Cuando TVN, nuestro canal público de financiamiento privado, está viviendo su peor crisis en 10 años y la Presidenta Michelle Bachelet anuncia la creación de un Canal de Televisión Cultural de recepción libre, gratuita y sin publicidad, creemos importante no quedarnos solo con el slogan y revisar cómo funcionan los canales públicos que son ejemplos de calidad y cautivadores de audiencia a la vez. No nos vaya a pasar que todos aplaudamos la idea, pero ninguno lo sintonice.
La British Broadcasting Corporation (BBC), es el grupo mediático clave del Reino Unido, con un canal de televisión pública que se ha catalogado como caso de éxito desde su creación en 1922. No es solo una cadena de noticias que destaca por su neutralidad, ni el canal que se paga con los impuestos de los ingleses. El modelo de esta corporación está construido en base a una serie de principios y funciona con un innovador modus operandi, que sin importar la ideología de los gobiernos que han pasado por el país británico, se ha conservado y nadie ha sabido presentar una mejor propuesta.
Nació bajo el auspicio del gobierno con el objetivo de informar, educar y entretener. Al poco tiempo se convirtió en la principal agencia de noticias del mundo gracias a las innovaciones de la cadena, que incluía varias radioemisoras. Post Segunda Guerra Mundial aumentó su popularidad en el relanzamiento, cuando incluyeron contenidos educativos, además de un continuo esfuerzo por explorar nuevas formas de dar las noticias. ¿Su línea editorial? Informar de manera objetiva y neutral.
En 1962, crearon un segundo canal llamado BBC2, de contenido cultural. Esta medida la han adoptado varios canales públicos en España, Alemania, Francia, Italia, que una vez que ya están funcionando de manera optima, con un público cautivo, deciden generar un nuevo espacio dedicado únicamente a la cultura, teniendo su marca aprobada como respaldo.
A pesar de ser técnicamente independiente del gobierno, el comité directivo de la cadena es nombrado por éste, y no han sido pocas las situaciones de crisis –Suez, la Guerra de las Malvinas, la crisis del Ulster- en las que la cadena ha recibido numerosas presiones por parte de los gobernantes de turno. Sin embargo, y en pro de su independencia y objetividad, la BBC incorporó a su estructura un órgano de consulta, supervisión y evaluación para el desarrollo de sus funciones, denominado Junta de Gobernadores, integrado entre otros por delegados de los sectores que se consideran más importantes de la sociedad como la Iglesia, las artes, los sindicatos, el servicio civil, la academia.
Este tema nos atañe particularmente, ya que siempre se ha criticado que el problema de nuestro canal público es su autofinanciamiento. Al entrar a competir por la torta publicitaria, muchas veces debe abandonar su objetivo de servidor público, y realizar contenido de bajo presupuesto que apunte a las masas, descuidando la labor social que hay tras él. Si nos dicen que el próximo canal es gratuito, pero finalmente lo pagamos a través de los impuestos ¿nos dejaría contentos? Veamos cómo lo hace la BBC, y cuáles son sus pro y contra.
La BBC tiene tres principales vías de financiamiento:
El canon podría definirse como un impuesto que deben pagar todos los ciudadanos británicos que tienen un televisor en la casa. El Ministerio de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte determinan el precio del canon, que desde 1986 va unido al crecimiento del IPC, con el objetivo de evitar la renegociación anual y fomentar la recaudación de ingresos a través de otras fuentes.
De todas formas muchas veces la BBC le pidió al gobierno aumentos en el precio del canon, fijaron porcentajes de escalada, y para el 2012, el coste anual de una TV a color era de $146.363. Las personas mayores de 75 años no lo pagan y los no videntes la mitad del valor fijado. También hay otras excepciones.
Actualmente la BBC gestiona el canon a través de una empresa subsidiaria que lo recauda y controla el cumplimiento del pago. La multa por el no pago del canon puede ascender a casi un millón de pesos chilenos.
