¡Y llegó el mundial! Aquella fabulosa (y casi religiosa) instancia cada cuatro años que apasiona a millones y baja los índices de productividad de países enteros. Esta es una época donde para los fanáticos prácticamente no existe nada más, mientras que para los que no lo son tanto puede ser un pequeño martirio. 

Independiente del grupo al que pertenezcas, es bueno recordar que hay otros deportes además del fútbol, y aquí te mostramos algunos de los más curiosos. 

Muchos que han jugado fútbol (y no son arqueros ni Maradona) han soñado con poder tocar la pelota con la mano. En el fútbol gaélico no solo se puede, sino que es parte intrínseca del juego. Es uno de los deportes nacionales de Irlanda, y pareciera una mezcla entre fútbol, rugby y básquetbol. Con quince jugadores por lado, la idea es ya sea meter goles en los arcos o marcar puntos pasando la pelota entre los dos pilares que sobresalen hacia arriba. Mientras que no se puede lanzar la pelota al arco con la mano, ¡puedes pegarle de volea con el puño para marcar un gol!

Este es el deporte más popular de Irlanda, y tiene practicantes en Inglaterra y Estados Unidos (usualmente inmigrantes irlandeses). 

Este es probablemente uno de los deportes más extraños que se juega a nivel internacional. Tal como el nombre lo indica, el chess boxing mezcla la fortaleza física con la habilidad mental. Inventado hace poco más de diez años, el juego consiste en seis rounds de ajedrez y cinco de boxeo intercalados. Cada round de ajedrez dura cuatro minutos y, luego de un minuto de descanso, los jugadores deben boxear por tres minutos antes de volver al tablero. Gana el jugador que haga jaque mate o noquee al contrincante. 

Nada de la patada descendente de Quejeiro o los rounds de “fut-volei” en el Fox Sports: Sepak Takraw es como si artistas marciales hubieran decidido jugar vóleibol con los pies. Con tres jugadores por lado y una pelota poco más grande que un puño, la idea es que con tres toques o menos el balón toque el suelo de la cancha contraria. Para los hombres, la red está a 152 centímetros del suelo en el centro de la cancha y, para las mujeres, a 142 centímetros. 

El sepak takraw lleva cientos de años siendo jugado en el sudeste asiático, aunque con distintos nombres dependiendo del país. El juego es muy popular en Tailandia, Malasia, Laos e Indonesia, pero existen ligas en varias otras naciones de esa parte del mundo, además de Estados Unidos, Canadá y Australia. A medida que la popularidad de este deporte crece, cada vez hay más países que están haciendo lobby para que se incluya en las olimpíadas. 

Es deporte nacional en Bangladesh y sus orígenes se remontan al entrenamiento militar de la India de varios miles de años atrás. En una cancha rectangular la mitad del tamaño de una de básquetbol, dos equipos de siete personas (cuatro en cancha y tres en reserva) deben conseguir el mayor número de puntos. ¿Cómo se hace? Tocando un oponente (como si jugases a la pinta) en su lado de la cancha y volviendo al tuyo. Lo que hace a este deporte increíblemente complejo es que el “incursionador” debe estar aguantando la respiración mientras está en territorio enemigo, y la persona que es tocada puede taclearlo para que no vuelva y marque un punto. 

Aunque cueste un poco creerlo, este fue deporte olímpico para los juegos de Berlín 1936. En la actualidad se juega en más de una docena de países, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y Noruega. 

Este es un juego exclusivamente japonés, pero ahora que se está viralizando no sería de extrañarse que se comenzase a jugar en otros países. Dos equipos de 75 personas, uno defendiendo un tronco de madera vertical y el otro intentando botarlo. El resultado es un caótico y espectacularmente agresivo partido. 

Tradicionalmente, hay muchos colegios japoneses que jugaban botaoshi, aunque debido a la naturaleza violenta del juego son cada vez más los que lo han prohibido. Los partidos más famosos son los jugados por la Academia de Defensa Nacional de Japón, donde son los cadetes los que participan en la competencia. Las reglas son bastante simples: nada de zapatos o violencia innecesaria (un término bastante arbitrario), e intentar botar el palo lo más rápidamente posible. Gana el equipo que logra inclinar el tronco a menos de 30 grados por más de tres segundos.

Además del fútbol gaélico, los irlandeses también tienen el que se supone que es el deporte en cancha más rápido del mundo: el hurling. Los rugbistas a menudo se burlan del fútbol americano, diciendo que es para personas “suaves” por toda la protección que usan. Los “hurlingistas” dicen lo mismo del rugby, fútbol y prácticamente todos los deportes de cancha. 

Quince personas por lado, con una cancha similar a la del fútbol gaélico. La pelota es del tamaño de una pelota de tenis (y casi tan dura como una de béisbol), y se puede tomar con la mano o pegar con el palo. La pelotita puede alcanzar velocidades de hasta 160 kilómetros por hora. El número de palazos, pelotazos y lesiones es bastante alto, y aun así los cascos recién se hicieron obligatorios en el 2010. Esto en un deporte que lleva casi dos mil años jugándose. Cuando se aprobó esa normativa, se dice que hubo muchos jugadores que decidieron retirarse antes de recibir el golpe al orgullo que hubiera significado usar protección. Cabe recalcar que este no es un deporte exclusivo de hombres, sino que también hay una variante femenina llamada Camogie. 

Si no te entusiasma el fútbol, no te preocupes: como puedes ver, hay un montón de otros deportes que se pueden practicar. ¡Y no es necesario hacerlo profesionalmente! Hacer deportes y vida al aire libre simplemente implica el pasarlo bien y mover el cuerpo, y a menudo entretiene más jugar a algo sin necesariamente tener que declarar un ganador o un vencido.