Imagen: UNHCR.org

Mar Mediterráneo, tumba de inmigrantes: razones del problema y posibles soluciones

Cada semana aparecen nuevas noticias de miles de inmigrantes africanos que mueren en la travesía a través del mediterráneo para llegar a Europa. La desesperación es demasiada y la Unión Europea está tomando cartas en el asunto. Esta es la razón de su lucha.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2015-06-10 | 12:30
Tags | inmigrantes, refugiados, conflicto, África, Siria, Italia, Mediterráneo, Unión Europea, Operación Tritón, asilo

Desesperación quizás sea la única palabra que explique las oleadas masivas de inmigrantes que están arriesgando su vida a diario para atravesar el mediterráneo y llegar a las costas europeas en busca de una mejor vida. En lo que va de este año, ya suman más de 100.000 inmigrantes, según informó recientemente el ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados).

Escapan de la guerra, del desorden civil, la opresión y la pobreza, cada vez son más y más quienes inician la dura travesía al viejo continente, donde luego de haber juntado miles de dólares, recorren diferentes países para luego confiar en un balsero ilegal que los conduce por el mar rumbo a costas europeas, si es que no los abandonan en el camino. No todos lo logran, sólo desde principios de 2014 ya han muerto más de 5.000 personas por esta razón (sin contar los que quedan desaparecidos en el mar). Está claro, prefieren morir en el intento que quedarse y tener un destino peor.

Italia, uno de los países que ha visto atiborradas sus costas, ha hecho esfuerzos por asistir y rescatar a los inmigrantes, sin dar abasto, y la Unión Europea actualmente se debate en cómo hacerse cargo oficialmente de una problemática que ha sobrepasado todo límite de normalidad. Grecia, Malta y España también son destino para estos desesperados.

¿De qué países vienen? ¿Cómo son sus condiciones de vida? ¿Cuánto llegan a pagar por una segunda oportunidad de vida? ¿Qué pueden hacer una vez en Europa y cómo pretenden los países receptores solucionar este problema? Estas y otras preguntas buscamos resolver con este perfil de los inmigrantes africanos y asiáticos que trae el oleaje a las costas mediterráneas. Esta es su realidad.

Empujados por la desgracia: de dónde vienen y de qué escapan

Los inmigrantes vienen de varios lugares en conflicto que los están empujando a "tomar la decisión" de partir. Entre comillas, porque es prácticamente la única opción que les queda en situaciones límites como guerras, hambruna, desorden político y otros riesgos.

El tema viene de larga data, pero se ha intensificado anormalmente estos últimos años. África, especialmente la región subsahariana, siempre ha aportado con masas en estos grupos de inmigrantes, pero el puzzle cambió.

Dada su cruenta guerra, desde el 2013 es Siria la que ha engrosado drásticamente las filas de quienes están arrancando de sus lugares de origen. La acompañan otros países como Eritrea, para escapar del servicio militar y represión; Afganistán, por pobreza y persecución política; Somalía por guerra, y otros países de África occidental (Gambia, Senegal, Mali). Además se suma el cuerno de África, que también aporta importantes cuotas, y Libia con una guerra aún latente, según explica The Economist.

Viaje sin retorno: la incierta y mortal travesía

Las rutas para escapar son varias, con varios intermediarios, que incluye documentación falsa y altísimos riesgos, como ser capturados, morir de sed, ser abandonados y ser torturados. En resumen, se traduce en largos viajes por tierra, muchas veces a través del desierto de Sahara, para llegar a algún puerto virtual en el Mediterráneo desde donde se pueda zarpar, siendo Libia uno de los más comunes. La práctica de traficar inmigrantes se ha vuelto algo tan común, que el trabajo de contrabandistas, barqueros ilegales y guías para estas clandestinas vías de escape se ha hecho parte dominante de la economía de varias localidades. Es un negocio millonario, analiza la BBC.

Imagen: Vía BBC Mundo.

Llegar a Libia puede costar entre $200 y $1.000 (120 a 620 mil pesos chilenos) desde África del oeste, y entre $1.000 hasta $6.000 (620 mil a 3,7 millones de pesos chilenos) desde el Cuerno de África, pero luego viene la odisea marítima que puede variar entre unos cientos de dólares a unos miles, informa The Economist. Quién sabe cómo consiguen estas grandes sumas de dinero personas que apenas pueden sobrevivir en su lugar de origen. El esfuerzo es tal, que muchas veces son familias enteras las que recaudan los fondos para que solo un elegido viaje.

Por lo general, los migrantes que llegan a Italia están saliendo desde Libia, aunque también hay rutas desde Egipto y Marruecos, mientras que desde Turquía llegan a Grecia.

Hordas de personas colapsan estas poco preparadas embarcaciones, a menudo botes inflables rígidos con combustible limitado y que no siempre tienen un capitán que las guíe. Aún así deciden seguir, pues después de haber iniciado el viaje ya no hay vuelta atrás. Estos botes pocas veces planean recorrer los cientos de kilómetros desde Libia a Italia (u otro destino cercano), sino que cruzan los dedos con la esperanza de ser recogidos por algún buque mercante o un barco de pesca que se encuentre o por los guardacostas italianos y malteses. En los casos en que haya barqueros que conducen o contrabandistas, éstos escapan en medio del viaje o intentan pasar desapercibidos como un migrante más, por lo general con éxito.

