Imagen: Gojko Franulic

Esto es todo lo que la ciencia ha descubierto respecto a la temida caña

Una teoría popularmente aceptada dice que la resaca etílica es fruto de la deshidratación. Sin embargo, esta y otras explicaciones han sido descartadas por un grupo de científicos que ha investigado de cerca los efectos del alcohol. ¿Qué han descubierto, entonces?

Por César Burotto @cburotto | 2014-09-16 | 07:00
Tags | alcohol, caña, hachazo, resaca, fiestas patrias, copete, trago, cura, ciencia

*Esta nota fue originalmente publicada en 2014.

Escena típica: tú en tu cama, quizás aún con la ropa puesta (no necesariamente la tuya). Abres levemente los ojos solo para descubrir que dejaste la cortina abierta y que el sol de alguna forma atravesó tus retinas y está quemando el fondo de tu cráneo. Intentas tragar saliva, pero tu lengua se ha convertido en una toalla enrollada y te arrepientes de no haber dejado un vaso con agua en tu velador. Te mueves un poco pero desistes enseguida: a juzgar por el dolor de cabeza, alguien te atacó a martillazos durante la noche. Por último y si la cosa ya es muy grave, tienes que correr al baño para no redecorar tu habitación con el contenido de tu estómago. Es ahí cuando te prometes, por enésima vez, no volver a tomar nunca más. Sí, claro.

Lo peor es que ya has intentando todas las formas posibles de curarte de este mal y de evitarlocon escasos resultados: Gatorade en la mañana, café y aspirinas, tomar mucha agua, comer cosas grasosas, tomar sales antiácidas, hacer deporte, tomar vasos de agua entre cada trago, tomar agua antes de dormirte, comprar bebidas mágicas que prometen que no tendrás caña y todas esas cosas. Si bien en algunas ocasiones reducen un poco el sufrimiento, nada hace desaparecer esa épica caña que te deja inutilizable.

Todo esto lleva a preguntarse por qué, si la ciencia ha logrado encontrar la cura a muchas enfermedades, ha podido llevar al hombre al espacio, ha descubierto galaxias a millones y millones de años luz y ha creado dispositivos tecnológicos asombrosos ¿Cómo diablos es posible que aún no haya encontrado una cura para la resaca?

Adam Rogers, editor de la revista Wired, escribió un libro llamado Proof: the science of booze (algo así como Prueba: La ciencia del copete). Ahí relata su investigación respecto a lo que la ciencia ha descubierto sobre el alcohol y la caña. Eso si nos advierte que es un campo en el que no se ha ahondado y en el cual se ha buscado desmitificar cosas más que generar nuevos descubrimientos. Aquí te contamos lo más relevante y que te podría servir en los momentos más oscuros.

La brigada de los científicos anti caña

El año 2009 un científico holandés llamado Joris Verster, convocó a un grupo de colegas para hablar sobre el tema de la famosa resaca. Como resultado de esa tertulia, nació Alcohol Hangover Research Group (AHRG, por sus siglas en inglés), algo así como la liga de la justicia en contra el hachazo. Durante los cinco años que han transcurrido desde su fundación, la AHRG ha realizado investigaciones que destruyen varias cosas de lo que creíamos saber sobre la caña y otras que podrían ayudarnos a combatirla. 

¿Algunas de las teorías que se caen según estos científicos?

Teoría 1 - "La resaca es producto de la deshidratación"

Parece ser algo normal y aceptado por todos, quién no se ha servido un jarrón lleno de agua helada después de una noche dieciochera. Uno de los efectos del alcohol en el organismo es que suprime la hormona anti diurética vasopresina, una de cuyas funciones es regular las veces que necesitamos orinar. Es por eso que es inevitable ir constantemente al baño durante una noche de tragos. 

Sin embargo, ¿de qué manera afectaría la deshidratación a nuestro cerebro? Una de las características de la deshidratación, que podría provocar los malestares de la resaca, es la disminución de los niveles de electrolitos. Sin embargo, la medición de estos niveles en personas deshidratadas por alcohol demostró que se encontraban en cantidades normales. Entonces la caña no estaría explicada por la falta de agua en nuestro cuerpo, lo que haría irrelevante tomar agua antes de acostarte si lo que quieres evitar son los dolores de cabeza y las nauseas al otro día. 

