Imagen: Gojko Franulic

Así funciona el primer Centro de Adopción de Plantas en Peligro de Extinción

Si bien el ambiente natural de las platas es el silvestre, hay unas que necesitan de un techo para sobrevivir debido a la diminución de su población. Por esto, un instituto se puso a buscar padres adoptivos idóneos que las cuidaran, y encontraron miles dispuestos.

Por Antonia Laborde @antonialaborde | 2015-03-13 | 10:50
Tags | Centro de Adopción de Plantas, México, peligro de extinción, cuidado, cultivo, propagación, silvestre

México es el quinto país más rico del mundo términos de diversidad vegetal y no quiere bajar en el ranking. Por eso es que desde hace un año, el Jardín Botánico del Instituto de Biología levantó el primer Centro de Adopción de Plantas en riesgo de extinción, que debido a catástrofes naturales o por la culpa del hombre han reducido mucho su población. En el centro, los encargados las cultivan, las crían, y cuando están listas, se las pone en adopción para conseguir padres idóneos que las quieran cuidar.

En el Jardín Botánico se encargan de rescatar plantas extintas en su ambiente natural, amenazadas, en peligro de extinción o bajo protección especial. Hasta el momento han logrado cultivar 300 de las 945 especies consideradas en algún nivel de riesgo de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana 059. Su técnica para el cultivo y propagación de las plantas es a través de los métodos convencionales (semillas o hijuelos), o por técnicas de cultivo de tejidos vegetales.

Durante la primera etapa del sistema de adopción se ofrecieron solo plantas en riesgo de extinción, específicamente cactáceas, orquídeas y crasuláceas. A partir de este año, están disponibles para adopción otras 15 especies en peligro de extinción, 20 en protección especial y 5 más en riesgo. La más solicitada es la conocida como bisnaguita de chilitos y en segundo lugar la pinguicula moctezumae, una planta insectívora.

Bisnaguita de chilitos

Pinguicula moctezumae

Requisitos para los padres

Quienes adoptan, se deben comprometer a cuatro cosas:

  • •Cuidar la planta
  • Informar al Jardín Botánico sobre su estado a través de fotografías.
  • •Mantenerla bajo su custodia y no introducirla al medio silvestre.
  • •Dado el caso de que fallezcan los padres adoptivos, dejarla como herencia a sus hijos, nietos o familiares cercanos. Hay plantas que pueden vivir por 200 años.

Por cada planta se paga una cuota, que debe ser cancelada por los padres adoptivos, en función del grado de riesgo que afecte a la planta, la que oscila entre $2.000 y $8.000, destinadas a que el proyecto siga en pie.

Al adoptar una planta, las personas deben llenar un formulario y así quedan registradas como Padres o Madres Adoptivos/as, además de recibir un certificado que acredita la adopción y su ingreso a la Red Ciudadana para la Conservación de la Diversidad Vegetal de México. Una vez terminado el trámite en el Centro de Adopción, los padres pueden solicitar información sobre el cuidado de la planta vía correo electrónico, Facebook, Twitter y también pueden acudir a la enfermería vegetal del Jardín Botánico.

Hasta la fecha, se han adoptado más de 7.000 plantas, las que se encuentran en las manos de 5.000 padres responsables, según la doctora Linda Valcasas, una de las responsables del proyecto, quien habló con Yorokobu. Ahora, si una planta desaparece de su medio silvestre en México, ya sabrán en qué casas encontrarlas.

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