Por estos días en Estados Unidos, el llamado Plan B ha causado distintas reacciones y polémicas desde diferentes sectores de la política norteamericana. ¿Qué es el Plan B?, es la llamada "píldora del día después", término que en nuestro país también causa roces y discusiones hasta el día de hoy.
Esta semana el gobierno de Barack Obama apeló a última hora para retrasar la venta de la píldora anticonceptiva de emergencia a niñas de cualquier edad y sin receta médica, (y además en supermercados), causando la ira de las defensoras de la libertad de la mujer.
El escenario en Estados Unidos sobre este tema es bastante complicado. 20% de las mujeres norteamericanas tiene un hijo antes de los 20 años, cifra mayor que cualquier país desarrollado. Ante ese escenario, como en muchas partes, la discusión tiende a centrarse en métodos conceptivos y educación sexual.
Pero en Estados Unidos, un nuevo enfoque está siendo propuesto en algunos medios , que también podrían ponerse a prueba en Chile.
Si de verdad se quiere disminuir el embarazo adolescente, afirman los economistas Phillip Levine y Melissa Kearney en la revista The Atlantic, se les debe mostrar una alternativa atrayente a las jóvenes.
"No es suficiente ofrecerles anticonceptivos y explicarles cómo se usa. Tenemos que convencerlos de que realmente quieran usarlos, que ellos y sus hijos estarán mucho mejor si esperan para convertirse en madres", aseguran los expertos en el periódico.
Las tres medidas más usuales recomendadas a través de distintas políticas de gobierno son enfocarse en: 1) métodos anticonceptivos, 2) abstinencia y 3) educación sexual. Pero según aseguran en el artículo, ninguno de las tres ha funcionado bien.
¿Por qué estas políticas no tienen el impacto adecuado?, Según el diario, porque no apelan a las "fuerzas" que mueven a los adolescentes a tener hijos. Quienes defienden las políticas de corto plazo, explica el artículo, aseguran que según los estudios cerebrales de los adolescentes, estos son menos capaces de pensar más allá del momento. Por lo tanto, las políticas tienen que ser enfocadas en el presente, en la acción inmediata.
"No tenemos dudas que algunos adolescentes se embarazan porque ellos fallan en considerar las repercusiones a largo plazo de sus acciones", aseguran. Pero eso no puede ser todo. "¿Cómo un adolescente en Mississippi o Nueva México (con altos índices de embarazo), tienen mucho más problemas para controlar sus impulsos que sus pares en Nueva York o Nueva Hampshire?", se preguntan.
La respuesta es, según ellos, es que el embarazo adolescente no deseado es síntoma de vivir una vida llena de obstáculos. "Enfrentarse a una limitada educación y perspectivas de trabajo, así como una baja probabilidad de encontrar a un hombre adecuado para casarse, simplemente lleva a algunas niñas de bajos niveles a preguntarse: ¿Por qué no tener un bebé ahora"?.
"No es que debamos abandonar nuestros métodos tradicionales en la lucha contra el embarazo adolescente. Pero al final, nuestras políticas actuales no atacan el problema de raíz", escriben los economistas.
"Queremos atacar la causa, la falta de oportunidades que muchas niñas enfrentan. Hay políticas que han demostrado que mejoran las desigualdades entre la juventud y reducen el embarazo juvenil", asegura.
Los autores dan dos ejemplos de programas en donde la entrega de "ambiciones" a los jóvenes, ha bajado la tasa de embarazos adolescentes.
El primero, son los colegios Charter Promise Academy Schools, ubicados en una peligrosa área de Nueva York, y en donde los estudiantes no sólo han mejorado sus resultados educacionales, sino que también la tasa de embarazos ha caído.
Estas escuelas se caracterizan por tener no sólo mayores horas de clases sino que una red de apoyo, y lo más importante: programas después del colegio de alta calidad, de ayuda académica, que se dedican 100% a capacitar a sus estudiantes para que tengan éxito en la universidad y en la vida, según aseguran en su página web. Los servicios son gratuitos, y la idea es inculcarle a todos los niños y jóvenes, que no importa de dónde vengan, pero que con su ayuda podrán ir a la universidad.
El otro ejemplo es el Carrera Program, que ayuda a los jóvenes a desarrollar metas personales y a cultivar el deseo de la productividad en el futuro. Este programa empieza a trabajar con niños y niñas a los 10 u 11 años y luego, durante la enseñanza media y su graduación, hasta que entran en la universidad.
Su filosofía es ver a la juventud como "una promesa" y no como "un riesgo". Su principal meta es crear el deseo de evadir el embarazo y otros comportamientos de riesgo durante la adolescencia.
Así, por medio de brindar oportunidades y un futuro, los jóvenes toman la decisión consciente de posponer el embarazo y protegerse. Finalmente, no hay mayor motivación, para tomar control de tu destino, que llevar una vida con sentido.