Teoría 2 - "La culpa es del acetaldehído" 

Algunos científicos apuntan a que la resaca es causada por este compuesto del etanol. Incluso si se busca acetaldehído en Wikipedia, se señala que es la principal causante de esta. Sin embargo, la teoría se destruye ya que los estudios realizados muestran que los efectos de la resaca son más fuertes cuando el nivel de acetaldehído es más bajo. Por lo tanto, tampoco sería este compuesto el que está en el origen de nuestros males.

Teoría 3 - "La resaca es producto del bajo nivel de azúcar en el cuerpo" 

Es otra teoría que explicaría los malestares post alcohol. Si bien la deshidratación no es una razón que explique los síntomas, sí produce que los niveles de glucosa bajen en el cuerpo. Al suceder esto, el cuerpo compensa recurriendo a otras fuentes de energía, algo que podría provocar síntomas similares a la resaca. El problema es que si esto fuera así, la solución sería muy simple, ya que bastaría con ingerir glucosa y fructosa para sentirse mejor. Sin embargo esta solución no ha demostrado ser efectiva.

Teoría 4 - "La caña la produce un exceso de azúcar" 

Algo que más probablemente estaría en el origen de esas mañanas de tortura, sería el consumo de alcohol con azúcar. Esto provocaría un alza en los niveles de lactato y, de acuerdo a lo estudiado por la AHRG, efectivamente empeoraría las resacas. Es decir, la ingesta de tragos dulzones provocaría una caña de mayores proporciones, pero no quiere decir que si tomamos vodka con tónica toda la noche nos libraremos de ese mal. De todas formas y en base a esto, es recomendable tomar brebajes con bebidas sin azúcar, algo que quizás nos ayude a sentirnos más saludables al otro día. 

Lo que sí sabemos que es cierto (y que de algo podría servir)

A pesar de la nebulosa de información y los mitos respecto a las doloras consecuencias del exceso de alcohol, los científicos han logrado establecer algunas certezas. Lo primero es que llegando a un nivel de 0,1% de alcohol en tu sangre (algo así como siete u ocho vasos de piscola), prácticamente te aseguras una caña de proporciones, sin importar cuán "experimentado" seas. Si bien en cada organismo esto es diferente, con esa cantidad de alcohol corriendo por tus venas querrás nunca haber despertado (o tomado). Además la AHRG determinó que el peak de la caña ocurre entre doce o catorce horas después de la tomatera. 

Otro punto importante, es que al parecer el vodka es de los copetes que menos caña dan. Por ningún motivo queremos decir que este copete está libre de los males oscuros de la resaca, pero en comparación a otros alcoholes como el vino o el whisky, sus efectos son menores en cuanto a dolor-post-reventón. Para comprobar esto, un grupo de afortunados conejillos de india (o desafortunados, según...) fueron invitados cordialmente a beber whisky y vodka para comparar el efecto de la resaca. Todos los participantes dijeron que con el whisky sufrieron más a la mañana siguiente.

La teoría más prometedora: Citocina y respuesta inflamatoria

La AHRG está empezando a llegar a prometedoras teorías respecto de lo que realmente causa la caña. Esta sería una respuesta inflamatoria, como lo que sucede con cualquier infección. Para llegar a esto, se basaron en un estudio realizado por investigadores coreanos. Estos se dieron cuenta de que las resacas estaban acompañadas de altos niveles de una molécula llamada citocina, utilizada en las comunicaciones del sistema inmunológico. 

Los estudios mostraron que inyectando citocina en pacientes sanos la persona comienza a tener síntomas bastante conocidos: nauseas, dolores estomacales, jaquecas, fatiga y temblores. Lo más interesante es que cuando los niveles de citocina son más altos, estos pueden llegar a interferir con la formación de la memoria. Lo que en parte podría explicar por qué se olvidan cosas cuando se toma en exceso.