Este tipo de embarcaciones han sido responsables de algunos de los naufragios más graves de los últimos tiempos, como el que se sucedió este 19 de abril. Medía tan solo 20 metros de largo, pero transportaba a más de 900 personas, muchas bajo cubierta. Cuando las personas trataron de abordar un buque que les ofrecía rescate, se volcó. Aproximadamente 700 personas murieron, conformando uno de los naufragios más graves de las dos últimas décadas, según El Mundo.

Destino final: el sur recibe, pero el norte acoge

No es precisamente el sueño americano, pero la llegada a otro continente viene al menos con la esperanza idealizada de subsistir de otro modo. Últimamente la isla italiana de Lampedusa se ha convertido en la primera estación de llegada, por ser el punto europeo más cercano desde el norte de África, pero también hay otros puertos italianos que están recibiendo inmigrantes, junto a Grecia y Malta.

Según el Reglamento de Dublín de la Unión Europea, el primer país al que un migrante llega debe asumir la responsabilidad de esa persona y luego se define el país que tramita la solicitud de asilo. Ante esto, los países del sur de Europa critican la carga de la gestión de las fronteras que significa para ellos. Por su parte Alemania y Francia, quienes han recibido la mayor cantidad de peticiones de asilo, aseguran que son ellos finalmente quienes han acogido a los inmigrantes que llegan a las costas sureñas, junto a otros países del norte como Gran Bretaña o Suecia, por ejemplo, que ha recibido a la mayor parte de los refugiados sirios de Europa.

La Operación Mare Nostrum fue el primer esfuerzo oficial para rescatar a estos botes errantes del mediterráneo, una operación naval y aérea iniciada por Italia en octubre de 2013, luego de una tragedia donde murieron cientos de inmigrantes en el intento de llegar a Lampedusa. Durante el año de ejecución, Mare Nostrum logró rescatar hasta 150.000 personas, pero luego fue sustituido por la Operación Tritón, coordinada por Frontex en un esfuerzo conjunto de la UE.

El cambio fue inmediatamente criticado, especialmente por ONGs de derechos humanos como Amnistía Internacional, por no cumplir lo necesario para asistir realmente a los necesitados. Según grafica El Diario, con Mare Nostrum las naves italianas patrullaban hasta 120 kilómetros de la costa italiana, cerca de las costas libias, con una inversión mensual de hasta 10 millones de euros y 300 medios de rescate, mientras Tritón opera solamente hasta a 48 kilómetros de la costa italiana con un apoyo de 2,9 millones de euros y 65 medios de rescate. Tritón actúa solo en aguas territoriales europeas, mientras que la diferencia de medios y presupuesto es notable.

En una cumbre de la UE convocada a fines de abril, los líderes europeos acordaron una financiación triple para la Operación Tritón, descartando a su vez una reintroducción de la Mare Nostrum. Según informa El País, los países del norte, principalmente Alemania, Holanda y los nórdicos, fueron los más reacios a destinar más recursos. Italia y el flanco sur se defienden a su vez, recalcando que es un problema que le atañe a toda Europa: “No se puede mirar para otro lado”, defendió este martes el primer ministro italiano, Matteo Renzi.

En este panorama, se suma el miedo de los países receptores a la llegada de yihadistas. Bulgaria, por ejemplo, construyó un muro que recorre 32 kilómetros en la frontera con Turquía para evitarlo.

¿Qué queda por hacer?

Se ha decidido finalmente que esta triplicación de recursos es necesaria para las Operaciones Tritón y Poseidón (que opera en Grecia), de modo que alcancen resultados similares a los de Mare Nostrum. La prioridad es la búsqueda y el rescate. Además de esto reformar el sistema de asilo anunciado por la Comisión Europea, definiendo programas de reubicación y reasentamiento que se basarán en una fórmula de distribución entre los países del bloque regional. La meta de reasentamiento de 20.000 personas actualmente fijada, espera aumentar con el tiempo, así como que también se expandan las vías legales para otorgar asilo de más visas humanitarias, de trabajo y de reunificación familiar.

Hoy mismo, la Unión Europea pidió a sus Estados miembros actuar con rapidez para dar cabida a los 40.000 solicitantes de asilo en lugar de esperar hasta septiembre, luego de proponer el mes pasado un plan para aliviar la carga de Italia y Grecia, del cual varios Estados miembros han formulado objeciones, en especial en lo que se refiere a las cuotas. ¿Cuántos debe recibir cada país? El reparto se plantea formular en base al cálculo de la población y el PIB de los Estados, su tasa de paro (desempleo) y del número de demandantes de asilo que ya habían admitido en su territorio. En esto aún no se ha llegado a un acuerdo y ha sido rechazado y criticado por varios países, como Alemania y Francia.

Aunque es un gran desafío, las operaciones de rescate y un programa de asilo son hasta el momento la única opción viable para resolver el problema urgente de las masivas migraciones ilegales. ONGs y otras agencias asisten a los inmigrantes.

Idealmente acabar con los conflictos de los países de origen sería la solución más definitiva, pero acciones militares en los territorios podrían hacer aún más critica la situación. Por ello, la cooperación internacional, ayuda humanitaria e inversión en el progreso, dejando de lado medidas autoritarias y colonialistas, deberían ser los caminos a seguir para sacar a las naciones de origen de estos inmigrantes de su permanente estado de subdesarollo y conflictividad.

Mientras el panorama se mantenga sin cambios, en todo caso, será Europa quien deba prestar la ayuda humanitaria para mitigar esta crisis y salvar estas miles de vidas abandonadas a su suerte en el Mediterráneo.

¿Qué otras soluciones propondrías para el complejo problema?