Roadsworth: Figuras ocultas en la calle

Está oscuro y no hay moros en la costa... un poco de pintura, ingenio y en unos pocos minutos el asfalto se transforma. Lo que comenzó como un activismo que exigía más ciclovías, acabó creciendo hasta convertirse en un proyecto de arte.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2013-06-12 | 12:24
Tags | arte urbano, calles, stencil, grafiti, bicicletas, ciudad, peatones, peter gibson, roadsworth

*Esta nota fue originalmente publicada en 2013.

Peter Gibson jamás pensó que se dedicaría al arte callejero. Pero hace 17 años quiso manifestar un deseo dejando una huella en los caminos de las personas. Hoy es reconocido por sus ingeniosas intervenciones en las calles y por sus ideas acerca de la relación de las personas con la ciudad.

Gibson ha creado alrededor de 300 gráficas en la ciudad. Su apodo es Roadsworth, un juego de palabras con el concepto de caminos. La inspiración viene de uno de sus artistas favoritos Andy Goldsworthy, por eso la variación del nombre. Y también hay un juego de palabras relacionado con el poeta Wordsworth. Otro simbolismo: Worth significa valor.

Todo comenzó como una protesta en Montreal, Canadá. La idea de Gibson era manifestarse con una intención clara: pedir la construcción de más ciclovías. Así que comenzó en las noches a marcar las vías a escondidas. Estas líneas abrían una nueva posibilidad para los ciclistas al día siguiente. "El corazón me latía con fuerza, sin duda nunca había hecho nada abiertamente ilegal antes, pero sin embargo, me impulsaba un sentimiento de convicción y un cierto grado de justicia.", recordaba Gibson en una entrevista para la UCLA

Luego  fue evolucionando y lo que en un comienzo sólo eran caminos, se convirtió en stencils o grafitis de diversos objetos, plantas y animales que convertían un punto de la ciudad en algo nuevo. Peter explica: "Mi enfoque era cada vez más sofisticado y 'artístico' en el sentido de que yo estaba tratando de comunicar sentimientos acerca de mi entorno y la sociedad de la ciudad".


Lo que pasa es que Roadsworth tiene un problema con los autos. No es que esté del todo en contra de ellos, pues sabe que es poco real prescindir completamente de las cuatro ruedas, pero cree que es negativo lo que la cultura automovilística ha generado: le ha quitado la relación al hombre con su entorno, porque convirtió los lugares de la ciudad en pasos entre un punto A y un punto B. "Dada la posibilidad de moverse entre el trabajo, el gimnasio y en casa otra vez sin siquiera poner un pie fuera, no es de extrañar que muchas personas están fuera de contacto con su entorno", comenta en una declaración en su sitio

"Me motivaba el deseo de sacudir al conductor desde su mirada impasible y lineal y darle la pausa de los peatones,  más lenta, para la reflexión", afirma. Contra esta alienación, Peter buscó llamar la atención y promover la cultura de la bicicleta y el andar a pie. "Es una metáfora de una inclinación cultura de la velocidad, la comodidad, el consumo y la hiper-individualismo." 

El arte como respuesta al pseudo-ambientalismo

Gibson asegura estar haciendo lo que los políticos promueven en público: adopción de modos alternativos de transporte ante la congestión y la contaminación acústica y ambiental. Lo que pasa es que luego de esos discursos no toman las medidas necesarias para llevar a cabo los cambios, como era el caso de Montreal el 2001: faltaban ciclovías. 

A pesar de estar alineado con esta causa común de los políticos, este esfuerzo le costó en 2004 una estadía en la cárcel y varias multas por sus actos ilegales de rayar las calles a escondidas. Sin embargo su obra no dejó indiferente a muchos: recibió apoyo de parte de los ciudadanos. Se hizo una campaña de escritura de cartas, peticiones y medios de comunicación que simpatizaban con la causa y un especial asesoramiento jurídico, que le permitió salir relativamente indemne.

Para Gibson, hoy en día se abusa mucho de la etiqueta ambientalista. "En Montreal, como en muchas ciudades, me parece, a la gente le gusta pensar de sí mismos como 'progresistas' y 'ambientalistas', pero no todos están dispuestos a hacer los sacrificios (como no conducir su auto para ir al trabajo) que el comportamiento "progresista" requiere. Por supuesto, la situación y la infraestructura en la mayoría de las ciudades no lo permite (...) creo que es un defecto del gobierno, en cierta medida, pero también tenemos que asumir la responsabilidad como individuos del mundo en que vivimos, los gobiernos que elegimos, los productos que compramos, etc." sostiene Peter.

La importancia detrás de su mensaje se encuentra en algo tan elemental como lo siguiente: "Estamos viviendo en la negación grave si consideramos que (la ciudad) siempre va a garantizar nuestra supervivencia y bienestar ". 

El camino de "Roadsworth"

En 2013 ya era un artista muy reconocido, que vivía de la música y el arte callejero. Recibía apoyo de comisiones, lo que le permitió probar nuevas gráficas y a mayor escala. Su estilo de arte, por lo general, se integra a las señales de las calles. Peter explicó a la revista Overspray que "utilizando pintura de la calle junto con la estética limpia, icónica que se deriva de la utilización de plantillas, busqué mezclar mi mensaje con el tono funcional y a veces autoritario de las marcas de la calle (...) el contraste creado mediante la superposición de algo juguetón, chistoso, extraño, fuera de lugar, como quieras llamarlo, crea una tensión cómica que me parece similar a la sátira."

Gibson se pone por un momento en los zapatos de un alcalde. Cree que se podría mejorar en gran medida el sistema de transporte público, aumentar el número de carriles bicicletas, vías peatonales y encontrar maneras de emplear el talento artístico para embellecer la ciudad.

Lo que comenzó como un activismo que exigía más ciclovías, acabó creciendo hasta convertirse en un proyecto de arte. "La posibilidad de que el arte callejero me dio para responder, para expresar estas opiniones, de alguna manera, no sólo me dio una sensación de poder, sino también ayudó a liberar una cierta cantidad de frustración que atribuyo tanto a factores personales como a los sociales. Pero había otros aspectos que me motivaron. Hubo la creatividad, el placer artístico que deriva de ella", explica Gibson. 

¿Crees que este tipo de acciones es vandalismo o un aporte? ¿Será el arte capaz de modificar nuestra relación con la ciudad?