Si la relación entre la citocina, la cantidad que bebemos y las cañas son correctas, entonces podría haber una solución al problema. Si las resacas son producto de respuestas inflamatorias, los anti inflamatorios como el Ibuprofeno, por ejemplo, serían el remedio. Sin embargo, esto científicamente aún no está probado, por lo que no es recomendable automedicarse.

Sobre apagar el fuego con fuego...

De acuerdo a lo encontrado por Adam Rogers, no habrá caña mientras se siga tomando alcohol. Resulta que el etanol es el encargado de mantenernos borrachos, sin embargo el alcohol también tiene pequeñas porciones de metanol. Este es procesado después que el etanol, —o sea cuando dejamos de tomar― y sería el responsable de hacernos sentir tan mal. Por lo tanto al seguir bebiendo, el metanol no puede ser procesado, por lo que no podrías tener resaca. "Esto es lo que nadie quería decirles", señalaba Rogers en una charla que realizó para Google.

Pero por eficaz que sea, esta es, obviamente, la peor solución, ya que en algún momento hay que parar de tomar y la caña vendrá igual, sin contar que el daño que haremos a nuestros órganos (y nuestra vida) viviendo en una intoxicación permanente, es mucho peor que la resaca.

TRES PASTILLAS "MILAGROSAS" (O TAL VEZ NO)

1. La hierba china:

Un estudiante de la Universidad de California, atraído por este tema y en su búsqueda por encontrar una cura para la resaca, llegó hasta la Hovenia, una hierba tradicional china. Esta era usada tradicionalmente y desde hace mucho tiempo para combatir los efectos del alcohol. De esta hierba extrajo una sustancia llamada Ampelopsina, con la cual elaboró unas pastillas. Como no tenía los argumentos para realizar pruebas oficiales del fármaco, invitó a unos amigos a tomar y les dio las pastillas milagrosas. ¿El resultado? Todos dijeron sentir efectos muy mínimos en comparación a otras cañas que habían tenido. O eso dice él...

El nombre actual del fármaco es Blucetin, pero es bastante difícil de encontrar y sus efectos no han pasado por las pruebas formales.

2. La pastillita australiana

En Australia es muy popular el uso de una pastilla efervescente como cura para la resaca. Su nombre es Berocca y es un compuesto que lleva vitamina B, C, calcio, magnesio y zinc. Este fármaco fue creado por Bayer con el fin de mejorar el rendimiento intelectual. No existen estudios que lo avalen como tratamiento para la resaca y nunca se publicitó como útil para estos fines. Sí se señalaba que ayudaba para soportar un estilo de vida “agitado”. 

3. Blowfish

Aprobada por la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos), la pastilla llamada Blowfish fue la primera autorizada en el mercado que combate los efectos de la resaca. Este medicamento es también una pastilla efervescente y es una mezcla de aspirina, cafeína, sodio y fenilalanina. De acuerdo a Rally Labs, el laboratorio creado por la estudiante que la desarrolló, con dos píldoras la caña se reduce significativamente en entre 15 a 30 minutos. 

El producto tuvo extensa cobertura en medios norteamericanos después de su invención en 2011, pero también abundantes críticas. En primer lugar, no se trata de una cura, sino de un paliativo contra el dolor, por lo que no previene el daño que causa el consumo excesivo de alcohol e incluso, al enmascararlo, puede llevar a conductas aún más riesgosas. Además, su aprobación por parte de la FDA se basa en que utiliza sólo compuestos ya aprobados por dicho organismo como seguros para el ser humano, por lo que no significa realmente haga lo que promete. Otras muchas curas se ofrecen en el mercado, pero no pasan por la FDA al utilizar elementos naturales que no se consideran medicamentos.

La mejor cura de todas

Pese a todos los remedios populares que existen, las técnicas y los medicamentos la solución definitiva para la caña sigue siendo una sola: no beber. Pero como sabemos que en época de fiestas esto es prácticamente una utopía, lo recomendable es beber en bajas cantidades para no tener una despertada tétrica. Por último, si va a tomar con ganas, hágase responsable de su resaca y asúmala con dignidad.

¿Qué técnicas anti-resaca utilizas?