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Ya sucedió en Sudáfrica, luego del mundial del año 2010 varios de los estadios quedaron sin uso, esto debido a que no contaban con equipos de fútbol que tuvieran los hinchas suficientes para sacarlesprovecho. Hoy, muchos se usan para escasos eventos, como recitales o bodas, sin embargo, de fútbol, nada.
Un panorama similar se espera en Brasil, que invirtió casi cuatro mil millones de dólares en la remodelación y construcción de los estadios que albergaron los partidos de la Copa del Mundo. Si bien se trata de un país en donde el fútbol es el principal deporte y congrega a millones de hinchas cada fin de semana en la liga local, algunos de los coliseos no tendrán más uso, por lo menos futbolístico.
Los estadios de Brasilia, Manaos y Cuiabá tienen un futuro incierto, ya que de fútbol poco saben esas ciudades. Aún así, las autoridades se mantienen optimistas, pese a que no hay ningún plan concreto para hacerse cargo de estos recintos. “Los estadios fueron diseñados como lugares multifuncionales”, señaló el ministro de Deportes de Brasil, Aldo Rebelo descartando que algunos estadios fueran a quedar vacíos. Pero, ¿será efectivamente así?
Brasilia: la capital del país del fútbol que no tiene fútbol
La ciudad de Brasilia fue fundada a finales de los años 50 con la idea de generar un centro político y económico alejado de las grandes urbes de la costa, como Sao Paulo y Rio de Janeiro. Los habitantes se trasladaron a esta ciudad, pero trajeron con ellos la pasión por los clubes de fútbol de todas sus vidas (que no son de Brasilia). Debido a esto, actualmente el mejor equipo de la capital brasileña es el Brasiliense, que juega en la cuarta división y atrae a cerca de 1.500 hinchas a cada partido, muy lejos de los grandes.
El estadio Mané Garrincha, ubicado en esa capital, tuvo un costo de 390 millones de dólares aproximadamente y tiene capacidad para 70 mil personas, muy alta considerando el promedio de público que trae el equipo local, que además juega en otro estadio. Por ahora no se sabe qué pasará con este recinto en un futuro cercano.
El entrenador del Brasiliense, Marquinho Carioca, cree que el estadio es algo muy positivo y puede servir como fuente de inspiración y que algún día su equipo juegue regularmente ahí: “La gente trabajará más duro, se dedicará más para poder tener un club en la élite del fútbol brasileño, ciertamente traerá cosas positivas”.
Por ahora no hay planes concretos para este coliseo aparte de utilizarlo para eventos y conciertos. De hecho, ya fue contratado para una boda grupal en la que se casarán 100 parejas. La ceremonia se llama “Almas gemelas” y es parte de un programa gubernamental coordinado por la secretaría de Justicia, Derecho humanos y Ciudadanía del Distrito Federal.
Manaos: la cárcel mundialera
La ciudad se ubica en el centro del Amazonas y es la capital del estado que lleva el nombre de la selva tropical. Manaos tiene casi dos millones de habitantes. El mejor equipo es Nacional y juega en la cuarta división brasileña, pero en promedio lleva 500 personas a las galerías. Por su parte, el estadio Arena Amazonia tuvo un costo de 290 millones de dólares aproximadamente, tiene capacidad para 42.000 espectadores y albergó cuatro partidos del Mundial.
“Ahora tendremos una plaza deportiva. Entonces esperamos que el Arena da Amazonia motive al hincha a volver a los estadios y tener el habito de ir a ver un partido. No creo que esto ocurra rápido, sino en el largo plazo”, señaló optimista de Dissica Valerio Thomaz, presidente de la Federación Amazonense de Fútbol.
Sin embargo, una de las alternativas que suena con fuerza, para no dejar el estadio en desuso, es utilizarlo provisoriamente como un recinto carcelario. Actualmente el estado de Amazonas tiene serios problemas de hacinamiento en las cárceles, por lo que el Arena Amazonia podría ser un centro de detención en el cual los reos estén temporalmente hasta que se les traslade a cárceles definitivas. “No veo otro lugar mejor, así sea temporal, para recibir a los detenidos de Manaos. Hasta que el estado resuelva el problema construyendo nuevas prisiones, que utilice los espacios ociosos”, señaló Sabino Marques, presidente del grupo de seguimiento de prisiones de Amazonas.
Otra idea que se escucha y que es parte de un viejo anhelo de la ciudad, es que el estadio de Manaos sea convertido en un sambódromo. Sin embargo, el uso que tendría también sería muy bajo, ya que normalmente estos recintos se utilizan en fechas especiales, como el carnaval.
Cuiabá podría ser sede olímpica
Cerca de 30 mil chilenos viajaron a Cuiabá, en el estado de Mato Grosso, para ver a la selección nacional contra Australia y se maravillaron con el recinto. El
Arena Pantanal, albergó otros tres duelos mundialistas. El estadio tuvo un costo de 200 millones de dólares y tiene una capacidad para
43.500 espectadores. Los equipos más populares de la zona son el
Luverdense y el
Mixto Esporte, ninguno de ellos en primera división y
tampoco llevan más de 1500 hinchas por partido.
El Arena Pantanal, después de la Copa, se abrió a licitación para que sea administrado por una empresa privada. El recinto fue diseñado para recibir todo tipo de shows masivos y además se espera que pueda ser usado por algún equipo local en un futuro cercano. También se ha hablado de que puede ser una sede para acoger partidos de fútbol durante las Olimpiadas de Rio 2016. Otro de los posibles inquilinos es un equipo llamado Cuiabá Arsenal, que lleva 5000 personas por partido y es campeón en Brasil, pero de Fútbol Americano.
El proyecto que quiere crear viviendas en los estadios
Axel de Stampa y Sylvain Macaux son dos arquitectos de la Escuela de Arquitectura de Paris- Belleville. Dividen su tiempo viviendo en Paris y Santiago. Mantienen un blog llamado
1 week 1 project en el cual elaboran una propuesta arquitectónica a la semana que -en teoría- solucionan problemas urbanos. Ahora último hicieron noticia por su proyecto llamado
Casa Futebol que se presenta como una solución al problema del desuso de los estadios.
Lo que proponen estos arquitectos es instalar departamentos prefabricados en los estadios que fueron utilizados para el mundial. La idea es reducir la capacidad de espectadores que puedan entrar a los recintos, pero que estos sigan siendo utilizados para jugar fútbol. De esta forma, se puede financiar la construcción de las viviendas por medio de los partidos que se jueguen ahí.
La idea está pensada para todos los estadios cuya capacidad está muy por encima de la cantidad de hinchas que asisten regularmente a ellos. Cada vivienda sería un modulo de 105 m2 aproximadamente y podrían instalarse entre 10 mil y 20 mil, considerando todos los estadios brasileros.
Según datos entregados por el Instituto de Investigación Económica Aplicada, el año 2012 en Brasil había 5,2 millones de personas sin viviendas adecuadas, por lo que este proyecto aspira a bajar esa cifra.
Hay que decir, sin embargo, que por ahora esto es sólo una idea conceptual planteada por estos dos arquitectos y no existen intenciones reales por parte de autoridades brasileñas en llevarlo a cabo. De hecho, no son pocos los que consideran esta propuesta como una solución utópica, pues plantea una serie de interrogantes prácticas y de temas como acceso a las viviendas, separación de público y habitantes, provisión de servicios, diseño estructural, seguridad y otros, que no resultan fáciles de resolver a primera vista.
¿Qué harías tú para ocupar los estadios que quedaron en desuso luego del mundial?