¿A quién no le gustan los mapas? No sólo son atractivos, también nos ayudan a saber dónde estamos parados y dónde están esos países que nunca habíamos escuchado y en los que nunca estaremos. No por nada, Google Earth y Google Maps son una de las herramientas que más valoramos actualmente. Pero pocas veces nos hemos cuestionado si esos mapas son correctos.
Hay un típico mapa que te acompañó durante tu etapa escolar, ese que ves en todas partes y es el mismo que muestra Google Maps. Ese mapa tiene errores considerables que probablemente ignoras. Conocerlos, cambiará bastante tu percepción del planeta.
Esta imagen del mundo es de Gerardus Mercator (siglo XVI) y se convirtió pronto en el mapa más aceptado de todos. Fue creado para la navegación y desde la perspectiva europea, cumpliendo perfectamente su utilidad, ya que se aferra perfectamente a los ángulos terrestres. Pero esa utilidad tuvo un alto costo, ya que sin querer queriendo (sin ver las críticas ideológicas aún) deformó considerablemente las superficies terrestres al punto que nos hizo entender el mundo de una manera bastante errónea. ¿Quieres saber por qué?
Proyección de Mercator (Wikimedia Commons)
El gran afectado en este clásico mapa es el Hemisferio Sur, que aparece muchísimo más pequeño de lo que es. Esto es porque las regiones más cercanas a los polos norte y sur aparecen proporcionalmente más grandes que las que están cerca del ecuador. Si te fijas en los cuadrantes que forman paralelos y meridianos, los cercanos al polo más bien parecen rectángulos.
Hay varias ideas falsas que surgen a partir de esta proyección, como explican en Business Insider:
- Groenlandia es más o menos del mismo tamaño que África, siendo que en realidad cabe casi 14 veces dentro de ella.
- Europa (sin Rusia) es sólo un poco más grande que la de América del Sur, cuando nuestro continente casi duplica al europeo.
- Alaska es casi tan grande como EE.UU. continental, pero en realidad este Estado cabe unas tres veces dentro del país.
- La Antártida empequeñece todos los continentes, cuando es el segundo más pequeño. Aunque si se fijan, en la mayoría de los mapas de Mercator esta porción del mundo se recorta por razones estéticas, ya que debajo de la latitud 55°s está solamente el continente de "hielo".
Esto último hace que la línea del Ecuador no esté en el centro, sino más abajo, lo que reduce el Hemisferio Sur a alrededor de 1/3 del mapa.
¿Por qué la representación de Mercator se hizo famosa entonces? Porque era útil para navegar y calcula bien las distancias en los rumbos de Europa hacia América. Pero si integramos una visión más ideológica y crítica, José Antonio Aldrey, profesor de Geografía Territorial en la Universidad de Santiago de Compostela explica otra razón de su fama: "Creo que hubo una inercia, una inercia que en definitiva favorecía los intereses de las potencias dominantes del momento, que les agradaba y les agrada. Son los países más visibles, más grandes".
A primera vista, en el mapa de Mercator no hay más que una simple deformación, basta con saber que existe y entender por qué y ya. Sin embargo, la imagen que vemos en un mapa inevitablemente influye en la percepción que tenemos del mundo, de la importancia de los espacios y del rol que tienen los territorios. Por eso ha recibido varias críticas debido a su visión de mundo occidental y europeocéntrica.
De hecho la Unesco y varias ONG no aceptan este mapa, que magnifica a Europa y Norteamérica, según ABCy proponen por ejemplo, el de Arno Peters (Gall-Peters), que para ellos se ajusta mucho más fielmente las áreas de los continentes.
Peters es un alemán que mostró en los 70's una versión alternativa. A partir de una fuerte crítica ideológica a la hegemonía de Europa y EE.UU sobre el resto del mundo, acusó que el uso del mapa de Mercator se ha encargado de minimizar a continentes como África y América del Sur, ayudando a ignorar grandes problemas del mundo de subdesarrollo. "La Proyección de Mercator sobrevalora al hombre blanco y distorsiona la imagen del mundo para ventaja de los colonialistas", decía.
En su mapa, la línea del Ecuador está en la mitad del plano y los países están proyectados con sus kilómetros en una escala real. Para construirlo tomó la idea de James Gall, un cartógrafo del siglo XIX.
Proyección Gall-Peters. (Wikimedia Commons)
Este mapa se mantiene más fiel al tamaño de los continentes, aunque también está distorsionado ya que África y Sudamérica aparecen muy estiradas. "La proyección de Peters es muy controvertida desde su presentación en los 70, ya que Peters no sólo lo hace como la única correcta, sino que su enfoque es más ideológico que técnico", explica Del Bosque.
Muchos cartógrafos más académicos lo han ignorado considerándola de poco rigor científico, por ese estiramiento irreal de las formas. Aún así, abre una posibilidad totalmente diferente de ver el mundo y corrige al menos la relación de tamaños entre los continentes… África ya no parece tan pequeña ante EE.UU y Europa, después de todo, ¿no?
Hay muchas proyecciones alternativas. Otras que se consideran bastante actualmente son las de Oswald Winkel (1921), aceptada como el mapa estándar por la National Geographic Society en 1998. También está la de Mollweide, también preferida por la ONU junto a la de Peters.
Proyección de Winkel. (Wikimedia Commons)
Proyección de Mollweide. (Wikimedia Commons)
Sin embargo la hegemonía de Mercator sigue vigente, pues vemos su mapa en la mayoría de las salas de clases, internet y Google Maps. ¿Con cuál te quedas tú?
La tierra es redonda, tiene volumen… Es lógico que ninguna representación de ella a nivel plano, que integre su totalidad puede ser igual a la realidad. Eso debe quedar claro, para que no creamos que Mercator es el único que se equivoca, pues de las más de 400 proyecciones que existen, no hay alguna que sea fiel al 100%. Necesariamente se distorsionará algo, ya sea el área, los ángulos, las formas o las distancias, explica Isabel del Bosque, Ingeniero en Geodesia y Cartografía y responsable de la Unidad de Sistemas de Información Geográfica del CCCHS-CSIC.
Como explican en The Guardian, "cada cartógrafo tiene que tomar innumerables decisiones sobre lo que es más importante y lo que no lo es tanto". En esto puede influir la utilidad técnica, la historia y la ideología. Y estas decisiones influyen en nuestra manera de ver el mundo.
¿Han pensado alguna vez por qué el norte está "arriba" en el mapa? Estamos acostumbrados a ver Europa y Norteamérica en la parte superior del plano y a primera vista da lo mismo. Pero en verdad el Universo no tiene techo, ni suelo, un arriba o un abajo y la Tierra no tiene una orientación determinada.
Esta forma de ver el mundo es producto de quienes construyeron el mapa, ya que la mayoría de los cartógrafos del mundo occidental eran europeos, entendible. Por eso las críticas ideológicas a los mapas apuntan a la hegemonía occidental y europeocéntrica, que sitúa arriba al Hemisferio Norte, dándole más importancia. ¿Y si fuera al revés?
Proyección de Mollweide al revés. (Wikimedia Commons)
La idea de cuestionar los mapas, no es para denunciar malas intenciones o conspiraciones detrás de la construcción de todos ellos, porque probablemente en la mayoría de los casos no las haya. Pero sí es fundamental que nos cuestionemos de vez en cuando el orden de las cosas y cómo las imágenes influyen en nuestra manera de ver el mundo. ¿Afecta en mi percepción de la realidad este mapa? ¿Está en mi imaginario que Europa es casi tan grande como América del Sur? Cada persona encontrará sus propias respuestas.