Imagen: Gojko Franulic

Esto es lo que pasa cuando te desprendes de todo lo que no usas

Estos dos norteamericanos tuvieron muchas cosas. Ganaban buenos sueldos y hacían lo que la mayoría... consumían. Sin embargo, su sensación de vacío los llevo al estilo minimalista. Acá te contamos qué les pasó.

Por Antonia Laborde @antonialaborde | 2014-07-03 | 08:00
Tags | Minimalista, estilo de vida, cosas, materiales, consumismo, recomendaciones
"Seguíamos la corriente de la sociedad. No estábamos satisfechos con toda esa ola de desorden: desorden mental, emocional, físico"

*Esta nota fue originalmente publicada el 2014.

El 2010, Joshua Fields y Ryan Nicodemus invitaron a sus amigos a una fiesta. Había pizza y trago, además de un montón de cajas. Era una "Packing party", donde a lo largo de la noche los citados tenían que ir guardando en cajas todo lo que encontraban en la casa. Hasta el cepillo de dientes. Terminada la velada, los convocantes estaban listos para comenzar su nuevo estilo de vida: Minimalista. Pero ojo, literal. 

Joshua trabajó durante tres décadas por el sueño americano, hasta que en un mismo mes, perdió a su madre y se acabó su matrimonio, por lo que decidió hacer un cambio. Su amigo de la infancia, Ryan, era un hombre de negocios que había alcanzado un gran puesto de trabajo a los 30 años y se sentía desilusionado por enfrentarse a que el éxito no era lo mismo que felicidad. También quería un cambio. Y vino la fiesta.

Estando todas sus pertenencias guardadas en cajas,  fueron desempacando los objetos solo en la medida que los iban necesitando. Pasado un mes, el 80% de los objetos seguían guardados y la casa era un entorno sereno y limpio. 

Joshua dio una entrevista al sitio Yorokobu, donde contó, cuatro años después de su decisión, cómo había sido este cambio:

- Comenzaste tirando un objeto cada día durante un mes, ¿sigues manteniendo esa rutina? 

"Ya no, pero esa decisión fue una parte importantísima del comienzo, que me permitió obtener el impulso necesario para continuar. Tardé ocho meses en deshacerme del 90% de mis posesiones materiales. Ahora, como minimalista, todo lo que mantengo me sirve para algo o me trae alegría. Me centro principalmente en las cinco áreas más importantes de la vida: salud, relaciones, pasión, crecimiento personal y ayuda a los demás".

- ¿Qué objetos no has podido dejar atrás?

"Hay posesiones que dan valor a mi vida: mi auto, mi ropa, mi cama, mi mesa de la cocina y mis toallas. Pero son solo cosas, todas reemplazables, y podría vivir sin ellas".

- Imaginemos por un momento que todo el mundo quisiera lidiar con el problema real y se convirtiera en minimalista, ¿qué ocurriría?

"En términos evolutivos, no fue hasta hace muy poco tiempo cuando empezamos a acumular cosas materiales, tratando nuestros deseos como necesidades, fabricando objetos nuevos, más grandes, más ostentosos. Tal enfermedad mental se convirtió en aceptable en muchas culturas y, ya no es que aceptemos esa acumulación masiva en nuestras vidas, sino que la esperamos, intentando alcanzar así la felicidad. Como dijo George Carlin, es como pegarse sandwiches al cuerpo con cinta aislante en un esfuerzo por satisfacer el hambre.

Todo el mundo podría ser un minimalista y el mundo seguiría funcionando. Hace cien años, todos eran minimalistas por defecto. La gente no vivía de un modo simple, simplemente vivía. Desde entonces, hemos evolucionado tecnológica, médica e incluso intelectualmente, pero se podría argumentar que podemos evolucionar más rápido siendo minimalistas: eliminando el desorden y centrándonos en lo relevante. Muchas cosas a las que estamos acostumbrados, como centros comerciales o vallas publicitarias, serían menos frecuentes. Pero eso no es necesariamente algo negativo".

Para 2014, Joshua y Ryan vivían en una cabaña en Montana y continuaban con el blog que comenzaron al inicio de su aventura. Ahí describen lo que les pasa, dan consejos, se tratan temas como la sencillez, vida sana, el manejo del miedo, etc. con los más de 100.000 lectores mensuales. "Hablamos de cómo no porque tú puedas permitirte el lujo de comprar o pagar algo, significa que tengas que tenerlo", dice Ryan. 

Ambos minimalistas reconocen que su estilo no puede funcionar para todo el mundo y que es extremo para padres de familia o quienes tienen grandes responsabilidades, pero ellos escribieron un libro-manual, Everything That Remains, donde hay distintas recomendaciones según lo que se busque. El hilo conductor es la sencillez y no vivir para las cosas.

Uno de los consejos para cambiar nuestros hábitos consumistas es preguntarse una serie de cosas antes de comprar algo: ¿Realmente necesito esto? Si he vivido sin esto hasta ahora, ¿puedo seguir haciéndolo? El objeto que estoy a punto de comprar ¿es duradero, o dejará de funcionar pronto? Los objetos que tengo en mis cajones, y en mi escritorio ¿son necesarios? ¿o simplemente están almacenados sin motivo?

Sólo dedicándole unos minutos a esta reflexión se puede obtener un espacio más limpio y ahorrar plata al mismo tiempo. Mientras menos objetos se tenga, menos hay que ordenar y más tiempo hay para lo esencial. El desorden o el exceso de cosas afecta a nuestras vidas sin que nos demos cuenta. Genera estrés el estilo de vida consumista, ya que constantemente "necesitamos" más cosas y nos frustramos por no poder tenerlas. Los minimalistas describen despojarse de lo material como una sensación de libertad. 

¿Crees que somos una sociedad muy consumista? ¿Haces algo para frenarlo?