Eructar, sí. Rechazar sesos de mono, no. Los modales en la mesa de otras culturas (parte 2)

¿Qué culturas valoran las flatulencias a la hora de la comida? ¿En cuáles se debe comer todo y en cuáles lo correcto es dejar sobras? ¿Cómo se rechaza un feto de pollo o leche con sangre de vaca sin ser descortés? Esto y más en la segunda parte y final de curiosidades culturales en la mesa.

Por Bruno Carrillo | 2014-09-01 | 11:30
Tags | Modales, comida, curiosidades, mesa, Asia

El arte de las flatulencias y sorbeos 


No es un mito: en India, partes de Turquía, el Medio Oriente y algunas regiones en China, es un cumplido el eructar: es un gesto de apreciación de la comida. Y, como si fuera poco, en la cultura beduina (un grupo étnico esparcido por distintos países del Medio Oriente), el no “soltar un chancho” es un insulto, y es probable que te den comida hasta que te escuchen emitir uno de estos estentóreos sonidos. Pero ¡ojo! que en las grandes ciudades de China –a diferencia de lo que dicen las guías en línea- eructar no es necesariamente un cumplido, así que recomendaría no hacerlo a no ser que veas a los otros comensales en eso

Para llevar las cosas un poco más allá, de lo que he leído e investigado, todo pareciera indicar que la cultura esquimal en Canadá considera los como pedos una señal de que la comida estuvo buena, por lo que son bienvenidos y celebrados.  Esto está relacionado con el hecho de que son una cultura donde la mayoría del alimento tiene poca fibra (y mucha proteína), por lo que la constipación es una dura realidad, y los gases tienen una gran importancia. De hecho, la deidad más poderosa de esta cultura, el dios Matshishkapeu, en español se traduce como el “hombre pedo”. 

Si a nosotros nos enseñaron a no sorber la sopa, estaríamos insultando al chef en Japón: sorber los fideos es una muestra de apreciación de la comida. ¡Hay restaurantes donde hay más personas sorbiendo ruidosamente que conversando! Eso muestra que no puedes esperar a que los fideos se enfríen para comerlos. Si además te terminas la sopa que viene con los fideos (ramen, udon u otros tipos de soba), es un cumplido aun mayor, aunque no es necesario hacerlo, ya que muchas veces tienen un contenido bastante aceitoso. Ojo que en otros países de Asia como China o Corea del Sur también se sorbe, pero un poco más discretamente. 

¿Cuándo comérselo todo y cuándo dejar un poco?


“Cómase toda la comida”, le dicen a uno cuando es pequeño (por lo general), pero esto puede meterte en aprietos dependiendo del país: en Egipto, Filipinas, Camboya, Corea del Sur, Tailandia y China, hay que dejar un poco de comida en el plato. Si llegan a ver que tienes el plato vacío, esto significa que no te dieron suficiente comida y que son malos anfitriones, por lo que te van a rellenar el plato con comida hasta que dejes algo. 

Yo no entendía por qué no me dejaban terminar de comer como invitado donde una familia en China, y cuando finalmente alguien se dignó a explicarme este principio, apenas me podía tener en pie (fue mi culpa por no investigar de antemano las costumbres). Por otro lado, en Japón es cortés comerse hasta el último grano de arroz: esto quiere decir que disfrutaste la comida, y tienes buenos modales por no dejar ninguna sobra.  

¡Salud! ¡Pero mírame a los ojos! ...a no ser que estés en Corea


En muchos países de Occidente, es señal de respeto el hacer el “salud” mirando a los ojos a la hora de beber, al igual que lo es el tocar los vasos o copas ligeramente. En Francia, Países Bajos, España y ocasionalmente hasta en Chile está la superstición de que si no se mira a los ojos, son siete o cinco años de mal sexo. En países escandinavos, cuando se hace un brindis formal se mira a los ojos, se toma, y se vuelve a mirar a los ojos, asintiendo ligeramente con la cabeza; la parte de tocar las copas es secundaria. 

