Cuando niño siempre me pregunté cómo diantres podían comer los chinos el arroz con palitos. Ya era difícil siquiera intentar tomar un pedazo de carne o pollo con esos dos palos de madera tambaleándome en la mano. No es que saliéramos mucho a comer, pero las pocas veces al año que se traía comida china a la casa intentaba agarrar esos dos pequeños zancos de madera y hacer un esfuerzo titánico para poder llevarme algo a la boca. De más está decir que yo era el único en la familia; el resto estaba feliz de usar cubiertos comunes y corrientes mientras el pequeño y hambriento saltamontes hacía lo posible por ignorar el calambre entre los dedos para poder atacar el chapsui que estaba en proceso de desaparecer.
"Si no puedes usarlos, toma el tenedor", dijo mi madre alguna vez. ¡Jamás! De puro terco aprendí a usar los palillos. Aún cuando pude comenzar a agarrar pequeños pedazos de verduras, los músculos de la mano me quedaban adoloridos, como cuando uno escribe mucho y muy rápido con un lápiz. Eventualmente logré dominar el arte de los palillos y años más tarde emigré a Asia sintiéndome "preparado" en esta área.
Pero lo que me encontré al llegar me dejó con la boca abierta: los palillos se usaban… ¡para todo! Para comer y para cocinar; desde hacer huevos revueltos a cocinarse un bistec o a pinchar el queque para ver si está listo. A la hora de lavar ropa, si se está haciendo a mano, se usan para sacarla del agua caliente. Para mezclar la pintura o para revolver prácticamente cualquier cosa que necesite ser revuelta; para sacarle la pintura a las brochas, o como regla para dibujar. Hasta han salido reportajes en China sobre ladrones que usan palillos para sustraer celulares o billeteras de los bolsillos, carteras o bolsas.
Alguna vez ayudé a un "tío" local a armar una bicicleta estática (hecha en China, por supuesto) y en la caja de herramientas tenía un par de palillos."Porque nunca sabes cuándo los vas a necesitar", me respondió después de ver mi cara de intrigado. Cuando estábamos a punto de terminar, vimos que las instrucciones estaban equivocadas y tuvimos que sacar parte del cableado por un agujero en la mitad de uno de los tubos de metal, pero el orificio era demasiado pequeño para meter los dedos. ¿Qué hicimos? Usamos los palillos.
También fue un poco chocante la primera vez que vi a una mujer sacando un par de palillos de la cartera para despegar un chicle del asiento en la micro. Al parecer, a menudo las mujeres en Hong Kong llevan un par en la cartera. No solo por si necesitan comer, pero "en caso de emergencia". Es sorprendente el número de usos que se le puede encontrar al par de palitos de madera cuando se anda trayendo. Las posibilidades están solamente limitadas por la creatividad, a fin de cuentas.
Por mucho que supiera comer con palillos, fue difícil acostumbrarme a usarlos siempre. Y sí, en muchos lugares en Asia se puede pedir un tenedor o cuchara, pero cuando se hace esto, a menudo da la impresión de que el mesero o mesera te pega una mirada de "ah, extranjerito que no se la puede". Además, comer con palillos es políticamente correcto y da "puntos extra" tanto en contextos sociales como de negocios. Aun así, más de una vez pasé vergüenza por no poder comer fideos gruesos con palillos de plástico lisos. Todavía no sé cómo rayos se las arreglan para que no se les resbalen de vuelta al plato. Sigue siendo uno de los grandes misterios de la cultura para mí.
Palillos hay de todos los tamaños y de los más variados materiales: desde pequeños palillos para niños hasta gigantes de medio metro para cocinar, pasando por madera, plástico, metal, marfil y hasta jade. Los de madera son los más populares dado su uso frecuente como palillos desechables. Son los que vemos a menudo cada vez que vamos a un restorán de comida china o japonesa, y son hechos por lo general de madera de abedul, álamo o bambú.
De hecho, la intensa demanda en oriente de palillos desechables está arrasando con los bosques en China y otros países de Asia. Solo en China, se estima que al año se producen unos 50 mil millones de pares, que equivale a poco más de 135 millones de pares de palillos al día. Según Greenpeace China, se calcula que esto se traduce en unas 40 hectáreas de bosque taladas cada 24 horas, el equivalente a 40 canchas de fútbol. Al día. Por esto, activistas en China y Japón a menudo han intentado hacer campañas de "trae tus propios palillos", pero con moderado éxito.
Para bien o para mal, a los restoranes les es mucho más conveniente en términos de costo el usar palillos desechables en vez de tener que lavar y esterilizar los mismos una y otra vez. La parte un poco más esperanzadora de este dilema es que hay una preocupación cada vez mayor en Asia al respecto, por lo que es de esperarse que eventualmente alguien salga con una solución. Por mientras, ya ayuda el que estemos al tanto de este problema y, si nuestro instinto ecológico es lo suficientemente fuerte, llevar palillos propios si vamos a comer sushi u otro tipo de comida asiática donde se usen.