabiduría popular

Son cortos, concisos y a veces riman sin aviso. Hay pocas maneras más eficaces de trasmitir sabiduría que a través de dichos y refranes. ¿Quién no se sabe uno? Sobresalen cuando se es niño y muchas veces crecemos repitiéndolos sin darnos cuenta que son instrumentos antiquísimos que buscan darnos una lección o ayudarnos. “Al mal tiempo, buena cara”, “perro que ladra no muerde”, “no hay mal que por bien no venga” y así sucesivamente. Tanto así, que pareciera haber un refrán para cada situación: “cuando no sepas qué hacer, un refrán te lo puede resolver”.

Es difícil saber el número exacto de refranes en la lengua castellana, pero distintas fuentes los cifran entre 60 mil y 100 mil. Harto más que el dicho “cada día tiene su refrán y su afán”. Este número no es sorprendente, dado que son más viejos que el hilo negro y que cada país y cada cultura tiene dichos propios, aunque compartan un mismo idioma. De ahí que surja la paremiología, que es el estudio de refranes.

El primer registro escrito de proverbios se cree que fue “Las Instrucciones de Shuruppak”, escrito hace más de cuatro mil años en Mesopotamia. El primer compendio de dichos en español salió en el siglo XIV y los refraneros no han parado hasta el día de hoy. 

De más está decir que distamos de ser el único idioma con refranes y proverbios: toda cultura con un lenguaje hablado los tiene. Es interesante ver las diferencias tras dichos similares y, si se tiene suerte, la historia tras cada uno de ellos. 

Por dar un ejemplo, “el que fue a Melipilla perdió su silla”: el dicho original decía “de Sevilla” en vez de “a Melipilla” y la historia habla del arzobispo de Sevilla  (don Alonso de Fonseca) que fue a Compostela a preparar las cosas para su sobrino, que había recibido el arzobispado de este pueblo. Dicho sobrino quedó temporalmente a cargo del puesto de Alonso de Fonseca en Sevilla, pero cuando volvió el tío no quiso dejar el puesto. Tanto así que tuvo que mediar el papa y el mismo rey Enrique IV de Castilla para que don Alonso recuperase el arzobispado de Sevilla. 

Distintas culturas, dichos similares

Mientras en español decimos “donde fueres, haz lo que vieres”, en inglés y francés dicen “cuando estás en Roma, haz como hacen los romanos”. Se cree que el dicho original viene del latín y decía algo así como “Si vas a Roma, vive como los romanos; si estás en otro lugar, vive como lo hagan allá”. En alemán simplemente dicen “distintos lugares, distintas costumbres” y, en chino, “cuando entres al pueblo, sigue la pinta”. 

Pareciera que solo en español matamos “dos pájaros de un tiro”, puesto que en inglés, turco y hasta en chino dicen “matar dos pájaros con una piedra”. 

El clásico (y un tanto perturbador) “cría cuervos y te comerán los ojos” tiene un interesante equivalente en swahili: “Quien planta desordenadamente, comerá así”. En inglés, simplemente dicen “cosechas lo que plantas”. 

En español decimos “por la  boca muere el pez”, o “a boca cerrada no entran moscas”, para expresar que es mejor callar que meterse en problemas por decir demasiado (y/o prevenir la ingesta de insectos). En inglés simplemente hablan de “el silencio es oro”; en chino, “hablar es plata; el silencio, oro”; y en japonés, “el no hablar es la flor”. 

Dichos ilustrados

Los libros ilustrados con fábulas de Esopo y Samaniego son muy populares entre los niños (¿se acuerdan de “La zorra y las uvas”, “la liebre y la tortuga” y “la lechera”?). Y cómo no, ¡si se usaban en las escuelas de la antigua Grecia! En China, hay libros y hasta series de televisión que explican el origen y el significado de dichos y refranes. Muchos de éstos vienen de antiguas dinastías de hace miles de años, en los tiempos donde los consejeros del emperador tenían que expresarse a costa de parábolas y metáforas (si daban consejo muy directamente, podían ser ejecutados). 

En el año 1559, el pintor flamenco Pieter Brueghel presentó una obra donde en una sola imagen se mostraban cerca de cien proverbios flamencos (de la región de los Países Bajos y alrededores). Puedes ver la lista con la explicación acá: http://es.wikipedia.org/wiki/Los_proverbios_flamencos

El mismo principio fue replicado este año por el caricaturista chino Ah To, con el fin de proteger los dichos de Hong Kong y Cantón del olvido. Puedes ver la lista con la explicación acá (en inglés)

En cuanto a dichos chilenos, hay libros como Refranes y Moralejas de Chile, por Alberto Cardemil Herrera (con 4.431 refranes y moralejas), y Dichos, Frases y Refranes con Historia de Héctor Velis-Meza (uno de los libros más vendidos en el año 2003). Este último explica el origen de coloquialismos como “estar hasta las cachas”, “dar jugo” y “vale callampa”.

Dichos a la chilena

Los chilenos e hispanoparlantes, como buenos escultores (o abusadores) del lenguaje, tenemos variaciones propias de refranes clásicos: “A caballo regalado, charqui gratis”, “como pecas, lunares”, “más vale prevenir que amamantar” y “si la montaña va a Mahoma, ¡corre que es un derrumbe!” por dar algunos ejemplos.

En lo personal, he de reconocer que soy un gran fan de los proverbios. 

Dentro de mis dichos predilectos están “chancho en misa” (me río cada vez que lo imagino), “salir de Guatemala para caer en Guatapeor” (¿¡a quién se le ocurren estas cosas!?) y “la culpa no es del chancho, sino del que le da afrecho”. 

¿Cuáles son tus refranes favoritos?