Dolores de cabeza, de estómago, mareos, sueño, irritabilidad, aumento o baja de peso y reacciones alérgicas, son algunos de los efectos secundarios inevitables que conlleva la ingesta de medicamentos. La mayoría de quienes se medican han sufrido alguna vez una de estas molestias al tener que tomar remedios para el tratamiento de una enfermedad. Pero por fin se está trabajando en una solución para impedir esto.
Si bien la medicación en muchos casos es necesaria, el mayor problema está en la dosis que se receta, ya que a menudo el medicamento sólo es necesario en un área específica del cuerpo, pero ante la dificultad de suministrar el medicamento de manera localizada en el área afectada en pequeñas dosis, se opta por un tratamiento general por medio de inyecciones o ingesta del mismo, en dosis mucho mayores, afectando a todo el cuerpo.
Un equipo de ingenieros y médicos de Suecia, tras un largo estudio, desarrolló un nuevo dispositivo que reduce la dosis efectiva de drogas a sólo el 1% de lo que actualmente se administra, asegurando que es la cantidad de droga precisa para tratar distintos males o enfermedades de manera localizada. Se espera utilizar este dispositivo para el tratamiento de la epilepsia, lesiones en la médula espinal, daño a los nervios y para distintos trastornos neurológicos.
El implante, que tiene la forma de un tubo y mide pocos centímetros de largo, puede entregar una dosis del fármaco molécula por molécula con tal precisión que sólo requiere el 1% de las drogas que actualmente administran los médicos.
Como se demostró en las pruebas realizadas en siete ratas, la pequeña bomba puede llegar directamente a la columna vertebral (a la raíz de un nervio) e inyectar su medicina molécula por molécula.
La líder del equipo, Amanda Jonsson, ingeniero bioelectrónica de la Universidad de Linkoping en Suecia, cuenta que “estas pequeñas dosis podrían ayudar a evitar los efectos secundarios de los medicamentos, o ser útil para medicamentos que simplemente no se pueden administrar actualmente ya que no se pueden utilizar dosis grandes”.
La tecnología se basa en una pieza compacta de equipos de laboratorio llamado bomba de iones. En pocas palabras, la corriente eléctrica entra en la bomba de iones un electrón electrón a la vez, y por el otro extremo, la medicina sale una molécula a la vez. Por esta razón es que sólo los medicamentos que se pueden cargar eléctricamente se pueden utilizar con la bomba. Pero eso incluye más medicamentos para el dolor de lo que pensamos, incluida la morfina y otros opiáceos.
Si bien aún falta trabajo e investigación para lograr que el dispositivo se pueda implementar en humanos, Jonsson asegura que "con este tipo de bomba, combinado con una capacidad de detectar diferentes biomarcadores, se podría imaginar la entrega controlada y precisa de medicamentos para epilépticos exactamente cuando la persona comienza un ataque”.
Otro beneficio no menor, es que gracias a la administración precisa de dosis, los costos de tratamientos médicos podrían bajar considerablemente debido al ahorro importante de medicamentos en los distintos tratamientos.
El equipo médico dice que tras desarrollar y testear favorablemente el dispositivo en ratas, se está desarrollando un dispositivo similar para el tratamiento del dolor humano, el que este tendrá que ser ampliado, y requerirá canales de entrega más largos.