Imagen: Gojko Franulic

10 objetos invaluables destruidos estúpidamente

Todos sabemos que errar es humano y que en lo ajeno reina la desgracia. Pero cuando sumas a eso un objeto de varios millones de dólares o invaluable valor histórico, los resultados entran en la categoría de lo épico.

Por Antonia Laborde @antonialaborde | 2014-10-02 | 08:02
Tags | Reliquias, rotas, errores humanos, miles de dólares, pérdidas, obras de arte, antiguedades

*Esta nota fue publicada originalmente en 2014.

Es como cuando estás en una tienda donde todo se ve perfectamente frágil y sin querer queriendo, la mochila que llevas a tus espaldas empuja una de las figuritas en un estante, la que termina estallando estruendosamente en el suelo. No, en realidad no es como eso, es algo así, pero elevado a mil millones. Se trata de los "condoros" que han sucedido a lo largo de la historia involucrando a valiosas reliquias, por problemas motores, malos entendidos, fallas de cálculo, entre otros.

El sitio web Oddee realizó un listado con algunos de estos ejemplos, la mayoría desconocidos, aunque con notables excepciones, como el bulladísimo caso de Cecilia Jiménez, la mujer de buena voluntad que "restauró" el Ecce Homo.

Codeándose con Picasso

Steve Wynn ayudó al renacer de Las Vegas y hoy es dueño de prácticamente la mitad de la ciudad de que nunca duerme Además de coleccionar hoteles (Mirage, Bellagio, Wynn), también tiene esa afición por las obras de arte, entre los que destacan joyas de Rembrandt y Monet.

En su hotel Wynn, la pieza de arte más valiosa es de Pablo Picasso, quien retrató a su amor Marie-Thérèse Walter, de 22 años, cuando él tenía 50, bajo el nombre de "El Sueño". Cuando mostraba la pintura a unos amigos, Wynn, que padece de retinits pigmentosa —afecta a la visión periférica― y es propenso a las grandes gesticulaciones, atravesó el cuadro con su codo. Tal cual. Si el solo hecho de destruir tu obra de arte más valiosa ya es lamentable, lo peor fue que el millonario estaba a punto de venderla por US$ 139 millones cuando el incidente ocurrió (2006).

Los daños le costaron US$ 90.000 y una nueva tasación valoró el cuadro en sólo US $ 85 millones, pero aún así logró venderlo en US$ 155.000 el 2013.

Autitos chocadores de US$ 4 millones

Hace un par de años hubo una exhibición de autos exóticos en Yamaguchi, Japón. Tras la muestra, algunos propietarios de los automóviles fueron a dar una vuelta que pretendía ser entretenida, pero terminó en una verdadera catástrofe.

El dueño de un Ferrari F430 intentó pasar al Toyota Prius, que iba un poco lento para su gusto en la pista rápida. Parecía sencillo, pero nadie contaba con que al conductor del Ferrari se le iba a escapar el control del auto, que terminó estrellándose contra un guardarriel, lo que desencadenó un choque en cadena que incluyó a otros siete Ferrari, un Lamborghini, tres Mercedes y un Nissan GT-R. Afortunadamente, solo hubo 10 heridos leves (aunque más de uno debe haber querido matar al "Rapido y Furioso" del Ferrari).

Con un costo total sobre los US$ 4 millones, este es, hasta el día de hoy, el choque más caro de la historia.

Estatuas de 1.700 años como pinos de boliche

Antes del 11 de septiembre de 2001 y la caída de las Torres Gemelas, Mullah Mohammed Omar, líder talibán, prohibió en Afganistán las estatuas ajenas al Islam, que honraran a seres humanos y animales, lo que en pocas palabras significaba destruir cualquiera que no fue islámica.

Así fue como, hicieron desparecer las estatuas budistas más grandes del mundo, con 1.700 años de antigüedad, pese a las súplicas de las Naciones Unidas y la oferta de una delegación japonesa para mover las estatuas fuera del país. Luego de intentar destruirlas con tanques y con artillería antiaerea, trajeron un camión cargado de dinamita, le perforaron agujeros a las obras y las llenaron del material explosivo por dentro.

Dicen que fue un acto de represalia de parte de los talibanes en contra de la comunidad internacional, por no haber recibido la ayuda que esperaban tras la sequía, terremoto y guerra a la que se habían visto enfrentados.

El homenaje a un Beatle destruido por beetles

George Harrison era muchas cosas: Músico, compositor, cantante, productor cinematográfico, líder humanitario, ser espiritual y jardinero. Por su amor a la naturaleza, se levantó un homenaje en Los Angeles' Griffith Park, consistente en un árbol acompañado de una placa que decía "En memoria de un gran humanista, que tocó el mundo como un artista, un músico y un jardinero".

