Imagen: Gojko Franulic

Infraestructura, trabajo y espíritu deportivo: Alemania se llevó la Copa, pero dejó un valioso legado

No solo buen fútbol entregó la selección de Alemania en el mundial de Brasil, también dejó un aporte considerable al pequeño poblado de Santo André, en Bahía: construyeron su propio hotel de concentración, una carretera, un centro médico, compartieron con la comunidad y regalaron una ambulancia.

Por César Burotto @cburotto | 2014-07-14 | 16:39
Tags | mundial, Alemania, Brasil 2014, Fifa
Desde que Alemania clasificó al mundial de Brasil 2014, Olivier Bierhoff, ayudante y mano derecha de su DT, Joachim Low, comenzó a buscar el lugar que hospedaría a su selección. Sin embargo, volvió a su país sin encontrar lo que buscaba para una estadía perfecta. Debido a esto propuso a la Federación de Fútbol Alemana construir su propio lugar de concentración, diseñado para las necesidades específicas de la selección.

El complejo fue llevado a cabo en la localidad de Santo André, a 30 kilómetros de Porto Seguro en Bahía, en el noreste de Brasil y estuvo listo dos meses antes del inicio del mundial. En un terreno de quince mil metros cuadrados, se ubicaron catorce casas de lujo, además de dos canchas de fútbol, gimnasio, salas de masajes, sala de conferencias y  un centro médico.

El recinto, bautizado Campo Bahía, fue financiado por la Federación Alemana de Fútbol y por sus patrocinadores. Para su construcción se tomaron en cuenta dos aspectos fundamentales: primero, el lugar fue elegido especialmente porque está relativamente cerca de las sedes mundialistas en donde jugó la selección alemana. Segundo, por el clima del lugar.

La aclimatación y la recuperación van a jugar un papel fundamental en esta Copa del Mundo y nuestro campo ofrece condiciones ideales en ese sentido. Considerando que los partidos se juegan temprano y debido a la alta temperatura y la humedad que se espera en Salvador, Fortaleza y Recife, buscamos un lugar en donde los jugadores se pudieran adaptar eficazmente a las condiciones que encontrarán en cada partido” señalaba Bierhoff al comienzo del mundial.

El aporte a la comunidad

La construcción de Campo Bahía no solo fue pensada para beneficio de la selección germana, sino que para los habitantes del lugar. Gran parte de los trabajadores contratados eran habitantes de Santo André y en su mayoría se encontraban desempleados. Después de la construcción, varios siguieron trabajando en el recinto durante la Copa del Mundo, en tareas de mantenimiento y cocina.

El bunker alemán fue construido respetando el ecosistema del lugar, se cuidó el entorno y se utilizó un diseño que armonizara con el paisaje. Incluso los árboles que se tuvieron que remover para emplazar las estructuras fueron replantados en otros sectores, una medida notable considerando que lo más fácil es simplemente cortarlos. Además, todos los materiales necesarios para la obra fueron adquiridos en la zona como forma de promover la economía local.

Aparte de Campo Bahía, Alemania construyó una carretera para mejorar la conectividad con el aeropuerto, ubicado a 45 minutos del complejo. También se edificó y se puso en funcionamiento un centro de salud, para la comunidad de Santo André y se mejoró la red de internet del lugar. Como si no fuera suficiente, el equipo donó diez mil euros para la compra de una ambulancia.

Todo lo construido, incluido el complejo Campo Bahía, fue entregado a la comunidad. Si bien todavía no se decide qué hacer con lo que fue el bunker de Alemania, hay ciertas ideas. Algunos proponen utilizarlo como colegio, otros pretenden dejar el lugar para una academia de fútbol para niños y un orfanato. Por ahora será utilizado como resort para promover el turismo en la zona. 


Un campeón sociable y respetuoso


Pese a que la prensa internacional trata a la selección alemana de máquinas de jugar fútbol y de robots, en Brasil se vio la cara más humana de los jugadores y no fue precisamente dentro de las canchas de fútbol. Durante su estadía y cuando no estaban entrenando, se vio a los seleccionados germanos compartiendo con las personas del lugar en la playa y participando de fiestas con ellos. Incluso se aprendieron el himno del equipo local, Bahía, y lo cantaron utilizando la camiseta de la escuadra.

La escuadra germana, compartió también con el pueblo Pataxó, una comunidad indígena del lugar. Es más, durante la decoración de Campo Bahía invitaron a siete artistas locales y también a artistas alemanes para crear un intercambio cultural en torno al arte.

Como si fuera poco, durante todo el torneo los alemanes mostraron un espíritu deportivo notable. Jamás se burlaron de sus rivales y luego de la goleada a Brasil en semifinales, enviaron mensajes de ánimo a sus jugadores y a todos los brasileños. Al irse de Sudamérica con la Copa en las manos, se despidieron y agradecieron a los locales por el trato amable y por los buenos momentos que les hicieron vivir.

¿Crees que Alemania merecía ganar la copa?