Los que están en contra del sistema dicen:
- La obligatoriedad del pago elimina la soberanía del consumidor.
- El hecho de tener TV no significa que la persona vea la BBC, por lo que podrían estar pagando por un servicio que no usan.
- La baja en audiencia no permite justificar que todos tengan que pagar una cuota anual.
- Es un impuesto regresivo, ya que todos los que tienen una TV pagan lo mismo, independiente de su nivel de ingresos.
- Que el gobierno establezca el precio del canon supone una manera de controlar la cadena y comprometer su independencia.
Por su parte los que están a favor del canon dicen:
- Al estar unido al crecimiento del IPC, otorga cierta independencia a la cadena británica del poder político.
- Proporciona independencia de otras influencias, como las presiones de los anunciantes.
- Es bueno que todos los contribuyentes paguen lo mismo, ya que significa que todos los puntos de vista de la audiencia tienen el mismo peso para la entidad pública.
- Esta vía de ingresos hace que los emisores públicos proporcionen todo tipo de programas, mientras que los operadores financiados por publicidad o suscripciones se centran sólo en una determinada clase.
- Es lógico que lo financien los ciudadanos, ya que son ellos quienes se benefician.
- El precio anual es aceptable, considerando todos los servicios que la BBC ofrece, desde canales televisivos a programas de radio, servicios en internet, etc.
La BBC nunca ha sido solo un canal de TV. En 1923 ya tenía una revista, cuyos ingresos se destinaban a programas de radio de servicio público. Desde entonces que ha diversificado sus servicios comerciales, con más revistas, publicándolas con mayor frecuencias, más radios, más canales y así, su brazo comercial supone cerca del 20% del presupuesto total de la cadena.
Un gran acierto fue en 1960 cuando decidieron vender sus programas televisivos al resto del mundo, así como lo hacían con sus publicaciones, llegando a los cinco continentes y transformándose en uno de los mayores exportadores de programas televisivos del Reino Unido y de Europa para antes del nuevo milenio. También vende merchandising asociado a sus contenidos de televisión, como juguetes, juegos y bienes de consumo.
A finales de la década del '80, reagruparon todas las actividades comerciales con el fin de ganar eficiencia en las ventas, aprovechar las ventajas de las economías de escala y aumentar las inversiones en la producción de programas. Y así fue. Nunca dejaron de buscar nuevas formas de conseguir ingresos. Arrendaban sus estudios, sus sistemas de producción, de post producción, mientras la BBC Worldwide distribuía contenidos de televisión, producía programas, editaba revistas y comercializaba libros y vídeos. Hoy día la BBC es el tercer editor en cuanto a número de revistas vendidas en el Reino Unido.
Con la explosión del consumo de información a través de internet nació iPlayer, que se presenta como un servicio gratuito para los contribuyentes del canon, a través del cual pueden descargarse programas de radio y de televisión. Sin embargo, la audiencia internacional de la BBC tiene que pagar por descarga.
Las actividades comerciales de la BBC están reguladas por Ofcom y por la Office of Fair Trading (OFT), que siguen la ley general de competencia nacional y europea, como cualquier otra compañía. Pero además, la BBC tiene un cuerpo de reglas internas más estricto, debido a su condición de cadena pública. A estas medidas hay que añadir que el consejo de administración de la BBC supervisa el desarrollo de sus negocios y que una empresa de contabilidad externa revisa estas actividades con periodicidad anual.
Quienes están en contra de este sistema dicen:
- Algunas de las actividades comerciales de la BBC no están relacionadas con sus programas de servicio público.
- La excesiva promoción de los negocios de la BBC a través de sus servicios financiados con dinero público, puede considerarse un acto de competencia desleal para sus rivales.
- El aumento de los negocios en la BBC y su creciente presencia en mercados internacionales puede poner en peligro su vital característica de servicio público, ya que una excesiva confianza en el empleo de ingresos comerciales podría dañar la justificación de su financiación pública.