De ahí el shock que experimentan muchos sudcoreanos cuando se topan con estas costumbres. En Corea del Sur, mirar a los ojos es señal de desafío y falta de respeto, especialmente si es alguien mayor. De hecho, cuando una persona varios años mayor de alto rango laboral te sirve alcohol, tienes que recibirlo tomando el vaso con ambas manos y beberlo mirando hacia el otro lado, por respeto. Aquí puedes ver un video del cantante Psy demostrando cómo hacerlo: 



Cabe recalcar que decirle que no (incluso respetuosamente) a un trago servido por alguien más viejo en la que podría ser la cultura etílica más compleja del mundo, es un vilipendio feroz, aún cuando no bebas alcohol: es como si una persona mayor te extendiera la mano con una sonrisa para saludarte y, además de rechazarla, te dieras media vuelta, escupieras y te fueras. Lo cual me lleva al siguiente punto: ¿Cómo rayos, entonces, me puedo librar de una situación cultural incómoda de este tipo?

¡Pero no quiero beber/comer eso! 


Hay muchas veces donde simplemente sale más fácil morderse la lengua y beber o comer lo que te están ofreciendo, sea esto leche con sangre de vaca fermentada (un trago maasai, en Tanzania) o fetos de pollo o pato de quince días (llamado balut, un manjar en Laos, Cambodia y Vietnam). Pero con un poco de ingenio y suerte, hay varias maneras para evitar tener que pasar una vergüenza o un sinsabor.



En términos de comida, digamos que en determinado momento te topas con que tus anfitriones te sirvieron helado de seso de mono, al más puro estilo Indiana Jones en el Templo de la Perdición. Este plato existe en China e India (y personas que lo han comido me han dicho que, de hecho, es rico), pero a más de uno no le sería apetitoso. 

Una de las maneras más fáciles de rehusar sin ser descortés (pues en muchas culturas es descortés decirle que no a manjares que han sido traídos exclusivamente para los invitados de honor) es usar mentiras blancas. Se puede decir que se es vegetariano, en caso de que sea producto animal. Otro es “mi religión me lo prohíbe” (un clásico, y funciona) y un tercero sería “soy alérgico”, especialmente si es algún tipo de marisco. Excusas como “estoy demasiado lleno”, “no me tinca” o “no tengo hambre” prácticamente no tienen validez, y pueden hasta incitar la furia de la gente alrededor tuyo. 

En términos de alcohol, es aun más delicado. Clásicamente, los negocios en Rusia se cierran compartiendo vasos de vodka y ¡ay de ti que digas que no! Rehusar podría costarte el negocio (aunque esta práctica está lentamente flexibilizándose a medida que aumenta la cantidad de gente que no toma alcohol en Rusia) o, en el caso de Corea del Sur, decirle que no a un trago podría convertirte en un paria social. 

Si no tomas o no quieres tomar, es bueno que expliques clara y respetuosamente que no tomas alcohol. En el caso ruso, lo más probable es que insistan, y es aceptable decir que no más veces en un contexto social. En el peor de los casos, puedes decir que eres alcohólico reformado o alérgico. El caso sudcoreano es bastante más delicado: prácticamente la única excusa que podría salvarte de tomar alcohol ofrecido por alguien una generación mayor es decir (muy humildemente) que estás tomando remedios prescritos, y que el alcohol ya sea anularía el efecto o sería malo para tu salud.

Probablemente la solución más honesta es hacer el brindis y empinar el vaso, mojando los labios pero sin tomar, o tomando muy poco. Si tomaste un par de vasos y quieres parar, se recomienda llenar el vaso con agua, bebida o jugo, o tomar el propio trago bien lentamente. 

Y los chilenos ¿somos rígidos con extranjeros a la hora de la comida?


En mi opinión, por lo general no. Obviamente, si hiciste empanadas con mucho empeño y un extranjero las mira con una mueca y dice que no quiere probarlas, uno podría sentirse algo ofendido y no invitarlo más a comer, pero personalmente no siento que hayan situaciones donde se nos caiga el pelo porque alguien ya sea rehúsa o “asesina” un plato o trago (como pasa con cortar los tallarines con cuchillo en la cultura italiana). 

Más que un rasgo cultural, en nuestro país esto puede ser más personal: hay quienes se despeinan cuando ven que “cortan” un vino fino con coca cola u otra bebida, cuando abren un pedazo de carne en la parrilla con cuchillo para ver si está cocinada o cuando se ve a alguien tomando cerveza tibia (me tirita la pera de solo pensarlo). ¡Por supuesto, puedo estar equivocado, por lo que estoy abierto a todas las opiniones que piensen de otra manera!

¿Qué costumbre gastronómica chilena te parece curiosa?