En Toronto existe algo fuera de lo común. Además de todo lo que tenga que ver con lo canadiense, que ya es bastante decir, en la concurrida zona de Yonge y Wellesley se ha instalado un curioso restaurant: Signs.
¿Qué es lo básico que esperamos cuando vamos a comer? Que el mozo se acerque relativamente pronto a la mesa, escuche nuestro pedido y luego traiga los platos que más nos hicieron ilusión en la carta. Bueno, en este local eso no pasa. Las palabras de nuestra boca no valen nada, porque la mayoría de sus mozos son sordos.
Fue idea de Anjan Manikumar, que en su experiencia como gerente de una pizzería, tuvo a un cliente con discapacidad auditiva y decidió aprender el lenguaje de señas para atenderlo. Esto lo llevó a interesarse por un mundo desconocido para muchos, donde hay tantas personas que son discriminadas cuando de conseguir trabajo se trata. Según la Asociación Canadiense de Sordos, un 37,5% de las personas con problemas auditivos no tiene trabajo en el país.
Signs se transforma así en una oportunidad para el talento de muchas personas que quedan fuera por no acomodarse a los estándares comunes de atención de público, mientras ofrece una experiencia novedosa y de primer nivel gastronómico para los comensales.
En este restaurant, mozos sordos atienden el pedido y lo hacen a la perfección. Pero, ¿Cómo se hacen entender los comensales para hacer su orden? A través del lenguaje de señas.
Parece complicado, cuando el único momento en que estamos acostumbrados a hacerlo es con el famoso (y poco figurativo) gesto de escribir con un lápiz en el aire para pedirle la cuenta al mozo. Sin embargo, en Signs hay tutoriales por todas partes que, de manera sencilla y entretenida, enseñan a expresarse con las manos.
Hay iconos junto a cada plato del menú y recuadros en las paredes o en los centros de las mesas. Por ejemplo, pedir una ensalada acompañada por un pollo se traduce en juntar pulgar e índice imitando el movimiento del pico del animal y luego con las dos manos "mezclar" la ensalada. ¡Sale una a la orden! El restaurant invita así, a través de la diversión, a que las personas conozcan el lenguaje de señas, lo practiquen y empaticen con la realidad de las personas que no pueden escuchar o hablar.
Imagen: Vía Signs Restaurant.
Otras dos iniciativas del estilo se pueden encontrar en el restaurant italiano Mozzeria en San Francisco, con propietarios y empleados sordos y el O.Noir, donde los clientes comen en completa oscuridad, mientras son atendidos por meseros ciegos.
En el caso de Signs, Manikumar espera que su local haga ver a la gente cómo es la vida para la personas sordas, las cuales considera muy apasionadas y talentosas, y se motiven a aprender su lenguaje. "Nosotros hablamos Inglés, ellos hablan lenguaje de señas, esa es la única diferencia," comenta.
Trabajar en la industria de alimentos y del servicio es un empoderamiento para personas con este tipo de discapacidad, pues ayuda a eliminar barreras de comunicación con la sociedad. Al fin y al cabo, es un primer paso en la incorporación laboral a otras áreas: "Esto no es sólo un restaurante. Está surgiendo una fuerza de trabajo totalmente diferente para la comunidad sorda", asegura uno de los gerentes, Rachel Shemuel.