- La cadena pública distorsiona el mercado al utilizar el dinero de los contribuyentes para competir en áreas que ya están atendidas por el sector privado, por ejemplo, el mercado online.
- La BBC es acusada de distorsionar el mercado con técnicas desleales ya que es muy difícil conocer el precio inicial de la propiedad intelectual de algunos de los productos que la BBC vende a sus compañías comerciales.
Por su parte, los que están a favor dicen:
- No explotar las actividades comerciales sería un acto de negligencia por parte de la BBC, que no actuaría en el interés de los contribuyentes, dada la resistencia política para aumentar el canon más allá de la inflación.
- Las actividades comerciales ayudan a expandir los servicios de la BBC nacional e internacionalmente, lo que aumenta su influencia.
- Al aumentar la oferta de servicios, se ofrece más valor a los contribuyentes por su dinero.
- Todos los ingresos de las actividades comerciales de la BBC se reinvierten en contenidos de servicio público.
- Asegura el futuro de la BBC, ya que la supervivencia de la cadena pública dependerá de su habilidad para combinar su servicio público y comercial, sus viejos y nuevos medios.
La subvención es la tercera y última vía por la que la BBC obtiene ingresos. El Ministerio de Asuntos Exteriores financia el servicio internacional de radio de la cadena, llamado BBC World Service, que proporciona noticias, análisis e información en inglés y en otros 32 idiomas.
Quienes están en contra dicen:
- Las subvenciones no proporcionan un mecanismo que trate los gastos imprevistos, por lo tanto la calidad de los contenidos podría verse afectada.
- Si los gastos de programación del servicio internacional de radio disminuyen y otros servicios públicos aumentan, podría haber presiones políticas para que parte de la subvención se trasladara a esas necesidades.
Por su parte, quienes defienden este sistema:
- Es un modo de extender los valores culturales del Reino Unido al mundo, de ahí que esté apoyado por el Ministerio de Asuntos Exteriores.
- Las subvenciones recibidas representan un pequeño porcentaje del total de ingresos de la BBC y, por consiguiente, la influencia política no puede ser muy fuerte.
Teniendo en cuenta que la BBC se financia a través del canon, actividades comerciales y subvención gubernamental, su postura para no hacerlo a través de la publicidad, como es en el caso de nuestro canal público, es porque los anunciantes pasan a ser los principales clientes de las cadenas, en lugar de los telespectadores. El carácter de canal público lo obliga a centrarse en los intereses de su audiencia, y según las propias investigaciones de la BBC, el público dice que prefiere una programación sin publicidad, sobre todo para los contenidos infantiles y juveniles.
No solo el sistema de financiamiento, la diversificación y el objetivo último es lo que se debe considerar al armar un canal de televisión. También las bases sobre las que se va a cimentar la programación son la clave para que la palabra calidad tenga el espacio que merece en la pantalla.
Según el informe "Televisión de calidad: distinción y audiencia", elaborado por el español Rafael Camacho, la clave está en la consideración del público como conjunto de ciudadanos, no como consumidores o usuarios. De esta simple declaración derivan consecuencias muy importantes para la triple función clásica de la televisión pública: informar, formar y entretener.
Pensemos, como la BBC, cuál es la misión del canal público que queremos. Hasta el momento sabemos que la creación del Canal de Televisión Cultural, tendrá contenidos culturales y educativos, no tendrá publicidad y será de recepción gratuita para todos. El financiamiento será aportado en forma íntegra por el Estado y el medio utilizará la segunda señal con la cual contará TVN una vez que se implemente el nuevo sistema de TV digital, lo que significan al menos cinco años más. Según Fayerwayer, ya está elaborado el modelo jurídico, así como el diseño programático y también los costos de levantar un canal. Además se está analizando la posibilidad de colaborar con Televisión Nacional de Chile para implementar y levantar la transmisión del canal.
Quizá todo se resume a la filosofía que tuvo el ex-director general de la cadena, Alasdair Mylnes, en la década de los '80: "hacer que lo popular sea valioso y que lo valioso se haga popular".