¿Un motel ambientado en Jurassic Park o el Titanic? Japón lo tiene

Los hoteles de escapadas románticas son una realidad candente en naciones de los cinco continentes. Entre todos ellos, el que se lleva los galardones en creatividad, calidad, servicio y limpieza es Japón, con sus Love Hotels u "Hoteles del Amor".

Por Bruno Carrillo | 2013-06-18 | 10:52
Tags | moteles, sexo, fetiches, japón, rarezas, freak
"Los canales de música tienen ruidos ambiente que pueden ser de tráfico o incluso bares, en caso de que el cliente tenga que llamar al cónyuge"

Si creías que el Hotel Valdivia tenía variedad de ambientes para sazonar la vida amorosa de chilenos y chilenas, el líder mundial en este tipo de establecimientos tiene que ser, con creces, Japón. No en vano es una industria con más de 25 mil moteles que al año produce 40 mil millones de dólares en ganancias.

Japón es un país donde el espacio no sobra. Si bien no figura en la lista de países más densamente poblados, a menudo en ciudades caras, como Tokyo, se dan situaciones de falta de espacio parecidas a las que hay en Hong Kong. Además, las casas y edificios a menudo tienen separaciones y paredes que no aíslan el ruido, lo cual hace un poco, digamos, complicado conseguir privacidad o intimidad con la pareja. 

¡Love Hotels al rescate! ¿Quiere privacidad a bajo costo? ¿Le gustaría cumplir sus fantasías y pasar noches simplemente inolvidables? Los más de 25 mil hoteles del amor en Japón se dedican a diario a cumplir cada una de las fantasías de la población y visitantes (y todos sabemos que los japoneses tienen MUCHA imaginación). Todo esto por un precio mucho menor al de un hotel "normal", por supuesto. 

¿Cuál es su fetiche? Su LoveHotel se hace cargo.

Hay ambientes para prácticamente todos los gustos. Desde las clásicas habitaciones de hotel, a prisiones, calabozos sádicos, naves espaciales, consultas médicas (con bandejas de herramientas y todo), y hasta una pieza de HelloKitty en bondage sadomasoquista, entera de rosado. Además, hay piezas ambientadas como si estuvieras en un vagón del metro (en Japón lo de las tocaciones en el atochado sistema de transporte público también es una realidad incómoda, pero lo hicieron marketeable), una sala de interrogación policial o incluso un vuelo de avión comercial. 

¿No nos crees? Puedes ver una galería de fotos en este link (no apto para la oficina, a menos que tengas un jefe fetichista).

¿Qué me puedo encontrar dentro de estos lugares? (digamos, aparte de lo obvio)

Además de la televisión de plasma de 42 pulgadas con sistema de sonido de alta definición súper surround, por lo general los hoteles del amor japoneses ofrecen un buffet de productos femeninos y masculinos: Todo tipo de cremas, productos para el cuidado del pelo y para sacarse el maquillaje, cepillo de dientes, secadora y alisadora de pelo, cera de depilación y afeitadoras entre otros. 

Y, para darle más opciones a los clientes, la gran mayoría viene con máquina de karaoke (era que no), un surtido de películas (de adultos y estrenos actuales), canales propios, cable y, notablemente, consolas de videojuegos (PS2, PS3 y Nintendo Wii dependiendo del lugar). Demás está decir que las habitaciones están completamente aisladas acústicamente, por lo que puedes gritar a todo pulmón mientras, ehm, juegas Winning Eleven. 

Algo bastante particular es que en algunos casos los canales de música (que se controlan en un tablero central que también maneja las luces) tienen ruidos ambiente que pueden ser de tráfico o incluso bares. Esto, explican dueños de LoveHotels, es en caso de que el cliente tenga que llamar al cónyuge y no quiera que se sepa dónde está. 

Como si fuera poco, también tienen máquinas expendedoras de juguetes sexuales (cabe mencionar que los vibradores de HelloKitty son un best-seller indiscutido), donde hay… de todo. Incluso disfraces para jugar al doctor, a los superhéroes, policía o la sala de clases. 

Pero todo esto ¡debe de costar una fortuna!

En absoluto. El gran ángulo de venta de estos lugares, como también ocurre en Chile, es que son tanto o más cómodos que habitaciones de hoteles comunes y corrientes, a una fracción del precio (especialmente en Japón, la tierra donde todo eso caro). 

Dependiendo del tipo de Love Hotel, puede salir desde unos 15 mil pesos chilenos las 3 horas a cientos de miles de pesos por noche. Los más caros pueden incluir piscinas privadas temperadas, gimnasio propio, sillas de masaje y sauna. Puedes ver un ejemplo haciendo click aquí.

Esto hace que los LoveHotels sean una muy buena opción para turistas, aunque a menudo no se puede salir de la habitación durante la noche. El room service que ofrece la mayoría es más barato que salir a comer a restaurantes y puedes ordenar desde hamburguesas a banquetes de comida japonesa fina. 

¿Dónde se pueden encontrar?

En Japón están en todas las grandes y medianas ciudades, y en muchas pequeñas. Hay muchos que son fáciles de localizar, pues tienen fachadas llamativas que atraen la atención: dos ejemplos extremos son el Queen Elizabeth, un hotel con forma de Titanic que incluye a maniquíes de Jack y Rose en la proa, y el Hotel Jzauruss, ambientado en Jurassic Park.

Si se interesó por visitar uno de estos lugares, aquí le dejamos una página donde se puede ver un mapa para los love hotels a lo largo de Japón. 

En otros países del mundo

Latinoamérica, al ser el continente donde la gente es cálida y apasionada (estereotípicamente hablando), tiene mucha infraestructura dedicada a las escapaditas románticas. Sin embargo, algo digno de ser mencionado es el motel para perros que se construyó en Brasil, donde efectivamente los clientes exclusivos son cuadrúpedos (y no me refiero a una postura).

Por otro lado, hay un hotel del amor en Suecia que ofrece algo muy particular: un coach de orgasmos profesionales. La dueña del Hotel Jardín de Venus, YlvaFranzén, es autora de un libro al respecto, y ofrece sus servicios a las parejas que se quedan en una de las tres piezas temáticas que tiene el hotel.

Hay una mención especial para un hotel del amor taiwanés, donde puedes tener aventuras en la baticueva y hasta sobre un pequeño batimóvil.

¿Y hay algo así en Chile?

Claro que sí: la cultura "catrera" chilena tiene varias décadas ya. Y, aunque no tienen tanta parafernalia y productos en las piezas (aún), igual tienen precios relativamente convenientes para el bolsillo chileno y el estándar de limpieza ha mejorado considerablemente (según he leído, je) en comparación a la imagen que se tenía en los ochenta y noventa. 

En los últimos años ha surgido un poco más de variedad y competencia entre este tipo de hoteles, con nombres como Cozumel, El Duende y Sex City entre otros, destacando en cuanto a diseño y servicio. Hay listas un poco más completas en los sitios elmotel.cl y moteles.cl, aunque el boca a boca sigue predominando para las "picadas" orientadas a proveer horas o noches de pasión inolvidable. A fin de cuentas, por mucho que la tasa de natalidad esté bajando, la picardía chilena es un aspecto de nuestra sociedad que va a seguir ofreciendo un mercado para quienes la sepan aprovechar.