El 19 de enero de 2006, la sonda de la Nasa New Horizons (Nuevos Horizontes), despegó a bordo de un cohete Atlas V, a la velocidad más alta jamás registrada para un cohete de exploración espacial, con rumbo a Plutón, que por entonces aún era considerado un planeta. Apenas 9 horas después del despegue, la sonda ya había alcanzado la Luna, pero tardaría casi 10 años en llegar al pequeño ex-planeta (ahora planeta enano) al borde del Sistema Solar. En el camino, la sonda pudo ser testigo de la primera explosión volcánica extraterrestre jamás registrada en video, en la luna Io, que orbita a Júpiter.
Volcán Tvashtar, en la luna Io. JHU / APL
Como la trayectoria de la sonda la alejará cada vez más del sol, en lugar de usar los tradicionales paneles solares para obtener energía, va cargada de combustible nuclear, además de una serie de equipos para estudiar la geografía y atmósfera de Plutón. Pero es otra la carga más llamativa del pequeño viajero espacial: en su interior lleva las cenizas de Clyde Tombaugh, quien descubrió al planeta enano en el año 1930. Cuando Tombaugh falleció, 67 años después, pidió que sus cenizas se enviaran al espacio, aunque probablemente jamás imaginó que lo enviarían al mismísimo cuerpo celeste que descubrió. Junto a él, la Nasa incluyó 8 recuerdos más.
La urna de Clyde Tombaugh. Foto: JHU APL
Hace pocos minutos (de hecho, apenas un minuto antes de lo estimado cuando la lanzaron el año 2006), la sonda alcanzó el punto más cercano a Plutón de su trayectoria, a solo 12,500 kilómetros del planeta enano, y la Nasa reveló una fotografía tomada desde la nave poco antes del histórico momento. La que ven más arriba, es la foto más cercana jamás revelada (pueden haber fotos más cercanas que la Nasa aún no revela), al cuerpo celeste más lejano que ha explorado una misión espacial, el que sólo habíamos podido apreciar antes, como una mancha borrosa, cuando la misión Voyager pasó por su lado en 1989. La sonda también intentará fotografiar las 5 lunas conocidas del planeta enano.
La misión, en todo caso, no concluye ahí. Si todo sale bien (un humilde grano de arroz podría destruir la sonda, que viaja a 48 mil kilómetros por hora), New Horizons continuará su viaje para explorar el cinturón de Kuiper, justo al borde del Sistema Solar, donde flotan objetos que, los astrónomos creen, podrían ser restos de la formación de otros sistemas solares.
La misión espacial se puede seguir en Twitter a través del hashtag #PlutoFlyBy.