Al cabo de un tiempo, las cortezas de los árboles del parque se vieron impactadas por una plaga de escarabajos (en inglés, beetle), que terminó por acabar con muchos arbustos, entre ellos, el que conmemoraba la memoria del músico de The Beatles... qué ironía.

El que se fue como emperador a Francia, perdió su silla

Durante muchas campañas, Napoleón Bonaparte utilizó una silla de madera y cuero, expuesta en el Museo Mobilier National. Sin embargo, para una exposición se la prestaron al Museo Fesch d’Ajaccio, en Córcega. Uno de los empleados del recinto no se aguantó la tentación de ver qué se sentía sentarse en el mismo puesto que el ex emperador y cuando lo hizo, el cuero se rajó bajo sus "asentaderas".

El mueble, construido en 1808, fue restaurado y según la curadora, la falla se debió a que la restauración anterior no se había hecho debidamente, pero que ahora sí se podía considerar un éxito. Aún así, dudamos que alguien se haya sentado de nuevo para confirmarlo...

Tres jarrones de un tiro

El 2006, el Museo Fitzwilliam en Cambridge realizó una exposición de la dinastía Qing, para la que consiguió tres jarrones de la época, valorados en US$ 849.000. La porcelana de silgo XVII fue puesta en el alféizar de una ventana, en la base de una escalera.

Nick Fkynn fue el desafortunado visitante que, al notar que estaba subiendo por una escalera equivocada, se volteó y tropezó con su propio cordón suelto, lo que le hizo caer y no encontró nada mejor para intentar sostenerse que...uno de los jarrones. ¿Qué pasó con los otros dos? Se vieron empujados por el primero y así fue como pasaron a peor vida, al igual que Flynn, quien intentó huir del lugar fingiendo que nada había pasado, pero fue arrestado poco después, mientras un especialista pegaba uno a uno los más de 400 fragmentos de los jarrones, con la esperanza de devolverlos a su esplendor original.

Ni siquiera pudo hacer salud

Una copa costaba US$ 8.800. Se trataba del un cocktail elaborado a partir del cognac Clos de Griffier Vieux del año 1788 y otros dos licores que superaban los 100 años de antigüedad. Un comensal pidió dos copas y la botella, de pasada, para apreciarla. Se encontraba en The Playboy Club de Londres, para que el barman Salvatore Calabrese elaborara por primera vez el cocktail más caro del mundo. Pero algo lo impidió.

Cuando le llevaron la botella de 78 mil dólares al cliente, este la tomó y, torpemente, la dejó caer de entre sus manos, destruyéndose ante la mirada atónica de todos los presentes.

Un verdadero trago amargo.

El cuadro que se hizo famoso una vez arruinado

Este hecho dio la vuelta al mundo. El 2012, una octogenaria aficionada a la pintura, Cecilia Giménez, quiso restaurar un el fresco religioso llamado Ecce Homo, del español Elías García Martínez, ubicado en el Santuario de la Misericordia de Borja, provincia de Zaragoza. La obra, en realidad, era de escaso valor económico y artístico, y se encontraba en bastante mal estado.

Luego de reparar la túnica —todo esto, sin autorización de nadie―, Giménez decidió meter mano al rostro de Cristo, quien estaba retratado en la pintura, pero la ingenuidad y torpeza de su "restauración", que fue descubierta con horror por el párroco local, se viralizó en internet bajo el seudónimo de Ecce Mono.

Pese a todo el revuelo inicial y las críticas que recibió la pobre cristiana, la iglesia donde se encuentra la obra se convirtió en un centro de atracción turística, para el que se cobra una entrada, cuyo fondo va para un centro de caridad del sector. Por su parte, Giménez recauda el 49% de las ganancias por el merchandising que se hizo tras el tragicómico episodio.

Un error que destruyó 1425 años de historia

En el año 529, San Benito de Nursia fundó su monasterio benedictino de Monte Cassino, en Cassino, Italia. Poco más de 1.400 años después, durante la Segunda Guerra Mundial, tropas aéreas de Estados Unidos dejaron caer 1.400 toneladas de bombas sobre el edificio ¿Por qué? Una suposición errónea.

Los norteamericanos pensaban que los alemanas estaban usando el monasterio como puesto de observación y fuerte, cuando en realidad alemanes y monjes habían acordado no utilizar el monasterio. Muchos religiosos perdieron la vida por esa falla, que según información recientemente desclasificada, habría venido de un oficial británico de bajo rango.

Bonus track:

En el programa TechTV de MIT un experto presentaba lo que parece ser un cilindro de cera de los que utilizaban los fonógrafos de Edison. Aunque este tipo de cilindros se fabricó en masa, el experto se jacta de que este en particular se trataría de una pieza única en el mundo, segundos antes de que... bueno, vean el video.