Hace más o menos 20 años, llegué a mi clase de pre-kinder en pijama. No se trataba de un acto de tierna rebeldía, sino de que, simplemente, nadie, ni mi cerebro aun en desarrollo, ni mis hermanos y padres, se percataron de que llegaba al colegio tal como había salido de la cama. No pasó a mayores, salvo por el hecho de que mi profesora me preguntó con cara de preocupación si "estaba todo bien en casa", aunque siempre me quedó dando vueltas cómo podíamos ser todos tan despistados.
Décadas después encontré la respuesta: No es que seamos olvidadizos, es que hay demasiado de qué acordarse. Si hace 50 años, billetera, maleta y llaves eran las herramientas del día día, hoy hay que sumarle audífonos, celular, iPod, Notebook, candado de la bici y un largo etcétera de productos que simplemente no podemos dejar atrás. Para nuestra fortuna, la tecnología juega para los dos lados.
Pixie, Tile y TrackR son 3 productos con tecnologías similares, que buscan remediar este complejo proceso de inventario diario.
Pixie Points se llaman estas unidades de tamaño y forma de uñetas de guitarra, que te permiten ubicar cualquier objeto al que los adhieras. Una vez puesto un Pixie Point (por ejemplo, dentro de tu billetera), es posible ubicar el artículo visualmente en tu pantalla, con un sistema de realidad aumentada, apuntando la cámara de tu celular alrededor tuyo. Para esto se requiere una aplicación específica (iOS y Android). Esto es posible gracias a su sistema de triangulación que comunica a los objetos marcados con tu celular. Dentro de la aplicación, además, puedes ver la última ubicación de un artículo, si es que estuviera fuera de alcance.
Lo más interesante de Pixie es que crea una "esfera virtual" que detecta si te estás alejando demasiado de alguno de los artículos marcados. En teoría, la aplicación te avisaría si sales, por ejemplo, de la casa sin tu billetera.
Pixie te permite, también, crear "kits inteligentes", listas de objetos que deben ir juntos en, por ejemplo, una maleta o bolso. Si falta uno, la aplicación te lo indicará.
Tener este superpoder, como todo en esta vida, tiene un costo. Actualmente está en fase de preventa, con un valor de $40 dólares (cerca de $25.000) cuatro Pixie Points.
"Dale a tus cosas favoritas un mejor amigo responsable" es lo que dice el sitio de Tile, una alternativa interesante que ya está presente en el mercado. Cada unidad es un cuadrado pequeño que se adhiere a las cosas que temes perder, y que comienzan a ser rastreadas vía Bluetooth a través de la aplicación (iOS y Android) en un rango máximo de 30 metros. Cada Tile puede emitir una melodía que permite ubicar el objeto de manera más fácil.
Tile, además, cuenta con un sistema que busca prevenir el robo de tus preciados bienes. Una vez marcado como "perdido", cada aplicación de Tile en el mundo actuará como radar para encontrar el objeto. Si alguien lo llega a detectar, se le envía al dueño la información de su última ubicación.
Actualmente, el costo de cuatro Tiles es de $75 dólares (cerca de $43.000).
TrackR es el resultado de 5 años de desarrollo y una campaña de más de un millón y medio de dólares en la plataforma de crowdfunding, Indiegogo. Al igual que las alternativas anteriores, se trata de un pequeño rastreador del porte de una moneda que se puede adherir a cualquier cosa.
Las unidades de TrackR se conectan a través de Bluetooth al celular, desde donde los artículos pueden ser rastreados usando la aplicación (iOS y Android). También es posible hacer un seguimiento a artículo robados, usando un sistema de rastreo colaborativo similar al de Tile.
¿Y qué pasa si pierdo el celular? A diferencia de las alternativas anteriores, TrackR funciona también en reversa, o sea, usando uno de los rastreadores se puede activar una melodía en el celular que nos permitirá encontrarlo.
TrackR se encuentra en preventa a un costo promocional de $58 dólares (cerca de $36.000) por tres unidades.
Honestamente, la mejor opción siempre será un repaso mental antes de salir a cualquier parte. Pero si temes perder tu enésimo celular o, quién sabe, llegar en pijama al trabajo, puede que la inversión valga la pena.